Tuesday, February 28, 2006

Luisa Lane es el diablo



Matrimonio infernal. La novia del demonio.
(¿Qué se puede esperar de una periodista si no es la traición?)

muelas y soledad

Querido Molina, ¿Cómo vas a escribir con tanta precisión sobre esos temas? La gente es sensible. Los podés afectar. Yo me putié en los comments una vez con Molina, y cuando lo conocí se lo dije. Ahora él tiene un blog donde escribe sobre muelas y soledad, y también tiene un libro que siempre está por salir. No sé qué edad tiene Molina. Pero sé que si alguna vez duda de su talento literario, habría que ir a buscarlo para que se pusiera media pila. "Media Pila, Molina- le diría yo-, sos un escritor, no es joda." Y Molina se reiría, obvio.

Tengo miedo

"Yo dejé la barra rea de la eterna caravana,
me aparté de la milonga y su rante berretín;
con lo triste de mis noches hice una hermosa mañana:
cementerio de mi vida convertido en un jardín."

Tengo miedo
Tango (02'48")
Música: José María Aguilar
Letra: Celedonio Flores
Con guitarras, Canta: Alberto Vila
7/24/1929 Buenos Aires. RCA-Victor

Monday, February 27, 2006

Historia de la Cuenca del Plata

La formación de los estados en la cuenca del Plata: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay.
Autor: Luiz Alberto Moniz Bandeira.
Género: Ensayo
Editorial: Norma, $35.
La formación de los estados en la Cuenca del Plata: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay está basado en la tesis que Luiz Alberto Moniz Bandeira escribió en la década del setenta para su doctorado en Ciencia Política. De allí que su manera de contar reconstruya las transformaciones en el rompecabezas de la historia desde una perspectiva político-militar. En todo caso, su prosa no apabulla. Sólidamente documentada La formación de los estados... nunca descuida una prolija y entretenida narración. En el lector queda revisar las notas bibliográficas, producto del riguroso trabajo de archivo, cómodamente ordenadas al final de cada capítulo.
Una de las líneas argumentales más importantes del libro detalla la importancia de los portugueses en las raíces del descubrimiento y desarrollo, económico pero también político, de la Cuenca del Plata desde sus primeras fundaciones hasta llegar al Tratado de la Triple Alianza. De las comunidades jesuíticas al avance muchas veces criminal de los bandeirantes, del plan luso-brasileño para atacar Buenos Aires hasta la fundación de Colonia de Sacramento, el autor desenreda la enmarañada trama de intereses internacionales, muchas veces ligada a las diferentes violaciones del Tratado de Tordesillas. Al mismo tiempo, describe el proceso de fijación del contorno geográfico del estado Brasileño con el tratado de Madrid en 1750 y da cuenta, entre otras muchas líneas de investigación, del contexto social en que los míticos treinta y tres orientales llegan a liberar la Montevideo ocupada por los brasileños.
Sin pomposidades, con claridad y paciencia, Moniz Bandeira expone las grandes diferencias geopolíticas entre el expansivo Imperio del Brasil y la permanente parcelación en que las guerras civiles sumieron a los demás estados de la Cuenca. La correcta traducción de Miguel Grinberg hace honor a este excelente libro.
(Publicado en el suplemento Cultura de Perfil)

matemos a Luisa Lane



En el espacio exterior, no hay testigos.
(Después de todo trabajaba como periodista.)

Saturday, February 25, 2006

la angustia del arquero



Los escritores cordobeses armaron un blog gremial y para inaugurarlo se dieron cita en un parque (vaya uno a saber cuál) de su provincia para jugar un partido. En la foto, vemos al gran Federico Falco cuidando atentamente su valla y pensando quizás en la angustia de volar. ¿Se viene el desafío interprovincial?

Friday, February 24, 2006

gente simple

Mi hermano llegó esta mañana de una gira por Holanda y Portugal. Como siempre que va a Europa, consiguió un par de discos de vinilo que allá se compran muy baratos en casas de usados y mí me trajo dos revistas porno, una en holandés y otra en francés. Somos gente de gustos simples.

una mujer destruye a un hombre

¿Cuánto le pagan Héctor Gambini por escribir 838 caracteres entre los cuales leemos “Todos los manuales se incendiaron cuando el pasado le lanzó el tentáculo de un viejo amor con hambre de venganza”? Es la historia más vieja y actual del mundo: Un hombre cae y se levanta varias veces. Vive preso la mitad de su vida. Es un hombre malo, pero al mismo, tiempo frágil, con debilidades, con sentido del humor. Llega el día en que, por mera acumulación, puede torcer su destino de idas y vueltas y ganar, sacar ventaja. Se juega un pleno. Y sale. Empieza a pensar en una vida distendida. Piensa en la playa, en el litoral, en vivir añorando la adrenalina de su juventud pero desde la plácida seguridad de la vejez y el dinero. El problema es que no lo puede hacer solo. Y cuando está por escapar al paraíso con su amante de treinta, la de cincuenta lo traiciona por despecho y todo se derrumba. Es la historia más vieja y actual del mundo: una mujer destruye a un hombre. ¿O en realidad las mujeres que lo destruyen son siempre dos? (Vía El Húngaro)

citando a nietzsche

Thursday, February 23, 2006

por muchos más



Hoy, 23 de febrero del 2006, este blog cumple un año de vida.
Su autor quiere saludar a todos los lectores.
Gracias por todo.

Wednesday, February 22, 2006

cine en la arbitrariedad (dieciséis)



Siete razones para volver a ver...

El camino de los sueños (Mullholand Drive, 2001)
de David Lynch.

1. Porque las películas de Lynch no tienen clave y no explican nada.

2. Por cómo Lynch trabaja con los géneros, llevándolos hasta su máxima expresión para después, con la inocente crueldad de un niño de dos años que rompe sus juguetes, destrozarlos.

3. Por la escena completa de “No hay banda” en el Cabaret Silencio.

4. Porque Lynch es el único, hasta ahora, que pudo combinar lo mejor de Buñuel con lo mejor de Hitchcock.

5. Por la escena donde el productor escupe el capuccino en la servilleta. En esa escena se condensa la puntillosa y alucinada descripción que hace la película de la aventura hollywoodense.
6. Por la conversación entre el director de cine y el cowboy.

7. Y, obvio, por los besos, por Naomi Watts, por Laura Harring. Lejos lo más estimulante estéticamente de la película. Y acordemos que eso es decir algo.

