Socorro Chet
Esta mañana, después de hojear el diario y encontrarme con tanta necedad imbécil y alcahuetería decidí que necesitaba algo dulce. “Es –pensé– cuestión de salvar el domingo”. Así que desempolvé un viejo disco de Chet Baker escuchado mucho hace años. La base simple de blues, trabajando como le gustaba a él desde el vacío hacia la sutileza. Georges Avanitas en piano, Daniel Humair en batería y un sigiloso y preciso Guy Pedersen en bajo. A mediados del ´63 grabaron en París una Porgy and Bess suite llena de rincones donde buscar refugio. Los motivos de Gershwin van y vienen, y al final, todo parece una excusa para improvisar un poco a medio tiempo.
Cuando terminó pensé que podía ponerme a escribir algo sobre Como si tuviera alas, unas "memorias perdidas" que publicó Mondadori en las que el trompetista cuenta su vida europea y algo de su paso por California. Pero ya se había largado a llover y empezó esa versión virtuosa y ligeramente lúgumbre de Stella By Starligth en la que la trompeta se abre camino acompañada sólo por el bajo de Larry Ridley y la batería de Ray Mosca. Sin piano y con un cambio de ritmo interesante en el medio, lo grabaron en el Nice Jazz Festival del ´75. No sé si Mosca, pero Chet y Ridley demuestran que se saben los acordes de punta a punta.
En el libro Baker cuenta que cuando estuvo preso en Italia por un asunto de drogas su mujer de entonces le mandaba la Playboy. Yo lo único que voy a leer hoy son blogs. Y por ahí, con suerte, también chequeo los mails.
Cuando terminó pensé que podía ponerme a escribir algo sobre Como si tuviera alas, unas "memorias perdidas" que publicó Mondadori en las que el trompetista cuenta su vida europea y algo de su paso por California. Pero ya se había largado a llover y empezó esa versión virtuosa y ligeramente lúgumbre de Stella By Starligth en la que la trompeta se abre camino acompañada sólo por el bajo de Larry Ridley y la batería de Ray Mosca. Sin piano y con un cambio de ritmo interesante en el medio, lo grabaron en el Nice Jazz Festival del ´75. No sé si Mosca, pero Chet y Ridley demuestran que se saben los acordes de punta a punta.
En el libro Baker cuenta que cuando estuvo preso en Italia por un asunto de drogas su mujer de entonces le mandaba la Playboy. Yo lo único que voy a leer hoy son blogs. Y por ahí, con suerte, también chequeo los mails.
2 Comments:
Una cosa parecida me pasó con un Chet Baker cantado, que se nota tiene la boca para otra cosa, le sale como un vacío, como si le fatara un diente cuando tararea Round Midnight, o lo canta?
Varios compartimos ese humo de domingo deceptivo. El recurso Chet, debe haber funcionado; de ultima se transmite la esencia en el post; en el sentido aromatico del término, digo.
En mi caso, una película francesa y mala le quitó el glam al germen dominguero de la melancolía.
Para la proxima, menos Perfil, menos video y mas musica buena.
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