Modos actuales
(Ayer, frente a un público masivo, con Pedro Mairal, dimos la charla sobre "Modos actuales de la narrativa argentina" en el marco de Periférica. Yo llevé las dos hojitas de apuntes que pongo acá abajo. Lo de Pedro duró un poco más. Coincidimos mucho y después nos fuimos al futbol.)
Esta mesa se llama “Modos actuales de la narrativa argentina” y ese nombre encierra, desde el vamos, varias preguntas. La más visible se desprende de la palabra “actual”, ¿qué pasa hoy en la narrativa? A la que le sigue inmediatamente otra pregunta no menos difícil de responder, enganchada a la palabras “modos”, ¿cómo se escribe hoy?
Creo que hoy en día hay cosas interesantes en lo que podríamos llamar una literatura de la “primera persona”, una literatura que trabaja tanto sobre lo autobiográfico como sobre el presente. No entiendo, por supuesto, la “primera persona” como un tecnicismo lingüístico, sino como algo más amplio, un impulso, un interés.
Los cuentos de Fabián Casas editados hace muy poco por Santiago Arcos, Las aventuras del Señor Maiz de Cucurto también de edición reciente, la serie de cuentos de Villa Celina que Juan Incardona publica en elinterpretador.com, la novela Historias Higiénicas de Federico Levin, de alguna manera también lo que hacen Mariana Enriquez, Gabriela Bejerman, Federico Falco, Hernán Arias, e incluso ya en otra categoría, El Pasado de Alan Pauls, sirven de ejemplo.
En este grupo de libros y autores veo un acercamiento a la experiencia, un trabajo con la vitalidad, con la memoria política, social y personal, a corto y mediano plazo, que ya está desde hace rato en la poesía, pero que ahora empieza a aparecer con más decisión en la narrativa.
Ahora, estos autores y sus libros son como la punta de un iceberg. ¿Qué hay abajo? Creo que por abajo de la línea de flotación de ese iceberg, esta es la hipótesis de riesgo, están los blogs. Reflejando estas literaturas, dialogando con ellas, tensionándolas, cuestionándolas, apoyándolas y al mismo tiempo señalándoles un camino.
Hagamos una salvedad: Hablar de blogs en una mesa de “narrativa actual” no significa la muerte del libro, ni la muerte del autor, ni la muerte de nadie. Los que amenazan la literatura desde Internet y los que se sienten amenazados no hacen otra cosa que reeditar un viejo tire y afloje de la modernidad. Como decía hace poco Santiago Llach en una mesa sobre “Internet y literatura”: la historia de la cultura está llena de estas revoluciones. Y es verdad. No hay por qué salir a incendiar iglesias ni hacer acopio de armas de fuego y agua potable.
Lo que sí es indudable es que los blogs nos fuerzan a reflexionar sobre la narración, sobre la manera de narrar y sobre cómo contar historias. Todavía, creo, no aparecieron en masa las novelas basadas en esa reflexión. No me refiero a “novelas con forma de blog”, aunque eso también sería válido. Tampoco me refiero a agarrar un blog y meterlo en un libro. Cosa que ya estuvo pasando y que tampoco me parece mal.
Me refiero más a narraciones que van a estar escritas a partir de algunos conceptos básicos del blog (y de los otros soportes electrónicos similares, como el mail, el chat, etc). ¿A qué conceptos básico me refiero? Se me ocurren algunos: la brevedad y la contundencia en la sintaxis, el presente como capital, el comentario de la actualidad, la síntesis. Seguramente hay más.
Me gustaría traer una cita Chuck Palahniuk:
"En vez de copiar estilos literarios vigentes –dice Palahniuk– yo baso mi trabajo en la poesía o en el arte del cuento oral, donde el timming es lo único importante y los dispositivos retóricos tienen que trabajar recordándole al lector el contenido de la historia, todo el tiempo, con el fin de generar un efecto acumulativo. Con eso en la cabeza, mis párrafos de una sola oración y los coros que suenan como ecos son métodos que ralentan al lector y controlan la velocidad de la trama. Es un estilo basado en “beats”, como la música.”
Creo que mucho de esto se da en los blogs y eso, espero, va a ir pasando a la narrativa. La novela moderna siempre, incluso desde su origen con el Quijote, se alimentó de otras series. Esto no quiere decir que los blogs no sirvan o vayan ser superados por la novela, sino que los blogs van a influenciar la construcción de las narraciones que están por venir.
Por otra parte, hay muchas cosas que un blog no puede hacer y que una novela sí puede hacer. Cerrar un universo y tener una trama aceitada son dos ejemplos que no habría que subestimar. Leer un blog y leer una novela son gimnasias muy diferentes, destinadas más a convivir y a influenciarse que a rivalizar.
Para terminar, me gustaría leer lo que dijo John Cheever cuando le preguntaron por qué escribía. Cheever dijo, sobre el final de su vida, “Mi único objetivo fue contar historias que consiguieran integrar mi historia con la historia del mundo”.
Diciembre, 2005.
Esta mesa se llama “Modos actuales de la narrativa argentina” y ese nombre encierra, desde el vamos, varias preguntas. La más visible se desprende de la palabra “actual”, ¿qué pasa hoy en la narrativa? A la que le sigue inmediatamente otra pregunta no menos difícil de responder, enganchada a la palabras “modos”, ¿cómo se escribe hoy?