(Vale la pena ver la foto en su tamaño real. Son dos cliks, uno para separarla del blog y otro para agrandarla.)

no me dejes afuera

Tuesday, February 21, 2006

Cine en la arbitrariedad (quince)



Siete razones para volver a ver...

Escape de Los Ángeles de John Carpenter.
(Scape from L.A., 1996).

1. Porque la trama, básica, poco refinada, heredera pero carente del sentido de la estética de Mad Max, dice mucho más de lo que parece a primera vista. Los juegos de poder implican siempre el cinismo y la violencia más extremos. En un momento se ve un cartel de Hollywood en llamas.
2. Cuervo Jones, el líder de los malos, es un calco-parodia de la imagen más conocida del Che Guevara (barba, boina, habano y excesos). Sobre el final, en un reflujo histórico notable, Cuba intenta invadir Florida.
3. El basquet de la muerte (diez segundos por doble, a un total de diez puntos, cruzando toda la cancha de aro a aro para cada tiro o te matan). Antes Cuervo Jones diciendole a Snake: "You might have survived Cleveland. You might have escaped from New York. But this is L.A., vato. And you're about to find out that this fucking city can kill anybody!".
4. En la película los dólares que valen son azules. Los verdes está muy devaluados.
5. La música de guitarras que ambientan el final es impresionante. Snake tiene un aparato que puede "apagar", mediante satélites (?), toda la energía artificial del mundo. Ahí se da este diálogo gatopárdico:
President: What's it going to be, Plissken? Them or us?
Sanke Plissken: I shut down the third world, you win they lose. I shut down America, they win you lose. The more things change, the more they stay the same.
6. Kurt Rusell es un Snake Plissken inmejorable.
7. La última frase de la película anticipa El Club de la pelea. Snake apaga el mundo y dice: "Welcome to the human race."

Ironía, opio y confesiones


Sobre Confesiones de un opiómano inglés de Thomas De Quincey.
Del Zorzal, Buenos Aires, 2005.

Poco se agrega a estas Confesiones de un opiómano inglés si se las describe como un género híbrido entre el ensayo y la autobiografía. El mismo De Quincey tematiza, menos como excusa que como estrategia narrativa, las diferencias entre lo público y lo privado y sus matices. La serie se estira, en todo caso, desde Poe y Baudelaire hasta Roberto Arlt (que había leído, sin duda, este libro), el Almuerzo Desnudo de William Burroughs y Transpoiting de Irvine Welsh.
La primera parte del libro es limpia. El joven De Quincey, estudiante fugado, entra en la marginalidad. Su corte de los milagros: una prostituta piadosa, un funcionario, una huérfana que vive en una casa abandonada. Mientras tanto, el griego clásico, en el que es experto, aparece como fetiche, como código propio, inútil para generar riquezas, pero de alguna manera redentor. Después de intentar vivir de prestamistas, su vida vuelve a encausarse. Llega la estabilidad y sobreviene la adicción al opio con sus dos caras: los placeres y los dolores. “Dolores” siempre teniendo en cuenta que el terror de la adicción vale la pena. Porque si De Quincey afirma que “ingerir opio es un placer sensual”, esa sensualidad tiene que ver, a diferencia de las consecuencias del vino, con el orden que la droga imparte en la percepción.
Dentro del coqueteo permanente y malicioso con la indecencia, es interesante (y envidiable) como De Quincey abusa de la filosofía en beneficio de su personaje vital e incluso de la narración misma. ¿Y la ironía? Ambigua, amable, elegante, definitivamente inglesa. Más acá, un narrador preciso, que conoce el valor de la anécdota. Aunque personalmente me gustaba el “comedor de opio” de la vieja edición de Espasa Calpe, esta nueva traducción de Daniela Gutiérrez cumple y está a la altura de la simpática y cómoda edición de Libros del Zorzal.
(Publicado en el suplemento Cultura de Perfil)

del sudafricano William Kentridge



Gracias, Alejandro.

Monday, February 20, 2006

No levantes la perdiz

(Publicado en el suplemento Cultura de Perfil)

Desde hace un tiempo vengo leyendo www.tusecreto.com.ar. La última vez que pasé, el número de entradas casi llegaba a cuatro mil. El funcionamiento del sitio es muy simple. Cualquiera puede contar por escrito su secreto en forma anónima.

La idiosincrasia del secreto es digna de estudio. Se puede empezar por la máxima: Quien no puede guardar un secreto, no debería pedirle a otro que lo haga. Las derivaciones de esto son innumerables. La fauna de www.tusecreto.com.ar es agresiva, torpe y juguetona; sus marcas, muy llamativas, magnéticas en su impunidad.

Están los masturbadores ("me toque con la china que hace yoga en infinito"), los solitarios ("me mando un mail a mí mismo para no encontrar al otro día la casilla vacía"), los escatológicos ("Me lavo el culo con cif para que quede realmente limpio") y los trágicos (maté un conejo, embaracé a mi novia, me voy a suicidar). La mayoría, sin embargo, son inclasificables ("Siempre quise abrazar al osito Bimbo").
Me gusta pensar que www.tusecreto.com.ar va al centro del mecanismo narrativo. De hecho, el secreto, como género, está muy cerca de la confesión, y las confesiones son la zona más patética, cruda y apasionante de la literatura. Sus diferentes mutaciones formales –diarios, memorias o autobiografías– ponen a funcionar la parte más atractiva de la narración: contar lo que nos pasa.

