Wednesday, June 20, 2007

larga vida al oso


Fósiles, enero de 2007
Por A.R. Williams
Fuente: National Geographic

Hace mucho tiempo, cuando los rinocerontes pastaban en los valles montañosos de lo que hoy es el noroeste de España, una de sus crías se adentró en una cueva y murió. Alrededor de 90,000 años después, espeleólogos ingleses encontraron el fósil de la criatura y supusieron que se trataba de los restos de un burro. Más tarde, expertos españoles afirmaron que era un oso prehistórico y trataron de llevarlo a Madrid, pero los lugareños no estaban dispuestos a desprenderse de un hallazgo tan especial, menos aún si podía llamar la atención de los turistas. ‘‘¡Larga vida al oso!’’, fue el eslogan de su exitosa campaña para quedarse con él.

Cuando los granjeros le mostraron una foto del fósil a la paleontóloga Ana Pinto Llona, en el año 2000, se aclaró la confusión: no era un oso, sino un rinoceronte. ¿Pero de qué tipo? Mientras raspaban la piedra para ver la forma original de un diente, Pinto Llona y sus colegas hicieron un hallazgo sorprendente: la cueva de La Peruyal alberga lo que podría ser el único esqueleto joven, intacto, del extinto rinoceronte de las praderas (Stephanorhinus hemitoechus). ‘‘El pobrecillo tenía apenas 18 meses de edad’’, dice Pinto Llona. Un museo con una réplica del fósil se construye cerca de la cueva.
(Gracias, Lady Kelvin por el link.)

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