costumbrismo
Ayer un inadaptado, en un bar, o más bien, cerca de un bar, confesaba que había sido muy bueno "metiendo mano en los cines" a nivel nacional e internacional. Cuando el ridículo se hizo evidente, hacía rato que yo, Juan Terranova, me había hecho cargo de mis palabras. Hoy vuelvo a la calle Corrientes, pero desde otro ángulo, uno más bien excéntrico. En el espejo de las librerías de mi vida pienso verificar la máxima siciliana de Lampedusa, que algo cambie para que todo siga igual. Mi ciudad, Buenos Aires, te juzgo tan intensa como el agua y el aire.
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