A veces uno se identifica con el narrador y dice: "¡Es verdad!" y recuerda sus propios secretos. También están los artificiales, y uno los lee y dice: "Es mentira". Más allá de esto, el efecto es acumulativo, cuanto más se lee más cerca se está de la adicción. No todas son grandes historias, ni siquiera pequeñas historias, pero todas retratan situaciones, muchas veces cómicas y ridículas. Otras son escenas de novelas nunca escritas por Cesar Aira, Chuck Palahniuk o Roberto Bolaño.
Aunque sea difícil aceptarlo y la sola idea produzca una inmensa infelicidad, creo que podemos vivir sin libros. Podemos incluso vivir contándonos malas historias, historias de baja calidad, insulsas y repetitivas. (Aunque esto es poco probable. De la misma manera que un papel no puede doblarse ocho veces por la mitad, la misma historia no se puede contar ocho veces sin que se empiece a enriquecer y complejizar.) Lo que seguro no podemos es vivir sin historias. Sería un mundo saturado con el ruido blanco de nuestras conciencias y nuestras miserias.
Contar secretos es un placer tan grande como el de conocerlos. www.tusecreto.com.ar, como los grafittis y las conversaciones en los taxis, encarna una verdadera literatura menor, que no es, desde luego, el canónico Franz Kafka, best-seller obligatorio de Deleuze. Mucho más cerca, encontramos una cadena de extraños haikus confesionales, donde el psiconálisis furtivo se mezcla con cimarronas irrupciones de poesía.

una canción

Corrí muchas carreras
tratando de alcanzarte a vos
pero corría solo
y siempre salí ultimo

Me diste tantas cosas
deje de ser quien solía ser
y fui quien vos querías
y ya no me querías ver

Como un rinoceronte
que lleva un pájaro en el lomo
yo te alimento
no te veo ni te toco

Como un rinoceronte
que lleva un pájaro en el lomo
yo te alimento
no te veo ni te toco

Como un rinoceronte
que lleva un pájaro en el lomo
yo te alimento
no te veo ni te toco

Rinoceronte, Jaime sin Tierra. Autochocador (2000)

Friday, February 17, 2006

Jimmy, el hombre lobo de Metrópolis

Falsificaciones del Tercer Reich (Primera parte)


1.
El viernes 23 de abril del 2004, un volumen del falso diario personal de Hitler alcanzó un precio de 6.500 euros en una subasta que se hizo en la ciudad de Berlín. El precio base era de 5.000 euros y el estimado alcanzaba los 7.000. Un portavoz de la casa que realizó la subasta, Jeschke, Greve & Hauff, se negó a dar el nombre del comprador pero aclaró, con un dejo de orgullo: "Se queda en Alemania". En 1983, la prestigiosa revista Stern pensó que había conseguido la mayor exclusiva en la historia de la industria editorial, después que el periodista Gerd Heidemann fuera engañado por el anticuario militar de nombre Konrad Kujau. Gerd Heidemann no era un improvisado.
A los veinticuatro años había entrado a trabajar en la revista Stern, que en ese momento era la más importante del país junto con Der Spiegel.Trabajó como corresponsal de trece guerras en Africa y el Cercano Oriente. En Uganda, fue el primero en entrar a las oficinas de Idi Amin después de la caída del gobierno y se llevó desde actas hasta un calzoncillo. En 1965, sus fotos de la guerra del Congo le valieron la medalla de oro de la World-Press-Photo. En 1979, con la guía de Karl Wolff, un ex general de la SS que había cumplido apenas siete años de prisión, Heidemann viajó a Sudamérica y logró hablar con Klaus Barbie y otros criminales de guerra. Su idea era encontrar a Menguele y a Bormann, y, aunque no lo logró, entrevistó a muchos de los nazis importantes que había huido.
Cuando volvió a Alemania no pudo escribir el libro que había pensado y nadie se interesó en su material. Decidió dejar Stern, y antes de que le aceptaran la renuncia, consiguió los diarios de Hitler. Simplemente, la primicia del siglo. Una semana después de publicados se comprobó que eran falsos.

2.
La revista le inició juicio y Heidemann sufrió cinco años de cárcel. La polémica sobre el tema todavía sigue: algunos dicen que fue Heidmann no sabía, otros, que fue una estafa. Se escribieron algunos libros y se hicieron documentales para televisión sobre la arbitrariedad del fallo. Cuando salió, Heidemann tenía alrededor de cincuenta años. Estaba quebrado espiritual, económica y físicamente. Se encerró en un departamento de dos ambientes de Hamburgo y se puso a compilar un archivo que contiene la historia del mundo, desde el 2300 antes de Cristo hasta hoy, día por día.
Heidemann es un apasionado de las actas y las fotos, pero también de los recortes de revistas, las cuentas de hotel, las curiosidades de todo tipo y factor. Su casa es un archivo. Las paredes están repletas de biblioratos. Hace unos meses, la administración del edificio lo conminó a trasladar parte de su museo a un sótano: tenían miedo de que los pisos cedieran. Actualmente vive del seguro social y de los pocos euros que saca vendiendo sus fotos a los medios.El hombre que engañó al periodista tampoco era un amateur.
Konrad Kujau había nacido en 1938 y fue limpiaventanas, estudiante de arte y dueño de una tienda de parafernalia nazi en Stuttgart, y también, por supuesto, un excelente escritor. Un texto en Internet, habla de la ciudad de Berlín y lo nombra.
El arte estrambótico tiene también derecho de ciudadanía en Berlín. Hasta el célebre falsificador de los diarios de Hitler, Konrad Kujau, fallecido ya, abrió allí dos sucursales "artísticas". Una, regentada por su presunta sobrina, con espurios Manets, Boteros, y la posibilidad de encargar óleos "auténticos" de cuadros famosos. Durante el vernissa-ge inaugural, Kujau, fiel a su tradición de falsario, la presentó como una tataranieta de Goethe, acreditando naturalmente el parentesco con la debida documentación "original".
A principios de la década del ochenta, Kujau contó una historia fascinante. De paso por Alemania Oriental, el anticuario habría comprado por muy poco dinero documentación militar que civiles había recuperado de un avión derribado en 1945. Aunque sabía que lo que tenía era valioso, no cayó en la cuenta de lo que era realmente hasta que lo introdujo de contrabando a Occidente. Según sus propias palabras, los documentos descubiertos iban a dar vuelta a la historia “de la campaña militar que arrasó Europa en la primera mitad de la década del 40”.
Konrad Kujau cobró entre 1980 y 1983 cerca de tres millones de libras esterlinas por los diarios de Hitler. En mayo del 83 las autoridades de la RFA lo detuvieron en la frontera austríaca acusado de fraude y falsificación.

