Thursday, March 29, 2007

derecha y/o izquierda


"Sorel ejercerá tanta influencia en Barrès y Péguy como en Lenin. Éste último, en materialismo y empirocriticismo, le denunciará no obstante como un "spíritu desordenado".
Más que Francia –observa Alexandre Croix en La revolución proletaria–, Italia sería la "tierra prometida del sorelismo". Sorel ejercerá una poderosísima influencia en la escuela sindicalista dirigida por el futuro ministro italiano de trabajo (entre 1920 y 1922), Arturo Labriola. Éste, en 1903 traduce El futuro socialista de los sindicatos. Uno de sus lugartenientes, Enrico Leone, redactó, en 1906, el prólogo de la primera edición italiana de Reflexiones sobre la violencia, publicado con el título de Lo sciopero generale e la violenza ("La huelga general y la violencia").
Mediante esta traducción, Sorel alargará su influencia a Vilfredo Pareto, Benedetto Croce, Giovanni Gentile y (por la mediación de Hubert de Lagardelle) sobre Benito Mussolini.
En Alemania, el sorelismo encuentra una especie de prolongación en las corrientes nacional-revolucionarias y nacional-comunistas que se manifestaron a partir de 1920 (cfr. Michael Freund. Georges Sorel und der revolutionäre Konservatismus, 1932).
Cuando murió Sorel, en 1922, el entonces monárquico Georges Valois (futuro fundador del primer partido fascista fuera de Italia), en la revista de la Acción Francesa, y el socialista Robert Louzon, en Le Socialiste, le rindieron sendos homenajes que asombran por su semejanza a quien alcanza a leerlos. Pocas semanas más tarde, Benito Mussolini, justo después de tomar el poder con la marcha sobre Roma, declaraba al corresponsal en Italia del diario madrileño ABC: "Es a Sorel a quien más le debo".
El gobierno fascista y el Estado soviético propusieron el mismo día asumir los costes de un monumento ante su tumba."
Fragmento de Georges Sorel. Alain de Benoist.
[Traducción: Santyago Rivas]

torero y chef


Wednesday, March 28, 2007


cartas al duque (sesenta y nueve)

Querido Duque,
Este periodismo tan particular cada día se pone más raro. Me hace acordar al viejo en la sala de espera en una novela de Vonnegut: “Yo sabía que la vejez era mala, pero no mala de esta manera...” dice, mientras no puede dejar de tirarse pedos.
Ahora, querido duque, le escribo sin ganas. Pero está bien. Preferiría estar tirado en casa, con el control remoto de la televisión en la mano y tres almohadas atrás de la cabeza. A veces, la verticalidad me agota. Para colmo me pesqué un resfrío y tengo todos los músculos de la espalda contracturados. Un mono oscuro me pincha los globos oculares desde adentro. ¿Con qué pincha? No sé. Pero es meticuloso. Espero escribirle pronto y de mejor ánimo.
Se lo extraña un poco,
Terra.-

Tuesday, March 27, 2007

postales del paro de Perfil (siete)


Saturday, March 24, 2007

¿quieres ser Jorge Fontevecchia?





Friday, March 23, 2007

curtite

record?

25, sí, 25 días de paro.

Thursday, March 22, 2007

como tragedia y como farsa

"Uno remonta vuelo como un ave y enseguida aprecen las garras traidoras que lo único que hacen es morderlo a uno y mantenerlo en la tierra."
Cha-cha-cha en la lucha gremial con los trabajadores de Perfil.
(Cualquier semejanza con la realidad...)

Wednesday, March 21, 2007

postales del paro de Perfil (seis)


(Hans Bellmer estuvo en la redación y se mordió los codos.)

