jueves a la tarde
El síndrome del nido hace que las embarzadas se ponga a ordenar la casa. Me lo contó Celia, que acaba de empezar a mover muebles. "Incluso en casas ajenas" me dice. Y yo le digo: "¿Por qué no hablás con la vecina? Por ahí ella necesita lo más" le digo yo. Pero no hay suerte.
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