el conejo de la suerte descubre donde está el cuerpo de Rodolfo Walsh y se lo cuenta a un amigo
Jugando a las escondidas,
abrieron una puerta negra
y ahí estaba la media sonrisa,
no la sonrisa entera, como tiene
en ese balcón de San Telmo
mirando la plazoleta seca
que lleva su nombre.
Ahí estaba, embalsamado,
solo, peronista, Rodolfo Walsh,
símbolo inigualable
de la prensa argentina,
que necesita en él
un martir y un santo
para poder seguir mintiendo en paz.
9 Comments:
que cierto lo que decís...
snif....el conejo nos hacer reír, llorar, amocionarnos... y pensar!
Conejo, you did it again.
No sé si mentía, pero que no escribía tan bien como dicen es verdad.
Yo resalto el reflexionar... Como diria Pigna, "El pasado Pensado"...
Besos
Es como Lanata, revoluciono el periodismo fumando en camara...
es un embole esto de comentar y estar esperando a que el santo, eh, señor de su beneplácito para que salga publicado, asi no va , fierita
pelotudooooooooooooooooooooooooo
Walsh es a la prosa lo que Paco Urondo es a la poesía: nada.
jua jua buena opádromo.
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