miércoles a la noche
Estábamos con Martín y con Gecko en casa tomando una cerveza y yo les tiré la idea de ir hasta la Casa de la Poesía porque se presentaban tres libros de Eloisa Cartonera. Uno de Fabián Casas, otro de Pauls y el tercero de un mexicano, Mario Bellatin.
Martín llegó antes porque estaba en bicicleta y nosotros llegamos después, y él ya se quería rajar. Le agarraron todas las fobias juntas pero lo retuvimos con un poco de vino. Cuando entré a saludar a Cristian De Napoli, que se hacía el que organizaba, Cucurto le dijo a un pelado: “Che, Casas, este es Terranova”. El pelado, que estaba leyendo, se cruzó todo el salón y me dio la mano. Cucurto tiró una foto y Casas me dijo: “Che, leí lo que escribiste sobre mí en tu blog, me hizo pensar”. Yo me sentí reconocido. Se lo presenté a los pibes. Hola, qué tal, etc. “Te hacía más barrial” le espetó Gecko. Y el otro se la cazó al vuelo y le respondió “Ahora para leer me cambio”.
Nos buscamos un rincón y Gecko, mientras se sentaba, cual vieja en la feria del libro, dijo en voz alta: “Yo a Pauls lo recuerdo de sus internvenciones en ATC”. No era una frase peyorativa, pero Pauls que estaba a escasos veinte centímetros, sentado delante nuestro, nos miró como dicendo: “Sí, estuve en Canal 7, ¿y?”.
No, miento, no fue así. Pauls es un gentelman. La cosa iba a venir después, cuando Casas se puso a leer y al mexicano le empezó a sonar el ceular. Mientras lo apagaba, Casas paró de leer y tiró la bronca, creo, con toda la justicia del mundo.
“Odio los celulares” aclaró. Y para los que lo seguimos en Mal Elemento, la aclaración sobraba. Siguió la lectura y un par de minutos más tarde del bolsillo de Gecko empezó a salir la melodía de Light my fire de The Doors. Casas paró de vuelta la lectura y volvió a decir que esos aparatitos no le van, de nuevo, con bastante razón. Usando el silencio que se hizo, le aclaré por las dudas a la audiencia, señalando a Gecko, “yo no lo conozco”. Fue una sola vez. Y conste que a gente más importante la negaron tres veces. Después, yo lo miraba y me reía. Lo vi empezar a transpirar. Gecko es de esos tipos que no pueden procesar los papelones y los reviven una y otra vez en su imaginación, mientras el momento fatal se aleja en el tiempo, y cada vez es peor, y cada vez se sienten más vergüenza, aunque haya sido una boludez.
Casas presentaba “Veteranos del pánico”, una novelita que compré y que empecé a leer en el colectivo, y que recomiendo con énfasis, como todo lo que sale del cráneo del hombre de Boedo. Lo de Bellatin no me gustó y lo de Pauls me aburrió.
Salimos al toque y cuando salíamos Gecko, que había recuperado la chispa, me dijo, irónico, “¿Querés que te haga quedar mal con algún otro escritor?”. Martín agarró la bicicleta y se fue.
Nosotros nos quedamos haciendo puerta, esperando que saliera Casas para pedirle perdón por lo del celular y decirle que es un escritor muy grosso.
Martín llegó antes porque estaba en bicicleta y nosotros llegamos después, y él ya se quería rajar. Le agarraron todas las fobias juntas pero lo retuvimos con un poco de vino. Cuando entré a saludar a Cristian De Napoli, que se hacía el que organizaba, Cucurto le dijo a un pelado: “Che, Casas, este es Terranova”. El pelado, que estaba leyendo, se cruzó todo el salón y me dio la mano. Cucurto tiró una foto y Casas me dijo: “Che, leí lo que escribiste sobre mí en tu blog, me hizo pensar”. Yo me sentí reconocido. Se lo presenté a los pibes. Hola, qué tal, etc. “Te hacía más barrial” le espetó Gecko. Y el otro se la cazó al vuelo y le respondió “Ahora para leer me cambio”.