Tuesday, March 20, 2007

postales del paro en Perfil (cinco)

Monday, March 19, 2007

cartas al duque (sesenta y ocho)

Querido duque,
Como usted bien sabe, yo soy de los que leerían un libro solamente porque está impreso en tipografía generosa. La redacción está vacía. Alguien se ríe en el fondo. No hay mucho más.
Saludos,
Terra.-

Sunday, March 18, 2007

postales del paro en Perfil (cuatro)

Friday, March 16, 2007

Cartas al duque (sesenta y siete)

Querido Duque,
Al final de túnel no hay una luz. Pero tampoco un martillazo en la nuca. Es una intuición. Viajes en subte, paros por tiempo indeterminado, ollas a presión, adictografía, humedad. La variantes de un periodismo cada vez más inesperado. ¿Cuántos secretos tiene este oficio, querido duque? ¿Qué falta? ¿Dinosaurios ocultos, corrupción amaestrada, viento solar? La última explosión detona con fuerza. Le escribo desde una redacción tomada con carteles y papel de diario en el suelo. Los editores trabajan pero nos los miramos trabajar. Internet, como siempre, es indispensable.
Lo abraza, en la amarga dulzura de la indeterminación,
Terra.

postales del paro en Perfil (tres)

Thursday, March 15, 2007

postales del paro en Perfil (dos)

you know my name, pick-up the number

Wednesday, March 14, 2007

digale no al miedo


postales del paro en Perfil (uno)


Tuesday, March 13, 2007

una entrevista

Antes de que empezara el paro, le hice esta entrevista a Ana Longoni que acaba de publicar un libro muy interesante "Traiciones, la figura del traidor en los relatos acerca de los sobrevvivientes de la represión" (Norma). Por su contexto de aparición, el texto de la entrevista salió con un pequeño gran error. En la sexta respuesta, donde dice: "La pregunta que yo me hago es si ella se merecía el amor de su marido", debe decir exactamente lo contrario, esto es: "La pregunta que yo me hago es si él merecía el amor de ella".

El libro vale la pena.

Monday, March 12, 2007

catorce, sí, catorce días de paro en Perfil

Sunday, March 11, 2007

la voz que surge del frasco

"Hoy se llama popular a lo que es predigerido para vender a las masas, no a lo que surge del pueblo."

"Me temo que estamos en una situación de decadencia."

Radar Libros, que a veces me tiene como lector, se emperra en sacar a flote cuerpos sin marcas de dinosaurios impávidos. Allá ellos. (Con Link esto no pasaba) Nosotros, la seguimos remando con el paro. O como decía Piruca: "Yo sé quién soy y estoy tranquilo. ¿Vos por qué temblas tanto?".

Saturday, March 10, 2007

cartas al duque (sesenta y seis)

Querido Duque,
Hoy, un sábado virginal de marzo, con un clima apenas fresco, me cuesta salir a la calle. Tengo una ampolla en la boca. ¿Estoy en el bajón, en el pauperio literario? Cada vez más seguido me olvido de Cabezas y me acuerdo de Fontevecchia, o de su madre. Y lo peor es esa necesidad de volver a la rutina, el aburrimiento y la ansiedad. Se impone escribir sobre el paro de actividades, querido Duque, pero la verdad es que no me resulta un tópico interesante. Es como el fútbol, mejor jugarlo que verlo por televisión.
Abrazo, Juan.

Friday, March 09, 2007

editor de Perfil durante el paro de actividades

Wednesday, March 07, 2007


en Perfil por tiempo indeterminado.

Monday, March 05, 2007

T-Bone Burnett

el verdadero cocinero salvaje (otra vez)

Son las nueve de la mañana de un suave y cálido jueves de verano en la República Separatista de Puerto Madero y la megaestrella culinaria Anthony Bourdain se presta a las fotos como un verdadero profesional de los medios. Aunque el desayuno, servido para los periodistas en el jardín interno del hotel cinco estrellas, no despierta el más mínimo entusiasmo, el tema de la conferencia de prensa hoy es la gastronomía. Claro que no se trata de un melifluo evento chic. Más bien es un mix: enviados especiales, semi-punks, presentadores de programas de cable, cocineros locales y curiosos. Todos esperan ansiosos por hacer sus dos o tres preguntas de catálogo y enterarse qué espera comer Bourdain en la Argentina. Cuando termina las fotos, el crédito local, Donato de Santis, adquirido hace rato en el mercado de pases internacionales, saluda al visitante para los flashes.

