Wednesday, June 08, 2005

miércoles a la tarde

Nunca tendríamos que bajar los brazos y aflojar la soga. Pero a veces pasa. ¿Cómo hacer para que la idiotez que nos rodea no nos lastime? Hace algún tiempo creí que la literatura nos ayudaba. Todavía sigo pensando que ayuda. Quizás ahora vea las bambalinas, el piso sucio, la cara marcada de viruela del tramoyista. O incluso es posible que haya perdido un poco de confianza. Pero no quiero ponerme melodramático.

Cuando una persona que no vale pretende decirnos lo que tenemos que hacer y nos mandonea la sensación de impotencia puede reventar el espejo de un ascensor. La pregunta sigue en pie. Es una pregunta difícil. ¿El mundo es de los tontos? Muy probablemente. Pero incluso entre los tontos hay matices. Un tonto que tiene que trabajar para vivir es una cosa. Un tonto que vive de rentas es diferente y el asunto se puede volver muy peligroso. Ver un tonto por la calle es una cosa, vivir en el mismo edificio es otra.

Después están los tontos alfabetizados, los tontos burócratas, los tontos malignos y así. Es toda una especie. Y finalmente, pensando un poco en Blade Runner y en Harrison Ford oscultando el iris de un replicante para ver qué pasa ahí adentro, ¿quién nos dice que nosotros no pertenecemos a la cofradía?

La palabra aparece clavada en la pared como un insecto que espera la disección.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Este blog es una mierda.

3:06 PM  
Anonymous Anonymous said...

Escúchese Tontos, de Billy Bond y la Pesada del Rock n' Roll.

9:52 AM  

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