ayer en la plaza
Ayer, al final el llamado de la historia me pesó y fui a la plaza. No me costó llegar, casi entusiasmado, a la derecha del palco. Eran las seis de la tarde y había mucha gente pero no se agrupaba en forma compacta. Una banderas negras, sí, negras, con letras blancas y la cara del Che me llamaron la atención y empecé a tomar notas. No había palos ni encapuchados como en lo de Martines de Hoz. Y sí había pibes de todas las edades, madres con sus hijos, gente que esperaba.
Los del escenario, parados como los niños cantores de Crónica, arengaban a los gritos a la multitud. Eso fue lo primero que me molestó y curiosamente casi lo único. “30.000 detenidos desaparecidos, ahora y siempre, presentes”. El “fuera yanquis de Irak y de América Latina” era mucho más aplaudido. Las entrañas abiertas del progresismo argentino sonaban como la versión amplificada de un volante universitario. Las caras eran de cansancio.
Todos los que estaban ahí sabían por qué estaban ahí. ¿Había necesidad de desgarrarse a ese volumen? El infaltable toque telúrico. Cuando estaba pensando que lo más probable era que no pasara nada, un grupo irrumpió directamente frente al escenario. Traían una bandera enorme, celeste y blanca, que decía “Juventud Peronista” y parecía confeccionada para la ocasión. En otra se leía “Peronismo Independiente”, más atrás “Agrupación universitaria Megafón”.
A la gente del palco no le gustó y enseguida empezaron a pedirles que se corrieran. Mientras tanto seguían las declaraciones. “Porque reivindicamos sus ideales y continuamos su lucha...” (Paréntesis obvio: ¿Perdón? ¿Reivindicamos los ideales de quién? ¿De los desaparecidos? ¿De los montoneros desaparecidos? ¿De los de la Juventud Peronista? Me hice estas preguntas, obvio, pero hasta a mí mismo me resultaron remanidas.)
Después, en la misma bolsa y con los mismos gritos se juntaban Cromañón y Las Heras. El pedido de apertura de los archivos fue la única consigna con la que me identifiqué. “Abran todo” pensé, “pero ábranlo en serio, a ver qué bichos saltan”.
La mujer del palco seguía quedándose afónica: “30.000 detenidos desaparecidos, ahora y siempre, presentes”.
La cabecera de Derechos Humanos –Madres, Abuelas e Hijos– no llegaba a la plaza. Los Ex combatientes CECM de La Plata que me rodeaban, también a la derecha del escenario, miraban como saltaban los del medio. Alguien pidió un médico.
Y ahí vino el primer roce, que gracias a Dios no fue físico: “Vamos a suspender el acto hasta que se desocupe el centro de la plaza” se escuchó. “Hay que hacer espacio para que entre la columna de Derechos Humanos. Ellos son el centro de la marcha”.
Los del PCR, muchas banderas rojas con letras amarillas (Hoz y martillo, cara de Mao muy parecida a la de Warhol), les empezaron a gritar que se corran. Desde el palco intentaron hacer prender la de “el pueblo las abraza, Madres de la plaza”, pero ni los “peronistas independientes” se movían, ni la gente coreaba, aplastada por el sonido. Ahí me agarró el efecto tunel de tiempo y volví a 1991, cuando se hacían las marchas por la ley de educación, o algo así, ya ni me acuerdo. “Si vuelvo a la década del ochenta con treinta años...” pero no, no había suficiente energía.
Por allá atrás otra bandera que no decía nada: “Movimiento de integración porteño”. Más a la derecha todavía, y abajo de su bandera los Desocupados de la CCC Matanza, esperaban tranquilos. Muchas familias. Muchos pibes.
“Vamos a leer la carta abierta a la Junta de Rodolfo Walsh”. Un tipo con una remera negra que tenía la cara de Olmedo gritó: “Ese era peronista, la concha de tu madre”.
Del palco seguía el tema de correrse y se empezó a hablar de la comisión de seguridad. También pidieron que no empujaran. El vallado se había hecho a la altura del subte y la mitad de la plaza no llegaba a contener a toda la gente que venía de Congreso.
Retrocedí hasta la puerta del Cabildo y abajo de una bandera larguísima que decía “Encuentro por la unidad latinoamericana” me encontré una amiga nacida en 1980. Me dijo “No hay unidad”.
Pasó un pibe de doce años, no más, con una remera pintada a mano que decía “30.000 sueños sepultados”. Los del MST que venían prendieron una bengala. Alguien reaccionó: “Estamos al aire libre, no hay problema”.
El problema del palco seguía, pero la columna de Derechos Humanos se había empezado a acomodar. “Tengo que vencer mi elemento posmoderno para venir acá” me dijo la chica de la facultad, mientras miraba su celular y le mandaba mensajes de texto a una amiga que estaba llegando.
— Ese es un problema que yo no tengo— le dije.
— ¿Cuál?
— Vencer mi elemento posmoderno.
— Bueno, vos tenés que relativizar tu elemento reaccionario.
Del celular le colgaba un muñequito de Hello Kitty. Me daban ganas de abrazarla. Pero cuando la chica posmoderna empezó a hablar con un anteojudo de rulos decidí que era hora de irme. El Chacho Álvarez alguna vez confesó en una entrevista que, en sus tiempos, después de las marchas, los telos se llenaban. Pero, insisto, era otra energía, era otra época, otros ideales. Aunque irse es lo más difícil sobre todo cuando no pasó nada, retrocedí por Diagonal Sur y pude ver que con percusión, murga y pirotecnia, bien ordenado, el MAS llegaban tarde.
A la altura de Alsina había vendedores de banderas argentinas. A las ocho, ya de vuelta en la redacción le ofrecí al editor de política una columna. “Mirá –me dijo–, el domingo esto ya va a ser viejísimo”. Después, por televisión, me enteré de la desorganización y los problemas y roces que hubo durante el acto. Cuando salí a la calle, llovía, pero sentir el agua en la espalda y en el cuello fue un sensación inesperadamente agradable.
8 Comments:
Terranova no puede vencer (ni le interesa) su elemento posmoderno y reaccionario, porque todavía no entendió que lo posmoderno es reaccionario. Los '90 están mas muertos que los '70, aunque a algunos les pese...
En mi blog tenés un videito de la JP avanzando a los ponchazos.
Unidad? jajjajaja
Que gente de mierda. aguante el ignorante.
Lo posmoderno no es reaccionario Anonimus, esa es una de sus caracteristicas y si se quiere de su problemas... no hay que entender posmodernidad como modernidad a ultranza, estamos hablando de conceptos teoricos e historicos específicos, no mandemos fruta de esa manera por favor
Está muy bien como cierra el último párrafo.
Creo que para el día sábado todo era viejísimo... se cayó Valdano de un helicóptero (or whatever) o la carne o las papeleras o bla...
Si yo te encontraba en la marcha, por lo menos UNA habitación de UN telo se ocupaba...(ay no!, esto iba en el blog de secretos inconfesables...)
Bueno, por lo menos pone el sexo... Así sabemos.
carlot...soy una niña, y ya estuve allí
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