Sunday, April 03, 2005

domingo

El viernes, waterpolo otra vez con la viejos del club. Dos tiempos de 35 minutos. El primero, a mi equipo le faltaba un jugador, lo cual implicaba subir y bajar con la pelota. Intenso. Nos sacaron dos goles de ventaja. Silbato y se rehicieron los equipos, esta vez igualados. Me pare en el medio, como si fuera un cinco de futbol, y los paseamos. Si se daba el espacio remaba hasta el arco y era gol seguro. Fue un buen partido, y la vuelta la hice caminando despacio.

Tan cansado estaba que cuando me di cuenta que la computadora no arrancaba, me fui a dormir. Ahora escribo desde lo de mis viejos, mientras hacemos la sobremesa del asado. Muchos de nuestros problemas, creo, tienen que ver con no tomarse las cosas con calma. Nos sobra fuerza y entonces nos volvemos locos. Mirar por la ventana, sacarse la arena de los zapatos. Una moto hace ruido en la calle. Y enseguida silencio.

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