cartas al duque (treinta y cuatro)
Querido Duque,
Retomo desde mi refugio. Ya sé como se siente un viejo. Me falta el aire y me resoplan los pulmones. No me quejo y pongo mis energías en curarme. Escucho una canción de Václav Trojan para violín y piano y miro por la ventana a los gatos del lugar mientras mi hija duerme la siesta. La felicidad es eso. Cuando realmente sea viejo, voy a ser un huraño que escucha con tecnología obsoleta una pila de discos compactos rayados. Después, una taza de te oscuro. Aire acondicionado y tres libros, querido duque, dos novelas y la Biblia. Un escritorio, discos de Olivier Messiaen, que trascribía el canto de los pájaros en sus obras y era un inteligente y fervoroso católico.
Saludos,
Terra.
Retomo desde mi refugio. Ya sé como se siente un viejo. Me falta el aire y me resoplan los pulmones. No me quejo y pongo mis energías en curarme. Escucho una canción de Václav Trojan para violín y piano y miro por la ventana a los gatos del lugar mientras mi hija duerme la siesta. La felicidad es eso. Cuando realmente sea viejo, voy a ser un huraño que escucha con tecnología obsoleta una pila de discos compactos rayados. Después, una taza de te oscuro. Aire acondicionado y tres libros, querido duque, dos novelas y la Biblia. Un escritorio, discos de Olivier Messiaen, que trascribía el canto de los pájaros en sus obras y era un inteligente y fervoroso católico.
Saludos,
Terra.
1 Comments:
buscamos nuevas historias, nuevas plumas, o me van a decir que nunca se comieron un bicho canasto ??
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