Nacido en Nueva York en 1956, Anthony Bourdain es una rara mezcla de talentos: chef graduado de las mejores cocinas del primer mundo, anfitrión televisivo, escritor de best-sellers, no duda en definir su pequeño grupo de viajeros televisivos como "una banda de rock que vive de gira". Mientras tanto, No reservetion, su show, que empieza este verano su tercera temporada y se emite por Travel and living de Discovery Channel, es una idea simple: El carismático cocinero interpelando a los lugareños sobre cómo preparan ese extraño entramado de sabores que se conoce como "plato típico".
Versiones de la magdalena. Aunque escribió un par de novelas inhallables en español, el libro central de Bourdain es Confesiones de un chef, cuyo sugestivo subtítulo, "aventuras en el trasfondo de la cocina", no puede ser más exacto. Desde su principio alucinado como lavaplatos en una marisquería de mala muerte hasta el trabajo como chef profesional, la comida es para él, dolor, pasión, sexo, orgullo y la infinita posibilidad de aventura. Viajes y recuerdos se entretejen con desafíos culinarios y descubrimientos aterradores por su crudeza o seductores por su aroma.
Mientras Confesiones de un chef llevó a Borudain a la televisión, Viajes de un chef, en busca de la comida perfecta es la descripción detallada de su programa, o mejor, su trastienda. Porque si el programa en sí ya es descontracturado, los Viajes... son una verdadero envisceramiento de los mecanismos televisivos. Bourdain no ahorra críticas y cinismo para hablar de su propio show y del medio en general.
La escena en que describe la salida de un restaurante ruso es paradigmática. Después de una opípara cena, abundantemente regada con vodka, el cronista y Zamir, su anfitrión local, tienen que hacer una última escena: "Falta hacer esa importantísima toma, la parte donde se nos ve a Zamir y a mí acercarnos a la puerta del restaurante –presumiblemente sobrios, sin haber probado aún esa comida estupenda–, abrirla y entrar a paso firme". Imposibilitados de actuar, los borrachos repiten la escena una par de veces hasta que Bourdain decide que va a ser mejor "arreglarlo en la edición".

Híbridos robustos que combinan las memorias, el relato de viajes y el ensayo, los dos libros que finalmente se pueden leer en continuado como si fueran uno solo, presentan un transfigurado eco proustiano. Tamizada por la industria cultural y un fruición epicúrea, la magdalena es reemplaza alternativamente por un Vichyssoise servido al chef cuando tenía nueve años en un barco que cruza el Atlántico, un alubia fresca consumida con los dedos después de haber fumado marihuana y un costillar de res almorzado en un puesto de una playa perdida en las Indias francesas, acompañado por su mujer. "Tu último hot dog en papaya King –escribe Borudain– puede adquirir proporciones áureas, incluso míticas, si lo recuerdas desde muy lejos."

Como un Pierre Lotti reformulado y contemporáneo, la fuerza de la prosa de Viajes... está en el tratamiento que le da al exotismo. Aunque siempre presente, lo exótico y sus complejos mecanismos aparecen trabajados y cortados con un eficiente escepticismo, como si el viajero dijera: "Ahí está el camello, ahí están las pirámides, acá está la cámara, ya lo sabemos, todos esto es muy artificial y falso, ahora vamos a comer y a tomar, que ahí no se puede mentir".

En su exitoso programa, uno de los momentos más alto de interacción con lo raro se da cuando el neoyorquino se traga el corazón de un cobra que todavía late. Pero cuando le hacen cuerear una iguana doméstica para preparar un forzado asado regional, se queja y se ríe de la necesidad imperiosa de la producción por fabricar la sorpresa.

Es posible que algunas veces resbale y se entregue al elogio desmedido, cayendo quizás un poco en la trampa de la admiración, como le ocurre con el escultor del norte del África o las primeras impresiones de los platos japoneses, pero si un lector se aburre con estos libros, la única que resta hacer es invitarlo a tomarse un buen vaso de vino.

El conjunto de la producción de Bourdain da para usar todas las metáforas de la cocina: su prosa caliente, su personalidad picante, sus libros salidos del horno, etc. Más valdría buscar por su epicúreo sentido del humor, el uso que hace de la desmitificación mitificadora o su verdadero conocimiento de sus oficios, sean estos cocinero, estrella de la tele o narrador.

