Es así y no hay nada que hablar
“Sé que, después de una fiesta —decía Roman Polanski—, o pones todo en orden o te mudas. Por lo general, prefiero poner todo en orden.” Yo soy de la misma idea.
Lo pienso y enseguida me doy cuenta de que ese universo superpobaldo y violento que algunos llaman “la gente” se puede dividir entre los que, después de la fiesta, deciden quedarse y limpiar (o pagarle a alguien para que lo haga por uno ) y los que se evaden.
Conozco gente que prefiere emigrar a un continente desconocido antes de enfrentar la mugre y las botellas vacías. No los culpo.
A lo largo de su existencia privada y semi publicada, cada uno se da cuenta de cuán bueno o malo puede ser. Existen los extremos pero sobre todo abundan los matices y los escalones.
Muchísimo más enigmático que al principio, Polanski también decía que “el placer es una zanahoria. Y un palo del que cuelga”. Tener conciencia de que nos hacemos trampa todo el tiempo es a la vez liberador y parte del mismo sistema en el que vivimos.
Pienso esto una solitaria y fría noche de viernes tomando el final de un Cabernet Sauvignon Tittarelli 2003 que me ablanda tanto como el Chandon. (Si mi abuelo estuviera vivo me diría "Mamma mía".)
Ricardo Solué cantaba en “Profecías” una línea simple pero irrefutable: “Sólo sé que sé querer, y que tengo Dios y tengo fe, y doy amor y puedo ser”.
Paz.
Lo pienso y enseguida me doy cuenta de que ese universo superpobaldo y violento que algunos llaman “la gente” se puede dividir entre los que, después de la fiesta, deciden quedarse y limpiar (o pagarle a alguien para que lo haga por uno ) y los que se evaden.
Conozco gente que prefiere emigrar a un continente desconocido antes de enfrentar la mugre y las botellas vacías. No los culpo.
A lo largo de su existencia privada y semi publicada, cada uno se da cuenta de cuán bueno o malo puede ser. Existen los extremos pero sobre todo abundan los matices y los escalones.
Muchísimo más enigmático que al principio, Polanski también decía que “el placer es una zanahoria. Y un palo del que cuelga”. Tener conciencia de que nos hacemos trampa todo el tiempo es a la vez liberador y parte del mismo sistema en el que vivimos.
Pienso esto una solitaria y fría noche de viernes tomando el final de un Cabernet Sauvignon Tittarelli 2003 que me ablanda tanto como el Chandon. (Si mi abuelo estuviera vivo me diría "Mamma mía".)
Ricardo Solué cantaba en “Profecías” una línea simple pero irrefutable: “Sólo sé que sé querer, y que tengo Dios y tengo fe, y doy amor y puedo ser”.
Paz.
7 Comments:
y ya esta cerca a venir Aquel
que nos va a explicar
sin violencia ni gritos
tata tata
se pusieron setentistas o me parece a mí?
y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día
juntos, riendo, despeinados
(Después de las fiestas, JC)
tan cursi y efectivo...
Absolutely
los famosos vasos vacíos. Quédese Terranova, es solo algo pasajero
no te tenía voxdeiano.
bien
no estoy de acuerdo: son la misa criolla del rock
Post a Comment
<< Home