3.
Más allá de su valor histórico, los diarios de Kujau eran una obra de arte. Hojas envejecidas, caligrafía esmerada, copiada con cuidado de la original, esmeradas coincidencias históricas. Según parece, Kujau llegó a falsificar, además de la carta y los diarios, una autorización de Hitler en la que el führer le daba plenos poderes a él (?) para publicar los diarios que escribió durante la guerra. (Algunas fuentes hablan incluso de poemas y una especie de secuela del Mein Kampf.)
Lo poco que hay citado del contenido en Internet es raramente verosímil y al mismo tiempo da un poco de risa: «He estado de pie todo el día», «Tengo flatulencias a causa de las nuevas píldoras y Eva dice que me provocan mal aliento», «Recordar que tengo que comprar entradas para los Juegos Olímpicos para Eva».La información es, en general, muy contradictoria. En un sitio se lee que, con la venia de Heidemann, Kujau le vendió “60 volúmenes del diario a la revista Stern por un monto total que ascendía a cinco millones de dólares”. Al parecer es verdad que la revista los publicó durante tres semanas y cedió sus derechos a otros medios del mundo, como Newsweek o Times.
Algunos prestigiosos historiadores, entre ellos el británico Hugh Trevor-Roper, certificaron la autenticidad del documento. Sólo posteriormente surgieron las primeras sospechas y finalmente el grafólogo estadounidense Charles Hamilton presentó pruebas irrefutables de la falsificación. La reputación de Trevor-Roper se vio perjudicada de por vida. En calidad de experto, garantizó su autenticidad. Por más que volvió y revolvió sobre el asunto, murió el 27 de enero del 2003 en Oxford a los ochenta y nueve años sin haber podido sacudirse el escándalo de encima. Kujau fue denunciado por la Oficina Federal alemana de Archivos y condenado finalmente a cuatro años y medio de cárcel por estafa. Cumplió dos. Salió en 1988 y se presentó a las elecciones de alcalde de Stuttgart, aunque, por supuesto, no salió elegido. Consagrado el resto de su vida a realizar exposiciones de reproducciones de Monet, Klimt, e incluso del propio Hitler. Murió a los sesenta y dos años de cáncer.
El manuscrito que se remató en el 2004 es el último de la serie, con la última anotación el 30 de abril de 1945, el día en que Hitler se suicidó junto con Eva Braun en su refugio, mientras el gobierno del Tercer Reich colapsaba. Al parecer, el ejemplar nunca se llegó a entregar a la revista y provenía directamente de la herencia de Kujau. En el mismo lote del volumen subastado, había también un documento que certifica la autenticidad de los escritos firmado por Hitler y otros nazis de alto rango. Por supuesto, también falso.Hacia 1996, Hugh Trevor-Roper le dedicó un medio metraje titulado Konrad Kujau: El rey de los falsificadores (30', Alemania, 1996). Una sinopsis en Internet dice que el falsificador, entre otras cosas, “ilustraba sus postales con firmas falsas de Erich Honecker, secretario del comité central del Partido Comunista”

Wednesday, February 15, 2006

tres bloggers tres

Tres nuevos blogs de autores que me interesan. Desde Córdoba, el gran Federico Falco, quizás el escritor joven más prometedor de la literatura argentina, niega el bosque con excelente diseño, y nos alcanza, por ahora, sus colaboraciones para el Cultura de Perfil y otras noticias. Maximiliano Matashoyi, desde las sombras, se propone sentarse a escribir todos los días y transforma su espacio en un working-progress. El título es alusivo. Finalmente, Washington El Hombre Cucurto interviene con cumbia en el espacio de Timolín. Él dice que se lo regalaron. No piensen mal. Pasen y vean.

le pornographe avec Jean-Pierre

Norfolk y Durero

Tuesday, February 14, 2006

seis respuestas

1. A los que nacimos en los 70 y llegamos a la conciencia en los 90, “la figura del escritor” o “la figura del intelectual” nos resultan más que figuras, figuritas. Son intercambiables. Por lo menos para mí lo son. El día que no me permita a mí mismo agarrar de allá, copiar de acá, cambiar, plagiar, tergiversar y versionar, dejo de escribir.
2. Un día me di cuenta que tener de perder eso q1ue nunca había tenido realmente ridículo. No tener miedo de perder aquello que no tengo se volvió una consigna.
3. Leer y relacionarme con los narradores y poetas de mi generación significó muchísimo para mí.
4. La diferencia entre otros generaciones y la mía es que nosotros sabemos usar Internet.
5. No hay forma de no correr riesgos hoy con la literatura. Si salir a la calle ya es todo un tema, no entiendo cómo se podría hacer “literatura segura”.
6. Mi experiencia personal con el “mercado”, la “academia” y otras instituciones similares es que, como dijo Ringo, son todos tus amigos, pero cuando suena la campana te sacan hasta el banquito.

(Publicado en la revista Oliverio, número 12, 2005/2006)

Lautréamont y Durero

tenis

Llegamos a la casa a eso de las once y media, después de una buena cena y cuarenta minutos de viaje en la ruta. Encontramos la heladera vacía y una rata muerta en el bidet. Apenas nos acomodamos, Pablo me preguntó si quería jugar al tenis. Era casi medianoche. Yo había estado desde el mediodía en la redacción, pero acepté. Agarramos las raquetas y estuvimos diez minutos buscando un tubo de pelotas Wilson. Fuimos hasta la cancha por un camino de grava apenas alumbrado por unos faroles de luz amarilla.

Pablo es cubano. Hace un par de años la hermana de mi mujer tuvo una accidente automovilístico cerca Tres Arroyos y se fue a hacer la rehabilitación a La Habana. Se casaron en Buenos Aires y ahora trabajan juntos. El apellido de Pablo es Álvarez Gato. Tiene un primo en la selección cubana de voley que es receptor y salió un par de veces “mejor sacador” de la liga italiana jugando para el Módena. Los dos son negros y nacieron cuando la revolución cubana ya no era tan entusiasta ni tan pujante.

Así que rodeamos unos árboles, entramos y encendimos los reflectores. Las canchas de polvo de ladrillo se iluminaron con un sonido seco. Estábamos solos. En la década del ochenta, mi viejo había sido capitán del equipo de tenis amateur del Club Italiano. De tanto acompañarlo a entrenar y jugar, algo me había quedado. Mi revés no se terminaba de ajustar por falta de uso, pero no hice tan mal papel.

Hemingway decía que había que trabajar todo el día hasta estar agotado y después comer, juegar al tenis, nadar, o realizar “alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento” y al día siguiente volver a escribir. Así que ahí estábamos, corriendo pelotas a la red y gritando. Del otro lado del alambrado, la oscuridad más impenetrable nos hacía sentir los únicos tenistas nocturnos del mundo. Cuando terminamos eran casi las dos de la mañana. Faltaban apenas unas horas para que Argentina dejara a Suecia afuera de la Davis.

Monday, February 13, 2006

verano



En verano, el rinoceronte sale a leer a la puerta.
Lee a Thomas De Quincey.
Y es feliz.

