observación un tanto estúpida

Pasé de no escribir a escribir usando un procesador de texto. Cuando hice el CBC mi vieja ya tenía una PC y yo se la usaba cuando la necesitaba. De ahí en más, siempre fue el word y sus diferentes versiones.

Mi suegro me prestó una vez una máquina de escribir Olivetti y la estuve usando pero más que nada para ver cómo era, para hacerme el Hemingway, el periodista del Diario El Mundo, y porque me gustaba el onido de los teclazos.

Ahora bien, entre blogs, artículos sueltos, diarios, reseñas de cine, televisión y libros, textos amorfos y un etcétera larguísimo, cada vez leo más de la computadora. La mayoría de los materiales con los cuales trabajo para mí pero también para las cosas que hago por dinero son digitales y los leo de la pantalla. Es cuestion de costumbre.

Lo que me inquieta un poco es depender tanto de un aparato que en defintiva es eléctrico. Como sea, es un signo de los tiempos.