el sábado pide un beso
Si un día de septiembre te golpean la puerta de tu cuarto a las tres de la mañana para decirte que tu padre está muerto es una cosa. Si tres meses después, la escena se repite y esta vez es tu madre la que está internada en unidad coronaria con seis cables entrando y saliendo de su cuerpo, el asunto ya parece algo de mal gusto. Un médico nacido en la década del ochenta y al cual podría quebrar como una rama seca solamnete usando mi mano derecha me dice que está bien, fuera de peligro y que son cosas que pasan. En el medio, a mi abuela le descubren un tumor del tamaño de un huevo de pascua en el hígado. Supongo que es positivo que me tome quince días de vacaciones. De no ser así, muy probablemente no hubiera reprimidio mis impulsos de golpear en la cara a esos jefes ajenos que te miran y no responde tus saludos en el ascensor, los espejos duplicando la imagen al infinito.
2 Comments:
Terra, a ver si me invitás a comer que tengo un vinasi que me trajeron para el cumple, que la rompe!
ay
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