El juicio de Orhan Pamuk

(Publicado como Los otros versos satánicos en el suplemento Cultura de Perfil)
Algunos meses antes de que jóvenes palestinos atacaran con botellas vacías el edificio de la Unión Europea en Gaza; antes de que en Maymana, Afganistás, un grupo de trescientos manifestantes lanzaran piedras contra un campamento militar noruego dejando como saldo dos muertos y varios heridos; bastante antes de que un caricaturista free-lance recibiera el pedido de un editor danés para hacer una dibujo de Mahoma con una bomba en la cabeza; y definitivamente antes de este panorama internacional actual, donde el número de muertos en las protestas callejeras asciende de poco pero en forma constante, en octubre del año pasado, el escritor turco Orham Pamuk recibió el Premio a la paz que los libreros alemanes dan todos los años en la Feria del Libro de Frankfurt. Mientras tanto, en su país de origen, un Tribunal de Delitos Graves daba curso a un proceso en su contra por denigrar la identidad turca.
Pamuk, nacido en Estambul a principios de la década del cincuenta, un completo desconocido para el lector porteño, escribe sobre temas incómodos para los turcos. Su novela Nieve, publicada en 2002, por ejemplo, cuenta el asesinato de una mujer que incumplió la norma islámica de llevar la cabeza cubierta, al mismo tiempo que retrata el conflicto, aun vigente, entre la Turquía urbana y cosmopolita y las zonas rurales, de fuerte presencia religiosa. La denuncia de la masacre del pueblo armenio a manos de los turcos durante la Primera Guerra Mundial, otro de los temas de Pamuk, no es ajeno a los libros de ficción. Rabo Karabekian, el protagonista de Barbazul, una de las mejores novelas de Kurt Vonnegut, es hijo de un armenio que llegó a los Estados Unidos huyendo de la masacre turca. Sin embargo, y aunque el de Pamuk no es un caso aislado, que sea un turco el que recuerde esta parte oscura de la historia de su país resulta especialmente irritante.
El juicio en cuestión despertó, como era de esperarse, un movimiento de solidaridad en los escritores europeos, siempre dispuestos a dar su apoyo a los perseguidos, y la comparación con el Caso Rushdie, hoy apenas relevante, no se hizo esperar. (La novela Versos satánicos, de 1988, había desatado la sentencia de muerte o fatwa sobre su autor, Salman Rushdie. El líder iraní de turno llegó a ofrecer tres millones de dólares a quien pusiera su cabeza en un plato, y aunque el actual gobierno declaró su desinterés, la fatwa sigue vigente porque quien la anunció murió sin revocarla.) El tema se vuelve todavía más complejo cuando entran en juego las comprensibles aspiraciones turcas de ser parte de los beneficios que promueve la Comunidad Europea, a esto y no a otra cosa, parece, se debe el veredicto final de libertad que libró a Pamuk, por el momento, de cualquier pena.
Mientras los detractores intelectuales del escritor hablan de una poco sutil seducción cuyo objetivo último es Estocolmo y el premio Nobel, mientras el actual canciller español llama a no caer en la trampa de los partidarios de una “guerra de las civilizaciones” y el primer mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, critica la publicación de unos dibujos satíricos al mismo tiempo que hace una llamado "al respeto y la calma", nadie puede negar que ser polémico siempre trae riesgos y beneficios. La historia de la literatura está llena de casos parecidos, violentos, trágicos o ridículos. De allí que, si bien es posible escribir desde la inocencia, Pamuk, como todos los que firman una novela, un libro cualquiera, o incluso un artículo periodístico, va a tener que responder por los efectos, tanto positivos como negativos, que generen sus palabras.

cuatro épocas

Friday, February 10, 2006

Jacinto Benavente, polígrafo español


Sí, estoy con Benavente. Pero todo vía web, porque jamás vi un libro suyo en ninguna parte. Me gusta la literatura española, su fragilidad de primer mundo a las apuradas, el resentimiento histórico del argentino cocido en la generación del 37, ese sentido del ridículo tan especial, su cantada inexistencia, hasta que de repente pelan esa España profunda, gallarda, la del honor y te clavan el Quijote, Unamuno, el Siglo de Oro o Vilas-Matas te la manda a guardar con irónica prolijidad y una hidalguía admirable.

La cosa con Benavente en la web es más bien poco. Dos o tres apuntes biográficos aquí y allá, una poco verosímil aunque divertida entrevista, miles de frases cursis (como, por ejemplo: "El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece") y casi nada más. De allí que se pueda fantasear tranquilo. Aunque hay que decir que desde su nombre, lo de Jacinto suena aburrido, incluso burocrático. Que haya ganado el Nobel en un año tan literario como el 22, que transcurría desangrándose a pura vanguardia, remarca ese carácter. (Por otra parte, alguien tendría que escribir en algún momento una historia crítica de esa suerte de universo administrativo paralelo a la lectura y los lectores que es el Nobel.)

Bueno, ¿y entonces? ¿Benavente para qué? Escuchá: "Dicen que me burlo de todo, me río de todo, porque me burlo de ellos y me río de ellos, y ellos creen ser todo". La frase me empuja a creer que hay otro Benavente más allá de las instituciones, lo sé monárquico, lo imagino fatigoso polígrafo, lo quiero sanguíneo, explosivo. Pero seguramente no es para tanto. Y sin embargo, todavía hay que lidiar con la ambigüedad de este fragmento:

"Y en ellas visteis, como en las farsas de la vida, que a estos muñecos como a los humanos, muévenlos cordelillos groseros, que son los intereses, las pasioncillas, los engaños y todas las miserias de su condición: tiran unos de sus píes y los llevan a tristes andanzas; tiran otros de sus manos, que trabajan con pena, luchan con rabia, hurtan con astucia, matan con violencia. Pero entre todos ellos desciende a veces del cielo al corazón un hilo sutil, como tejido con luz del sol y con luz de luna, el hilo del amor, que a los humanos, como a estos muñecos que semejan humanos, les hace parecer divinos, y trae a nuestra frente resplandores de aurora, y pone alas en nuestro corazón y nos dice que no todo es farsa en la farsa, que hay algo divino en nuestra vida que es verdad y es eterno y no puede acabar cuando la farsa acaba."

Si el futuro me depara libros de Benavente, actualizaré. Si no, acá me planto tranquilo.


