Cartas al duque (sesenta y siete)
Querido Duque,
Al final de túnel no hay una luz. Pero tampoco un martillazo en la nuca. Es una intuición. Viajes en subte, paros por tiempo indeterminado, ollas a presión, adictografía, humedad. La variantes de un periodismo cada vez más inesperado. ¿Cuántos secretos tiene este oficio, querido duque? ¿Qué falta? ¿Dinosaurios ocultos, corrupción amaestrada, viento solar? La última explosión detona con fuerza. Le escribo desde una redacción tomada con carteles y papel de diario en el suelo. Los editores trabajan pero nos los miramos trabajar. Internet, como siempre, es indispensable.
Lo abraza, en la amarga dulzura de la indeterminación,
Al final de túnel no hay una luz. Pero tampoco un martillazo en la nuca. Es una intuición. Viajes en subte, paros por tiempo indeterminado, ollas a presión, adictografía, humedad. La variantes de un periodismo cada vez más inesperado. ¿Cuántos secretos tiene este oficio, querido duque? ¿Qué falta? ¿Dinosaurios ocultos, corrupción amaestrada, viento solar? La última explosión detona con fuerza. Le escribo desde una redacción tomada con carteles y papel de diario en el suelo. Los editores trabajan pero nos los miramos trabajar. Internet, como siempre, es indispensable.
Lo abraza, en la amarga dulzura de la indeterminación,
Terra.
1 Comments:
Hola Juan. No te conozco pero quiero preguntarte sobre el tema de Ana Longoni porque me ha llegado un mail con una carta suya donde habla de inexactitudes en la entrevista que le hicieras para Perfil. También me pregunto si es casualidad o causalidad estos malentendidos periodísticos o de edición en un momento de crisis en el diario. Hice un post en mi blog donde trancribo la carta: www.aryentina.blogspot.com
Mi sola intención es saber qué ha pasado. Por otra parte he visto cosas tuyas que me merecen respeto. Por eso te consulto. Si querés mandarme tu mail lo conversamos en privado (yo también hago periodismo, colaboro en Las12, pagina12)
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