cartas al duque (sesenta y cuatro)
Querido duque,
La pileta inflable de la beba quedó afuera y la lluvía la lleno de agua y de hojas. Yo estoy releyendo cosas que escribí hace dos años y hace dos días, y tienen la misma pátina de irrealidad y sin sentido. A veces escribimos bien, a veces mal, a veces masomenos, pero todo lo que quedó atrás se vuelve un poco ajeno en los aciertos y demasiado íntimo en los errores. ¿Qué me espera en el subte que dentro de un rato tengo que tomar para ir hasta la redacción? ¿Los imposibles paraguas asesinos? ¿La gente de mal humor? Make me a mask como decía Dylan Thomas, creo. Ayer, querido duque, Nakis, mi amigo griego nacido Wuppertal, Alemania, pasó por casa con un vino que apenas probó y nos contó que se va para Chile a trabajar en una especie de embajada comercial. Que Dios lo bendiga.
Saludos,
Terra.
La pileta inflable de la beba quedó afuera y la lluvía la lleno de agua y de hojas. Yo estoy releyendo cosas que escribí hace dos años y hace dos días, y tienen la misma pátina de irrealidad y sin sentido. A veces escribimos bien, a veces mal, a veces masomenos, pero todo lo que quedó atrás se vuelve un poco ajeno en los aciertos y demasiado íntimo en los errores. ¿Qué me espera en el subte que dentro de un rato tengo que tomar para ir hasta la redacción? ¿Los imposibles paraguas asesinos? ¿La gente de mal humor? Make me a mask como decía Dylan Thomas, creo. Ayer, querido duque, Nakis, mi amigo griego nacido Wuppertal, Alemania, pasó por casa con un vino que apenas probó y nos contó que se va para Chile a trabajar en una especie de embajada comercial. Que Dios lo bendiga.
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