Thursday, February 09, 2006

argentina, potencia editorial

"Más beneficios: el editor que se gane el asiento en clase turista recibirá –además de la bolsita de maníes y la revista de abordo del duty free– el irresistible mandato de atender el stand de la feria entre las nueve de la mañana y las ocho de la noche, y la académica obligación de dictar al menos tres (3) conferencias sobre el estado de la industria editorial independiente en la Argentina. Si esta carga horaria fuera excesiva (no lo es en República Dominicana, por lo visto), la Embajada gentilmente cedería a uno de sus mejores cadetes (a cambio de unos, digamos, quinientos dólares) para colaborar en el expendio de volúmenes y en el asesoramiento del público lector."
Avatares del mundo de la edición en el blog de Entropía.

siempre en el lugar equivocado

"A ciegas reconstruye también la historia de los soldados italianos de Mussolini destacados en Istria, territorio de la entonces victoriosa Yugoslavia de Tito, que regresan a su patria al final de la Segunda Guerra Mundial. Dos mil de ellos, afiliados al Partido Comunista Italiano, deciden quedarse en tierras yugoslavas y apoyar la construcción del socialismo; sin embargo, cuando Tito rompe con Stalin, ellos automáticamente lo consideran traidor y vuelven a su país, donde sólo obtienen el repudio de los demócrata cristianos que los ven como enemigos, de tal modo que, apuntó Magris, "siempre están en el lugar equivocado luchando por la causa equivocada". La tercera historia es la de la colonización de Tasmania y la última la de los Argonautas -"que apasionaba a Passolini", recordó-, el clásico episodio de los navegantes griegos que celebran un banquete en una isla con un pueblo hermano pero al embarcarse para continuar su búsqueda del Vellocino de Oro son atrapados por una tormenta y regresan al sitio donde habían festejado con sus amigos, pero éstos los toman por invasores y desatan, aquí también "a ciegas", una encarnizada batalla."

De una nota bastante mal escrita que reseña la presentación de A Ciegas, la última novela de Claudio Magris.

besos robados

Wednesday, February 08, 2006

paisaje

"Lenin era un hombre de hierro y tuvo que ceder. Lo mismo que MacDonald. Hay muchas realidades por encima de las ideas. De lo contrario... Yo hice una vez cierta caricatura; el dibujo representaba una población en ruina toda llena de horcas y de cadáveres. El pie del dibujo decía simplemente: «¡Ha triunfado la idea!»."
Jacinto Benavente.

David Viñas

A pedido de Diego, en la mítica remisería, la entrevista a David Viñas que hicimos con Glenda Vieites.

Textos breves que traen cola

(Última entrega del dossier Asís, publicado en el suplemento Cultura de Perfil)

Cuentos Completos, Jorge Asís
Ediciones Lea, $38.

Jorge Asís es, ante todo, un novelista. La novela -opípara, confesional, autobiografica- es el género que mejor le sirvió para pintar su realidad, para retratar personas reales y fijar personajes, para describir con profusión y atención al detalle los mecanismos del poder y las miserias de casi todas las instituciones por las cuales pasó. De allí, quizás, que estos Cuentos Completos, que ahora lanza al mercado Editorial Lea, inaugurando su colección Filo y contrafilo, sea una libro raro, con pinta de incompleto, algo apurado y representativo de la parte menos conocida del autor de Flores Robadas...
¿Qué hay, entonces, adentro de estos Cuentos Completos? Obedeciendo una estricta cronología, el principio recae en La Manifestación, de 1971, inicio editorial de Asís de la mano de Centro Editor, donde el cuento que le da título al volumen narra el miedo y las dudas de un militante durante un acto político. Le sigue Fe de ratas de 1976, dos nouvelles incluidas en la novela La Familia Tipo, y tres textos también extensos que componían La lección del maestro, de 1987, un libro donde Asís reescribía con especial acierto a Henry James y se paseaba como un amigo curioso por diferentes versiones de la decadencia argentina.
Quizás lo más ajeno a la edición, y también lo más luminoso del volumen, sean seis notas elegidas de El Buenos Aires de Oberdán Rocamora, un libro salvaje y delicioso de 1981, que recogía lo mejor del trabajo periodístico de Asís y retrataba con picardía una Buenos Aires que, pese a la distancia temporal, sigue vigente y reconocible. Sobre el final, destacan, entre otros, Del Flore a Montparnasse, publicado en el 2000, donde el autor explora su experiencia parisina, a la luz, decadente y anacrónica, de la Generación Perdida. Finalmente, estos Cuentos Completos incluyen algunos textos (“La banda de las mujeres salvajes", "El sondeo de Busico", "Chofer pero no psicólogo”) publicados http://www.jorgeasisdigital.com/, lugar virtual en donde la pluma de Asís desafía, a diario, el rumor de la inmovilidad o el silencio.

menemismo

Decime, Diego, ¿nunca te comiste un kiwi?

A la lista le faltan: los pizza-café, las dicróicas al por mayor, Puerto Madero, Cha-cha-cha y, sobre todo, la televisión por cable. Y eso porque los Simpsons son de la era Clinton.

(La televisión por cable: comercialmente un éxito. Pero como novedad técnica completamente involutiva. Durante la Segunda Guerra los ejércitos, como el soviético, que dependían de comunicaciones por cable, como el telégrafo, tenían una logística frágil. Le cortaban los alambres y andá a cantarle a Gardel.)

Una más, la conversión, muy predecible, de los monto en empresarios. La moda manda.

