Cartas al duque (siete)
Querido Duque,
Ayer nadé mis buenos dos mil metros. Abajo del agua las ideas funcionan de otra manera. Hay un silencio que hace que todo sea mucho más claro. Supongo que es la falta de oxígeno, la presión y la posibilidad de ahogarse y morirse. (Todo esto en su acepción más positiva.) Después, revisando una biblioteca ajena encontré La era del peronismo de Abelardo Ramos. Leí las primeras dos páginas. Resultaron demasiado buenas y tuve que dejar el libro. Con el cansancio la vengo remando. Pongo piloto automático. Hablo por teléfono y es como si me hicieran acupuntura en las orejas. A veces, sin embargo, los controles se zafan. También los perros de Pavlov se rebelaban y mordían a la gente cada tanto. Lo que pasa es que la historia oculta esas verdades para el bien de todos.
Le escribo pronto,
Terra.
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