lunes al mediodía
Otro locutorio, esta vez Teléfonica, paredes azules, un lugar pulcro pero el teclado es una mierda.
El sindrome de abstinencia en una etapa rara. La ansiedad, casi controlada. Alguien cuenta un chiste sobre el Papa y Terri Schiavo pero no llego a oir el remnate. Me voy a comprar una computadora nueva. Es decisión tomada. Cada tanto, hay que invertir en eso. Ahora bien, armarla resulta todo un asunto. Creo que elegí bien las partes. Veremos.
- Mi única condición es que no haga ruido- le dije al vendedor después de dictarle la lista de componentes. Me prometió que no iba a tener problemas.
Así que fue un fin de semana raro. Mil proyectos parados y me voy poniendo al día con la lectura. Todo el asunto me sivrió para darme cuenta hasta que punto mi vida (metafísica y cotidianamente hablando) depende de lo que pueda escribir.
En un rato me voy a nadar para mantener un mínimo de cordura. El otro día después del partido, en el vestuario, imbecilidad política. Como si la Argentina no hubiera cambiado en los últimos diez años. En las cabezas de esos tipos el 2001 había sido, a lo sumo, una loma de burro.
"Hay un loco- me dijo el viejo Tom Sawyer- que es un peligro. Termina de hacer pileta, viene el vestuario, se seca, se pone al ropa y se mete en la ducha vestido y con un paraguas." Le digo que me gustaría verlo. Pero el viejo lo desaconseja. "No es tan interesante" me dice al final.
El sindrome de abstinencia en una etapa rara. La ansiedad, casi controlada. Alguien cuenta un chiste sobre el Papa y Terri Schiavo pero no llego a oir el remnate. Me voy a comprar una computadora nueva. Es decisión tomada. Cada tanto, hay que invertir en eso. Ahora bien, armarla resulta todo un asunto. Creo que elegí bien las partes. Veremos.
- Mi única condición es que no haga ruido- le dije al vendedor después de dictarle la lista de componentes. Me prometió que no iba a tener problemas.
Así que fue un fin de semana raro. Mil proyectos parados y me voy poniendo al día con la lectura. Todo el asunto me sivrió para darme cuenta hasta que punto mi vida (metafísica y cotidianamente hablando) depende de lo que pueda escribir.
En un rato me voy a nadar para mantener un mínimo de cordura. El otro día después del partido, en el vestuario, imbecilidad política. Como si la Argentina no hubiera cambiado en los últimos diez años. En las cabezas de esos tipos el 2001 había sido, a lo sumo, una loma de burro.
"Hay un loco- me dijo el viejo Tom Sawyer- que es un peligro. Termina de hacer pileta, viene el vestuario, se seca, se pone al ropa y se mete en la ducha vestido y con un paraguas." Le digo que me gustaría verlo. Pero el viejo lo desaconseja. "No es tan interesante" me dice al final.
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