re-miau

Tuesday, February 07, 2006

El recorrido inusual del excéntrico

Reseña de Jorge Asís, los límites del canon.
Nidia Burgos. Catálogos, 2001.
Una serie de equívocos –algunos atendibles, otros más bien ridículos– mantiene la obra de Jorge Asís en una situación exótica. Premiado en su juventud, Best-seller nacional a fines de los setenta, excluido intelectual durante la vuelta de la democracia, de poca circulación literaria en los noventa, por lo general mucho más discutido que leído, Asís siempre está y siempre falta.
De alguna forma el malentendido que tensiona y atraviesa su obra y su persona –y esto él lo sabe y lo promueve aunque lo sufra– mantiene vivo un mito muy simple: el del escritor que, a partir de su palabra, se transforma así mismo y transforma lo que lo rodea. Consciente de que, como todo autor argentino, en algún momento le tocará el beneficio oprobioso de convertirse en materia de estudio y con la esperanza de explicar, e incluso corregir, todas esas “torpezas” de lectura, Asís ya puede remitir al reciente Jorge Asís: los límites del canon (2001) de Nidia Burgos, primera expresión importante de la academia argentina sobre su obra.Acompañando sin mayores problemas las cambios institucionales, Asís escribió una verdadera historia privada de la Argentina, a medida que ficcionalizaba su propia biografía.
De allí que Burgos proponga una periodización evidente pero compleja y atractiva. De la vuelta de Perón y Los reventados hasta el 76, del último golpe militar y Flores robadas... hasta el festejo democrático, del principio eufórico del alfonsinismo y Cuaderno del Acostado, hasta el menemismo y sus viajes como embajador, llegando hasta el kirchnerismo y el momento actual en Internet. De alguna manera, Burgos encuentra para cada período, un género. La picaresca será central para el primer período, tendremos una paseo por los bordes de la literatura con el periodismo, y así.
Algo desprolijo, incluso rústico, Jorge Asís, los límites del canon es un libro primero, al que deberían seguir un discusión, necesariamente más social que estética y más política que literaria. El campo cultural argentino, poco dado, en general, al trabajo manual, tendría que afrontarla arremangado. Mientras tanto, Asís, siempre un paso adelante, seguirá escribiendo, a veces sumergido en la sordidez, a veces atravesado por intereses “poco literarios”, uno de los retratos más acabados de la Argentina de los últimos cuarenta años.
(Publicado en el suplemento Cultura de Perfil.)

Monday, February 06, 2006

Hay turco para rato: Entrevista a Jorge Asís

(Publicada en el suplemento Cultura de Perfil)

Cuando lo tildan de maldito, se ríe. Vive exiliado de los circuitos intelectuales locales y dedicado a la crónica periodística desde su portal en Internet. Ediciones Lea le acaba de editar sus Cuentos Completos que recorren cuarenta años de historias argentinas. En el 2006, Jorge Asís sigue cultivando la infinita gama de matices que va de la literatura a la política.

De los escritores de su edad, es el más activo en la web. Asegura que tiene más de 22.000 visitas diarias en su portal http://www.jorgeasisdigital.com/ donde, después de crear una relación atípica con las editoriales argentinas retirando sus libros de circulación, su pluma se mantiene activa, casi hasta el desenfreno. Al mismo tiempo, se lo nota aislado, alejado de los cruces intelectuales y diciendo que la literatura argentina pasa un momento desértico. Mientras tanto, la nuevas generaciones de escritores empiezan a descubrirlo y a dejarse influenciar por su obra, urbana y suburbana, política y social. Se sienta para hacer la entrevista y lo primero que dice es que está cansado de responder siempre las mismas preguntas, que les suenan viejas.

¿Qué significa la edición de sus cuentos completos?
Un lujo. Ahí hay reunidos treinta y cinco años de literatura. Incluso más. Ahí hay un cuento que se llama Minga, que fue escrito en el 68, hay otro que se llama Quiero retruco que fue escrito en el 66. Y también hay cosas muy recientes que solamente salieron en la web. Mi relación con la literatura es no litigiosa, a veces sí, particular.

Hace poco dijo que le gustaría dirigir un diario, ¿por qué?
Lo hago en la práctica con el portal, que quizás en el futuro se convierta en un diario digital. Internet es una gran herramienta. Por ejemplo, yo estoy ahora con Hombre de gris que es una novela política que yo ya tenía y, a medida que la voy publicando, la voy reescribiendo. Cuando empiezo a publicar lo que tengo, las reacciones y el mismos ritmo de publicación me hacen modificarla. La novela va para otro lado. Tiene unas once, doce mil visitas. No hay tanta posibilidad para cavilaciones, largas reflexiones. Y hay un lector que lee en pantalla. Recibo mucho mail que me reprochan que no cumplo semanalmente con el Hombre de gris. Esa frase hecha de que la literatura se completa con los lectores hoy con Internet es realidad.

¿Hombres de gris es un folletín electrónico?
Ojalá. Me encataría ser un Balzac, un Dumas electrónico.

Usted es uno de los únicos escritores de su edad que usan al máximo las posibilidades de Internet.
La única revolución importante y real es la revolución tecnológica. Todas las otras revoluciones fracasaron. Ojo, Internet también es atroz para la indecencia. Un periodista sin ética puede hacer su carrera completa robando de acá y de allá.

¿En algún momento dejó de sentirse un “infiltrado”?
Esta es una sociedad de infiltrados. Por otra parte, yo ya no tengo lugares donde infiltrarme.

¿Qué significa la ausencia del bigote?
A veces soy más esotérico que racional. En octubre del 2004 me operé, me tuve que sacar el bigote. Después, empecé a respirar mejor y quedó así.

¿Por qué lo tildan de maldito?
Eso es una torpeza. La dinámica cultural va cambiando. Hoy maldito, mañana mítico, pasado integrado, y así. Hoy los chicos que tienen veinticinco años y que son los hijos de aquellos que crecieron rodeados de equívocos en torno a mi persona, me leen y dicen: “Ah, ¿pero esto era el mal?”. Es una tontería que me den a mí tan gratuitamente esa chapa. Maldito de verdad era Louis Ferdinand Céline. No se llega a ser maldito por reírse un poco de todos y escribir sobre Clarín. Yo tengo ventidós libros publicados. Hay que hacer fuerza para ignorarlos, para marginarlos, para condenarlos. Y, te voy a decir, se me ve mejor que a los marginadores.

¿Abandonó la política?
No, nunca.

¿Renunció a ser gobernador de la ciudad de Buenos Aires?
A ver... Yo estaba lanzado. Ahora, también soy muy consciente de mis límites y mis virtudes. No tengo capacidad de armado territorial, yo puedo ser candidato como emergente de una situación. Por ejemplo, hoy la oposición no está en el parlamento. Está afuera, y en ese escenario estoy yo. Ahora, esto no implica comer vidrio, en ningún sentido sería candidato de afiche. Yo conozco un poco el mundo, tengo algunas ideas sobre cómo hacer una gestión, sé cuál es la sociedad que quiero y, aparte, tengo un cierto humor muy necesario...

¿Siempre Buenos Aires?
Si uno está afectivamente bien y puede pagar sus cuentas, no hay mejor lugar en el mundo que la Argentina.

