el conejo de la suerte adopta un negrito de Haití, se arrepiente y lo devuelve
Ya teníamos todos los papeles listos,
él iba a viajar y ahí le pregunté:
"¿Estás seguro? Mirá que después
no hay vuelta a atrás."
Yo lo veía decidido pero el tema es delicado.
Hasta Ezeiza todo bien pero enseguida me llamó,
decía que no dormía a la noche, que lloraba,
que le sacaba tiempo, que era mucho trabajo,
lo quería devolver, creo que lo vendió
o lo devolvió, nunca supe.
Hay gente que con esta historia
hace un guión, una denuncia,
un desastre. Pero acá no pasó nada.
A los meses lo vi en Navidad.
Festejó a los gritos, abriendo un sidra.
1 Comments:
Se comió un tomate relleno y fue feliz de nuevo.
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