Oriente es mi sino. ¿Qué va a encontrar Bourdain en la Argentina? ¿Centolla fueguina, cordero patagónico, ñoquis a la bolognesa? La cocina argentina tiene mucha variedad y muchísima calidad en los ingredientes, pero le falta novedad y rareza. Ya sabemos que en Bariloche, donde paró antes de cruzar a Chile, le sirvieron ciervo ahumado, lo cual no parece la mejor opción para un observador de las verdaderas tradiciones vernáculas. Mejor hubiera sido buscar por la Feria de Matadero, dejar de lado el locro, guiso de tema universal, y centrarse en los chinchulines, las mollejas y todo el fantástico triperío argentino más bien agreste al paladar primer mundista. La empanada, herencia árabe pero triunfo de la dieta básica local, puede ser la otra opción.

En sus libros Bourdain se muestra respetuoso de los lugares en los que se sabe comer y se come bien –muy menudo, los tristes vegetarianos son puestos en la picota de su ironía– pero a la hora del resumen se inclina más por Oriente, su muy condimentada variedad de platos y la nobleza que exhibe en la mesa, por ejemplo, la gente pobre de Saigón: "Pronto llegaran los heraldos de los fideos que harán ruido con los mazos para anunciar la inminente aparición de otra cocinilla transportados en hombros, cargadas de cuencos y más cuencos de fideos hirviendo recién hechos. (...) No tardaré en irme de Vietnam y ya lo estoy añorando".

Abierto a los placeres modernos, Borudain no rechaza jugar con armas de fuego, si está en el menú: "Mentiría si dijera que no pasé un buen rato. Disparar con armas rusas pesadas a blancos de papel es divertido. Lo hice asombrosamente bien con el AK-47 y revólveres del 45". Pero también es un narrador hedonista, musculoso y agresivo que consiguió domar la televisión y usarla para sus propósitos vitales. Siguiendo la tradición del estadounidense en el mundo, etnógrafo arrogante pero sensible, ingenioso para descubrir lo propio en lo ajeno y lo ajeno en lo propio, Bourdain se siente cómodo, ya sea en la tele o en la prosa, frente al desafío de lo desconocido y, sobre todo, recorriendo los sugerentes sabores de la realidad.

Frank who was swank

OK. Los lunes son así. Te tenés que levantar a las siete, ir al baño y agarrar una remera negra del placard para taparte la cara porque la luz está entrando através de las paredes. Después, cuando te levantás por tercera vez, das gracias por todo lo que tenés, porque te sentís bien y te sentís justo. Caés de nuevo cuando todo sigue más o menos igual afuera. (Pero peor sería vivir en otra parte, de eso estoy seguro.) Y a media mañana descubrís que 1) Dormiste bastante bien después de todo, 2) tenés ganas de volver a boxear aunque 3) ya no sos tan joven, Terranova, y 4) los pibes de Malelemento programaron Palestine, Texas de T-Bone Burnette, ese donde se escucha: "Sam who was glam ran a scam from Siam to Viet Nam". Go.

Sunday, March 04, 2007

mañana de domingo

Friday, March 02, 2007

cartas al duque (conflicto gremial)

Querido Duque,
Retensión de actividades en Perfil. La redacción, desierta. Asambleas y reclamos, querido duque. Yo estoy, como usted sabe, con los trabajadores. ¿Qué pasará? ¿Lograremos que nos aflojen un peso más? El domingo pasado el experimentado ex-editor de una revista de rock me dijo que el periodismo gráfico “te demanda mucho por muy poco”. No es mi caso ni mi especualción. Pero me siento pasado. Soy un buen artesano, un esmerado artesano. Y me pagan chirolas. “¿Qué pasará?” es la pregunta hoy. Nunca abandoné mi posición, ni con el peor de los bombardeos. Así que sigo en la línea.
Saludos,
Terra.

Thursday, March 01, 2007

se vienen las piñas

retenemos tareas

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abran fuego


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