¿Por qué?
Hay una pasión, espectáculo político, farándula, cierta construcción melodramática de la realidad cotidiana, de la rutina vital... En los países llamados centrales eso no pasa. ¡Son aburridísimos! ¡A las diez de la noche se acaba todo! Repito, si vos estás bien con vos mismo y con los tuyos, si tenés trabajo y podés pagar las cuentas, no hay mejor lugar del mundo que la Argentina.

¿Quién puede ser, en un futuro, su aliado político?
Hay varios. Dentro y fuera del peronismo. Yo quiero estar al lado de Ramón Puerta, o con (Juan Carlos) Romero, el gobernador de Salta. A ellos les daría el comando de mi auto. A Macri le falta un poco de Toddy, pero está ahí. Lopez Murphy se puso más interesante desde la derrota. Hay que reivindicar la dignidad de la derrota. Esa lógica de tener que ganar siempre, de siempre tener que estar al lado de la caja, es nociva para la política. Ese exitismo, ese borocotismo...
Pero ese era un rasgo central del menemismo.No sé si es tan así... ¿Te parece? Puerta sabía que iba contra las tres cajas, la de Nación, contra la de Provincia, contra las que iban a las intendencias. Y fue y perdió y se las bancó. Es como el tipo al que le pasan cosas y vos lo ves y le decís: “Bueno, ahora sí que podés ser amigo mío”.

¿Vuelve a Villa Dominico?
Por supuesto, yo tengo mucha cultura suburbana.

(recomendación)

¡Basta ya ridícula!
Deja ya tu zapa
y tu pala, el gruñido
del pensamiento
no es necesario
nada más que nadar
en el curso del aire
y agua irse
con la tormenta.


De La rebelión del instante, Diana Bellesi.
Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2005.

Sunday, February 05, 2006

Patricia me ignoró (segunda parte)

Me llega un mail sobre mi queja frente a la actitud de Patricia. Es un mail bien pensante, progre, de una persona que no conocía. Me dice que no tengo códigos, que no entiendo las reglas del periodismo cultural, algunas otra cosa más entre muchas recomendaciones de calma, como si yo la hubiera agarrado por el cuello a la pobrecita de Patricia.

Mi respuesta sería algo así: "Lo mío es puro narcisismo, puro despecho. Es obvio que Patricia escribe lo que quiere (por lo menos, supongo, hasta donde los editores de Ñ la dejan) y es obvio que yo también escribo lo que quiero (sobre todo en mi blog). Ella escribe boludeces, yo también. No veo dónde está la falta a los códigos (¿literarios? ¿de la crítica?). Con respecto a no entender las reglas del periodismo cultural, creo que las entiendo y estoy seguro que a Patricia se le pasó el libro, nada más. Estaba con Amis, ¿qué querés? No es tan terrible. Ella recomienda Noches de cocaína, que es una buena novela de Ballard. Yo pataleo. A lo sumo soy un narcisista despistado que le da algún valor, muy dudoso en realidad, a salir en la nota de tapa de Ñ. Por lo demás, buenas noches. Si querés mesura y bondad, comprate un hamster o militá en el ARI."

Saturday, February 04, 2006

otra forma de la épica

La gente de All Boys siempre fue dada al honor. En el Gasómetro Virtual, Battilana deja en claro que la amistad entre Chicago y el Ciclón de Boedo tiene matices.

"De episodios como el narrado se nutre el cofre de joyas que la gente de San Lorenzo acumula en su haber: un jugador como el Sapo no tiene equivalencias."

El Húngaro por otra parte ya me preguntó dos veces de que cuadro era. Parece que no se lo termina de creer.

Patricia, te has ganado un enemigo

Patricia Kolesnicov me hace el vacío en la tapa de Ñ firmando una pedorrisima nota titulada "Porno Cultura" (el título, acepto, no es tan malo). Comprendo que se quede con Gubern, Amis y Ogien, pero... ¿ni una mención al pasar? Hace tiempo que no me sentía tan ninguneado. Qué despecho, madre mía.

"Quizás sea ciega" pensé mientras leía el artículo, una sarta de lugares comunes alrededor de libros muy recomendables... ¡pero si incluso cita El Interpretador! (Por no señalar a los gritos que en la página 21, a lado de Felipe Piñata, aparece la boca de mi libro.)

Es obvio que Patricia no sabe de lo que está hablando y toca horriblemente de oído. Vaya y pase. ¿Qué quieren de Ñ? Ahora bien, la periodista logró algo que pocos logran: indignarme. Fue un momento breve, pero intenso. Resignación: la efímera fama del mainstream se me viene negando. (Y recordar que Muleiro se había interesado por mi bailarín hace algún tiempo...)

Periodistas del mundo, apaguen sus grabadores, no voy a empezar con barbaridades de amor no correspondido ( y eso que ganas y maldad no me faltan). Pero sí, tenelo claro, Patricia, aunque te quemes los ojos leyendo el libro de Jena Jammeson, jamás lograrás hacerlo igual que una estrella porno. Más bien pronto arderás en los infernales fuegos de la menopausia y que el Dios del papel prensa nos ayude.

Shanna, hagamos el amor, no la guerra

Friday, February 03, 2006

costumbrismo (II)

"No vuelvo a mi pueblo" dice uno de los editores. Un diseñador escucha, ayer, sobre el cierre. "¿Para qué? –agrega– ¿Para morirme de tedio y de amor?" Y yo pienso que no tengo pueblo al que volver salvo que la ciudad se abra. Buenos Aires, Buenos Aires, te juzgo tan abierta como el agua y el aire.

costumbrismo

Ayer un inadaptado, en un bar, o más bien, cerca de un bar, confesaba que había sido muy bueno "metiendo mano en los cines" a nivel nacional e internacional. Cuando el ridículo se hizo evidente, hacía rato que yo, Juan Terranova, me había hecho cargo de mis palabras. Hoy vuelvo a la calle Corrientes, pero desde otro ángulo, uno más bien excéntrico. En el espejo de las librerías de mi vida pienso verificar la máxima siciliana de Lampedusa, que algo cambie para que todo siga igual. Mi ciudad, Buenos Aires, te juzgo tan intensa como el agua y el aire.

Thursday, February 02, 2006

Avec Chantal Goya dans Masculine Femenine

Wednesday, February 01, 2006

paciencia, todo llega, el tema es saber esperar

strange review

El Dragón se despertó y estuvimos charlando un rato.

Antoine, travaillant avec François


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