cartas al duque (setenta)
Querido Duque,
Primero que nada hay que decir que salir de un megaparo de más de treinta días parece tan difícil como entrar. Es como si alguien te mandara una foto de hace cinco años: todo está irreconocible pero al mismo tiempo uno está ahí, sonriendo, detenido en la instantánea, con un peinado diferente, con prioridades que ya son historia. Espero que se entiende la comparación y si no, bueno, los treinta y tres días de paro están ahí. Los caminamos de punta a punta. Lo que más lamento es no haber podido llevar un buen diario de este asunto, querido Duque. No tuve la libertad necesaria o no me la di o no supe cómo hacer para generarla. Mal, mal, mal. Me deje afectar mucho. (De hecho, estoy afectado y el paro sigue ahí, por lo menos hasta mañana, creo.) ¡Qué cosa magnificas habría escrito con un poco más de autonomía! ¡Qué caricaturas de los oradores y que honor le hubiera rendido a la organización gremial! ¡Un paro de treinta y tres días que termina cuando empiezan las Pascuas! Mejor oportunidad, imposible. Y yo, sentado, siento que la desperdicié. Supongo que la literatura no es meter ideas escritas con claridad en un procesador de textos. Tampoco me parece mal chocar con las propias imposibilidades. Por lo menos, nos devuelve una sensación genuina de realidad, no la berretada de la falsa humildad.
Escribo pronto.
Abrazo, Terra.
1 Comments:
Terra,
me gustan las cartas al duque !
saludos.
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