Cartas al duque (setenta y nueve)
Querido Duque.
Escuche esto: "La estupidez, el error, el pecado, la mezquindad, ocupan nuestro espíritu y trabajan nuestro cuerpo, y nosotros alimentamos nuestros amables remordimientos, como los mendigos nutren sus piojos". Usted puede decir lo que quiera sobre Baudelaire, pero esos cuatro versos, que planché y traduje aquí en tosca prosa castiza, están dando de lleno en alguna parte. Cada uno sabrá que porción de sí mismo –y cuándo y por qué– se ve afectada por esa línea.
Escuche esto: "La estupidez, el error, el pecado, la mezquindad, ocupan nuestro espíritu y trabajan nuestro cuerpo, y nosotros alimentamos nuestros amables remordimientos, como los mendigos nutren sus piojos". Usted puede decir lo que quiera sobre Baudelaire, pero esos cuatro versos, que planché y traduje aquí en tosca prosa castiza, están dando de lleno en alguna parte. Cada uno sabrá que porción de sí mismo –y cuándo y por qué– se ve afectada por esa línea.
Por lo demás, la vida encarrila y descarrila, y aunque es un reflujo necesario, uno siempre quiere que las cosas no conmocionen.
Le escribo pronto.
Terra.
Le escribo pronto.
Terra.
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