Nos buscamos un rincón y Gecko, mientras se sentaba, cual vieja en la feria del libro, dijo en voz alta: “Yo a Pauls lo recuerdo de sus internvenciones en ATC”. No era una frase peyorativa, pero Pauls que estaba a escasos veinte centímetros, sentado delante nuestro, nos miró como dicendo: “Sí, estuve en Canal 7, ¿y?”.
No, miento, no fue así. Pauls es un gentelman. La cosa iba a venir después, cuando Casas se puso a leer y al mexicano le empezó a sonar el ceular. Mientras lo apagaba, Casas paró de leer y tiró la bronca, creo, con toda la justicia del mundo.
“Odio los celulares” aclaró. Y para los que lo seguimos en Mal Elemento, la aclaración sobraba. Siguió la lectura y un par de minutos más tarde del bolsillo de Gecko empezó a salir la melodía de Light my fire de The Doors. Casas paró de vuelta la lectura y volvió a decir que esos aparatitos no le van, de nuevo, con bastante razón. Usando el silencio que se hizo, le aclaré por las dudas a la audiencia, señalando a Gecko, “yo no lo conozco”. Fue una sola vez. Y conste que a gente más importante la negaron tres veces. Después, yo lo miraba y me reía. Lo vi empezar a transpirar. Gecko es de esos tipos que no pueden procesar los papelones y los reviven una y otra vez en su imaginación, mientras el momento fatal se aleja en el tiempo, y cada vez es peor, y cada vez se sienten más vergüenza, aunque haya sido una boludez.
Casas presentaba “Veteranos del pánico”, una novelita que compré y que empecé a leer en el colectivo, y que recomiendo con énfasis, como todo lo que sale del cráneo del hombre de Boedo. Lo de Bellatin no me gustó y lo de Pauls me aburrió.
Salimos al toque y cuando salíamos Gecko, que había recuperado la chispa, me dijo, irónico, “¿Querés que te haga quedar mal con algún otro escritor?”. Martín agarró la bicicleta y se fue.
Nosotros nos quedamos haciendo puerta, esperando que saliera Casas para pedirle perdón por lo del celular y decirle que es un escritor muy grosso.
10 Comments:
Terranova,
Linda crónica.
Es cierto que Casas escribe grosso.
Atte.
Qué divertido que es pasar papelones con amigos... incluso frente a escritores grossos.
Terra, por favor ya no le provoques a tu amigo estos episodios que puedan confinarlo a un trastorno de estrés postraumático! Por otra parte ¿pudieron disculparse con Casas finalmente?
Terra, por favor ya no le provoques a tu amigo estos episodios que puedan confinarlo a un trastorno de estrés postraumático! Por otra parte ¿pudieron disculparse con Casas finalmente?
¿Qué esperabas? ¿Ciencia ficción? No, yo soy un escritor realista, querido. Lejos de quedar como un idiota, Gecko, Ud. fue la estrella de la noche. Y sí, lo suyo es el espeto, pero espeto corrido. Que se repita.
¿No era hoy lo de Casas? Conchasumadre!!! Y encima parece que estuvo bueno!!! salgo ya para la cortonera a comprar los veteranos!
dónde está el posteo que lo hizo pensar a Cucurto !!! quiero leer esa obra monumental !!!! ¡¡¡¡¡¡¡EXTRAORDINARIO !!!!!!
el oso figueredo
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Leé bien, forro. El que piensa es Casas. ¿Por qué no firmás con tu nombre? ¿Tenés miedo que te agarremos algún día?
Ahhhh ya me parecía demasiado utópico lo de Cucurto...
Ahora, como puede ser que un salamín con pelos que firma "beto" me increpe para que firme con MI NOMBRE !!!!
Aparte, no ves que pongo el apellido...?
el oso figueredo
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juanté,
le juro que en tanto *papelonera*, recién a partir de sus dichos sobre gecko encuentro mi definición.
yo hago lo mismo, no puedo dejar de abochornarme repitiendo la escena quichicientas veces.
pero pensaba que a todos les pasaba lo mismo, hasta ahora.
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