Wednesday, September 13, 2006

"A veces sueño que pinto"

Su compulsiva pasión por filetear los objetos de la vida cotidiana, lo llevó a vivir rodeado de su arte y filetear su ataúd y el de su mujer. Acaba de editar El arte del filete, un excelente libro que repasa sus dragones, sus pájaros y lo más significativo de su obra. Retrato del artista que supo mezclar aires de surrealismo con el ambiente más tradicionalmente porteño de Buenos Aires.

Juan Terranova, especial para Perfil

“Y tenía para, por lo menos, tres libros más” dice cuando habla de El Arte del filete, el lujoso libro que Ediciones del Dragón le acaba de editar. En su casa, que también es su taller y un verdadero museo, la mayoría de los objetos están fileteados: los ventiladores de techo, la guitarra y el mate están fileteados, las puertas y las mesas, la computadora, y por supuesto, también los ataúdes más famosos de la plástica argentina. Después de aclarar que ya perdió la cuenta de cuántos cuadros hizo en su vida, a los sesenta y seis años de edad, Martiniano Arce dice que le agradece a Dios por dejarlo pintar todos los días.
¿Desde hace cuánto que Martiniano Arce es “el fileteador de Buenos Aires”?
- Desde hace mucho. Empecé a los trece años a dibujar y a pintar. Jamás cambié de oficio. Pinto todos los días y todo el día. “¿El domingo también?” me preguntan. Pero el domingo es el día más lindo para pintar porque todo está más tranquilo. Y nunca me aburro.
¿Y qué siente cuando pinta?
- Felicidad. La felicidad es personal, en mi caso está en el trabajo. Me levanto y no leo el diario. El mate sí, a la mañana, porque acompaña.
¿Cuál es su primer recuerdo del filete?
- Los carros. Yo ya pintaba y los carros me llamaban mucho la atención. A veces sueño que todavía pinto carros. Y a veces sueño que pinto mujeres. No que las retrato, sino que pinto sobre su piel.
Cuando se le pregunta de dónde surgen sus ideas, el fileteador hace una pausa.
- Empecé con los carros y los camiones. Y eso fue una escuela que me marcó mucho. Hoy agarró el pincel y lo muevo con mucha facilidad. Una vez estuve como tres meses sin pintar. Hice una gira por el Pacífico México, los Estados Unidos y Canadá. Cuando volví a agarrar el pincel, fue como si no hubieran pasado ni dos horas. El pincel me habla, me dice y yo lo sigo. Y cuando no le encuentro la vuelta a una cosa, me voy a la terraza y miro el cielo. Y ahí la inspiración vuelve. ¿Por qué será? ¿Bajará algún ángel?
Arce cuenta que los familiares que tiene en Estados Unidos lo reciben con las telas preparadas y comenta, al pasar, que los dragones se transforman cuando los pinta. “La sangre del dragón –agrega– es negra y amarilla. Los de cuatro dedos son los del pueblo, los de cinco, de los mandarines”. Cada tanto deja de hablar de su arte, para citar el Tao, a Buda y a Gardel.
¿Qué tiene que tener un filete para transformarse en un arte?
– Tiene que tener gracia. El filete tiene que ser como la ola del mar, como la mariposa. Tiene que ser mezcla de surrealismo y el ambiente porteño de Buenos Aires. Y tiene que decir, que aparecer en la vida y en la muerte. La muerte es un gran tabú. Por eso el ataúd fileteado llama tanto al atención. Me acuerdo que yo lo quería hacer y no me lo vendían. Fui hasta la casa de velorios de acá a la vuelta y no había caso. Decían que ellos vendían el servicio completo y yo no me pensaba morir todavía. Hasta que un día apreció un señor y me dijo: “Mi nombre es José Luis Arce y quería saber si somos parientes”. Y resulta que el tipo tenía una cochería y me consiguió el ataúd. Al principio, impresionaba. Pero a medida que lo fui pintando, su presencia se fue suavizando. Hoy es casi un mueble, incorporado en mi ida cotidiana.
En el prólogo a El Arte del filete que Oscar Sbarra Mitre escribió especialmente para la ocasión se describe a Arce como “el auténtico constructor, el arquitecto primordial de la cultura del filete; milagroso ser capaz de plasmar, casi litúrgicamente, el espíritu intangible de la Reina del Plata”. Mientras tanto, en el corazón de San Telmo, los pinceles silenciosos del maestro continúan su infatigable tarea.

4 Comments:

Blogger Maggie said...

hay web de Perfil? porq citas los textos, pero no hay link
merci beaucoup

5:26 AM  
Blogger Sparhawk said...

Genial Terra. Me hiciste acordar a un artículo que leí recientemente en la revista Juxtapoz (lo mejorcito que hay an materia de arte popular en EEUU) sobre Von Dutch, quien fuera el pionero del fileteado de coches y artes derivados en los EEUU. Las comparaciones son malas pero parece que el Sr. Arce sería el equivalente al Von Dutch argentino.

L

11:26 AM  
Blogger Sparhawk said...

Me olvidaba de comentar, en caso de que no sea de conocimiento popular, que el arte de filetear en inglés se conoce como "pinstriping".

11:29 AM  
Anonymous Anonymous said...

solo pasaba y me encontre con un exelente rincon literario...

un abrazo

2:55 PM  

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