Cartas al duque (cuarenta y cinco)
Querido Duque,
Suena un tiro, una bomba atrasada, y los perros ladran. A veces descubro mi falta de talento y me aterro. Pase completo al tren fantasma de las imposibilidades. Pero después vuelvo. “Marx no” dijeron ayer cuando todavía no estábamos en el 2007. A menos que alguien actualice de forma legible “El fetichismo de la mercancía y su secreto”. Entonces, quizás sí. Porque la mercancía no es ni de lejos el demonio. Y Stalin no era budista. Me encanta los alarmistas, querido Duque. Las historias que cuentan siempre son entretenidas. Hoy vi a Baremboim dirigiendo una adaptación de Adiós, nonino para orquesta en el Obelisco y ahí sí que me sentí mal. Pero peor es no haber podido dormir tres horas seguidas desde el sábado a la noche.
Lo saluda,
aburrido y agobiado,
Terra.
PD: Nunca falta el pelotudo que reivindica a Duchamp como un genio de la filosofía, de la poesía, o alguna otra mierda por el estilo.
PD: Nunca falta el pelotudo que reivindica a Duchamp como un genio de la filosofía, de la poesía, o alguna otra mierda por el estilo.
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