Monday, March 28, 2005

lunes a la noche

Llueve con fuerza en Buenos Aires y hoy hicimos seiscientos kilómetros en auto. Ayer me dediqué a regar y a sembrar algunas semillas y cuando me paré descalzo en la tierra negra y húmeda pensé que era una buena sensación y que tenía que escribir sobre eso, pero ahora no encuentro las palabras para hacerlo.

El primer capítulo de "Mi versión de París" es bastante bueno, pero lo que sigue no me gusta. Y eso me produce una decepción bastante importante. Voy a seguir publicándolo porque tengo la líbido escritural un poco baja y también porque está ahí y ahí no lo quiero.

Mañana tenemos ecografía y vamos a saber si es varón o mujer. Me gustaría que fuera varón. ¿Por qué? No sé.

Me lo imagino a los quince años llegando después de medianoche y abriendo la heladera. Después me imagino a mi mismo apreciendo en la puerta de la cocina. Me lo imagino a él diciéndome: "¿Qué hacés, Pá?" y a mí preguntándole: "¿Cómo te fue?" y de repente todo tiene sentido. Si yo puedo ser la mitad de bueno de lo que es mi viejo conmigo, creo que voy a ser un excelente padre.

Estuvo con mi vieja en el campo y trabajamos juntos en unos portones que nos estaban haciendo falta. Hicimos los bastidores con madera y después le abulonamos la chapa. Quedaron realmente bien.

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