martes al mediodía (perdido en Buenos Aires)
Escribo mejor de noche. La tarde me desconcierta. A veces no tanto pero no puedo mirar para otro lado. Es así. Ayer soñé que me perdía en Buenos Aires. Y, entre la incredulidad y el miedo, me lo reprochaba. Al parecer en sueños me da un poco de vergüenza perderme en Buenos Aires.
Después, por supuesto, no era Buenos Aires. Había una plaza que era como Plaza de Mayo pero atravesada por esculturas gigantes de arena naranja. Me desperté y no me pude volver a dormir. Había una canilla que hacía ruido en otro departamento. Miré el reloj y eran las siete de la mañana. Celia abrió los ojos pero no se despertó. Después, se dio vuelta y siguió durmiendo.
Después, por supuesto, no era Buenos Aires. Había una plaza que era como Plaza de Mayo pero atravesada por esculturas gigantes de arena naranja. Me desperté y no me pude volver a dormir. Había una canilla que hacía ruido en otro departamento. Miré el reloj y eran las siete de la mañana. Celia abrió los ojos pero no se despertó. Después, se dio vuelta y siguió durmiendo.
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