Creo que hoy en día hay cosas interesantes en lo que podríamos llamar una literatura de la “primera persona”, una literatura que trabaja tanto sobre lo autobiográfico como sobre el presente. No entiendo, por supuesto, la “primera persona” como un tecnicismo lingüístico, sino como algo más amplio, un impulso, un interés.
Los cuentos de Fabián Casas editados hace muy poco por Santiago Arcos, Las aventuras del Señor Maiz de Cucurto también de edición reciente, la serie de cuentos de Villa Celina que Juan Incardona publica en elinterpretador.com, la novela Historias Higiénicas de Federico Levin, de alguna manera también lo que hacen Mariana Enriquez, Gabriela Bejerman, Federico Falco, Hernán Arias, e incluso ya en otra categoría, El Pasado de Alan Pauls, sirven de ejemplo.
En este grupo de libros y autores veo un acercamiento a la experiencia, un trabajo con la vitalidad, con la memoria política, social y personal, a corto y mediano plazo, que ya está desde hace rato en la poesía, pero que ahora empieza a aparecer con más decisión en la narrativa.
Ahora, estos autores y sus libros son como la punta de un iceberg. ¿Qué hay abajo? Creo que por abajo de la línea de flotación de ese iceberg, esta es la hipótesis de riesgo, están los blogs. Reflejando estas literaturas, dialogando con ellas, tensionándolas, cuestionándolas, apoyándolas y al mismo tiempo señalándoles un camino.
Hagamos una salvedad: Hablar de blogs en una mesa de “narrativa actual” no significa la muerte del libro, ni la muerte del autor, ni la muerte de nadie. Los que amenazan la literatura desde Internet y los que se sienten amenazados no hacen otra cosa que reeditar un viejo tire y afloje de la modernidad. Como decía hace poco Santiago Llach en una mesa sobre “Internet y literatura”: la historia de la cultura está llena de estas revoluciones. Y es verdad. No hay por qué salir a incendiar iglesias ni hacer acopio de armas de fuego y agua potable.
Lo que sí es indudable es que los blogs nos fuerzan a reflexionar sobre la narración, sobre la manera de narrar y sobre cómo contar historias. Todavía, creo, no aparecieron en masa las novelas basadas en esa reflexión. No me refiero a “novelas con forma de blog”, aunque eso también sería válido. Tampoco me refiero a agarrar un blog y meterlo en un libro. Cosa que ya estuvo pasando y que tampoco me parece mal.
Me refiero más a narraciones que van a estar escritas a partir de algunos conceptos básicos del blog (y de los otros soportes electrónicos similares, como el mail, el chat, etc). ¿A qué conceptos básico me refiero? Se me ocurren algunos: la brevedad y la contundencia en la sintaxis, el presente como capital, el comentario de la actualidad, la síntesis. Seguramente hay más.
Me gustaría traer una cita Chuck Palahniuk:
"En vez de copiar estilos literarios vigentes –dice Palahniuk– yo baso mi trabajo en la poesía o en el arte del cuento oral, donde el timming es lo único importante y los dispositivos retóricos tienen que trabajar recordándole al lector el contenido de la historia, todo el tiempo, con el fin de generar un efecto acumulativo. Con eso en la cabeza, mis párrafos de una sola oración y los coros que suenan como ecos son métodos que ralentan al lector y controlan la velocidad de la trama. Es un estilo basado en “beats”, como la música.”
Creo que mucho de esto se da en los blogs y eso, espero, va a ir pasando a la narrativa. La novela moderna siempre, incluso desde su origen con el Quijote, se alimentó de otras series. Esto no quiere decir que los blogs no sirvan o vayan ser superados por la novela, sino que los blogs van a influenciar la construcción de las narraciones que están por venir.
Por otra parte, hay muchas cosas que un blog no puede hacer y que una novela sí puede hacer. Cerrar un universo y tener una trama aceitada son dos ejemplos que no habría que subestimar. Leer un blog y leer una novela son gimnasias muy diferentes, destinadas más a convivir y a influenciarse que a rivalizar.
Para terminar, me gustaría leer lo que dijo John Cheever cuando le preguntaron por qué escribía. Cheever dijo, sobre el final de su vida, “Mi único objetivo fue contar historias que consiguieran integrar mi historia con la historia del mundo”.
Diciembre, 2005.
5 Comments:
Muy interesante éste texto. Tal vez demasiado optimista, pero es lo de menos.
Saludos
Puede ser que peque de optimista. Yo más bien lo veo como una expresión de deseo.
muy interesante (e inquietante), pido permiso para hacer un link de mi blog a esta entrada.
Por supuesto, Mumi, hace todos los links que quieras.
Creo que tu reflexión es la misma que nos hacemos todos los que nos negamos a renunciar a estas nuevas formas de comunicar, pero que aún no hemos agotado esa fase incial de la experimentación y la frescura
y la impunidad qeu da el anonimato. En este sentido, ese puede ser un punto, el libro la novela, el cuento siempre revela quien está detras, no en vano algunos o algunas han intentado ocultarse con seudónimos. Estas formas nuevas, el chat, los foros, los blogs, tienen la urgencia de este tiempo sin reglas. Quizas nos toca a los que conocemos el placer de saborear una lectura pausada el moldear estos nuevos estilos.
en todo caso si esto no existiera yo no sabria que gente como tu está por aqui y ya vale no?
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