lunes a la noche
Hoy trabajé de firme toda la mañana, paré para comer apenas un pedazo de pan y queso, y seguí parte de la tarde. Eso es bueno.
Me hace sentir bien. Si no trabajo, si no rindo lo que tengo que rendir, el mundo me resulta incompleto.
El pan era de centeno, suave y muy fresco, con semillas de sésamo en la corteza.
También, no salir y quedarme encerrado me hace mal. Hoy la calle, con su lluvia y su asfalto mojado, de alguna manera me festejaba.
"Es Buenos Aires -pensé-. Sabe que nos gustamos, aunque yo estoy mucho más pendiente de ella que ella de mí."
Sobre las siete de la tarde me encuentro para pasar un muy agradable momento con amigo coleccionista y artista plástico. Me regala un libro inhallable. Me muestra sus témperas. Pequeños trabajos, simples pero elegantes.
Después vuelvo a casa, Celia salta una cebolla y unos brócolis para acompañar tallarines de morrón y huevo, finos y rosados. Antes, media palta pequeña, en su punto de maduración justo, con un poco de mayonesa y sal.
Ahora estoy sentado en la computadora, escribiendo, y puedo dejar de pensar en la frase de Vinicius de Moraes que me enseñó Cristian de Napoli: "Que sea eterno, mientras dure".
Me hace sentir bien. Si no trabajo, si no rindo lo que tengo que rendir, el mundo me resulta incompleto.
El pan era de centeno, suave y muy fresco, con semillas de sésamo en la corteza.
También, no salir y quedarme encerrado me hace mal. Hoy la calle, con su lluvia y su asfalto mojado, de alguna manera me festejaba.
"Es Buenos Aires -pensé-. Sabe que nos gustamos, aunque yo estoy mucho más pendiente de ella que ella de mí."
Sobre las siete de la tarde me encuentro para pasar un muy agradable momento con amigo coleccionista y artista plástico. Me regala un libro inhallable. Me muestra sus témperas. Pequeños trabajos, simples pero elegantes.
Después vuelvo a casa, Celia salta una cebolla y unos brócolis para acompañar tallarines de morrón y huevo, finos y rosados. Antes, media palta pequeña, en su punto de maduración justo, con un poco de mayonesa y sal.
Ahora estoy sentado en la computadora, escribiendo, y puedo dejar de pensar en la frase de Vinicius de Moraes que me enseñó Cristian de Napoli: "Que sea eterno, mientras dure".
3 Comments:
Gracias, Tomi. Es bueno sentirse apreciado.
de napoli y otra de sus enseñanzas magicas a las que somos tan afectos. que frase la del gran vinicius! lindas tus semblanzas, terra.
Terranova:
¿Qué tal si nos regalás un post comentando lo que venís "cocinando" literariamente? (o de lo último inédito) ¿O preferís dejarlo en secreto?
Pienso en Arlt anunciando sus próximas entregas, y sería interesante "atisbar" por dónde vas.
Licencias que se puede tomar un "Other" curioso. A veces, los cocineros no necesitan exponer sus secretos: sólo enumerar los ingredientes, evitando hablar de procesos, tiempos y proporciones.-
Un saludo de este "desubicado" lector.-
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