Tuesday, January 31, 2006

una definición que sirve, al fin

¿Quién habló de novedad? Actéon hace excelente magia en Dural y Robert Musil aparece comentando, con una precisión insoportable, el tan mentado tema de los blogs, los bligs y los blugs. (Vía el hombre que habla una sola lengua.)

El monstruo


(Publicado como título El extraño universo del rey del terror en el Suplemento Cultura de Perfil)

En marzo del 2000, Stephen King firmó un contrato por 30 millones de libras esterlinas, algo así como 50 millones de dólares. Cuando se rumoreaba que iba a dejar de escribir, que ya estaba cansado, que el accidente automovilístico del ´99 había hecho mella en su creatividad, cuando sus fans más acérrimos empezaban a pensar que la gallina de los huevos de oro había terminado su ciclo y la magia se había acabado, el rey del terror volvió y marcó un récord. El vocero del sello británico Hodder & Stoughton, responsable del contrato, declaró que, tratándose de tres libros, la suma no era tan escandalosa. En 1999, tampoco le había ido mal al autor de El resplandor. La revista Forbes de ese año lo ubicó entre los primeros diez de su lista de celebridades con 65 millones. En 1997, apenas había logrado entrar noveno con 50 millones.
¿Cuántos libros hay que vender para alcanzar esos números? Las cifras, en esos niveles, se vuelven difíciles. Se dice que durante los años ochenta King fue el autor mejor pago del mundo, que vendió más de 160 millones de ejemplares traducidos a todas las lenguas; se repite mucho que ni siquiera J. K. Rowling, señalada también por Forbes como la persona más rica del Reino Unido con sus 576 millones de libras esterlinas, se le acerca en números totales. ¿Y entonces?
“El único dato que tengo mas o menos confiable es que hasta 1998 King había vendido 225 millones de libros, lo que calculando que empezó a publicar en 1974 haría un promedio de 8 millones de libros por año, aproximadamente” dice Ricardo Ruiz, de la excelente revista argentina Insomnia, íntegramente dedicada al autor. En todo caso, el volumen, el éxito y la complejidad de la obra de King hace que sus detractores acérrimos –el crítico canónico Harold Bloom, entre ellos– no puedan ser tomados muy en serio. Hoy en día, sin embargo, la obra y las finanzas de King atraviesan una meseta.
Según Marcelo Burnstein —autor de Stephen King, creador de lo oscuro, la guía más completa que existe sobre King en español—, es posible percibir la baja en las ventas por las deficiencias que presentan las traducciones españolas recientes. A menos ventas, menos inversión en traducción, menos tiempo para traducir, menos tiempo para interiorizarse de qué es lo que se está traduciendo, todo lo que redunda en una peor traducción. Pese a todo, los libros de King se siguen editando, reeditando y sobre todo comprando y leyendo. Eso, parece, no va a cambiar.

Inmerso en La niebla. Editorial Sudamericana está distribuyendo en estos días, como lo hace todos los veranos y bajo la colección Bolsillo de Jet, varias reediciones. El lector interesado podrá comprar nuevos ejemplares de Carrie o la novela larga Desesperación de 1996. Los fanáticos optarán seguramente por La Niebla, un libro compuesto por tres relatos largos extraídos de Skeleton Crew, la primera antología de cuentos “breves” del autor que conoció una primera traducción en Grijalbo hace veinte años. Habrá que esperar hasta abril para acceder a un ejemplar de The Colorado Kid, la nueva novela que ya está a la venta en España, en ediciones más bien pedestres de Plaza & Janés. El mismo King exigió este tipo de soporte rústico para original y traducciones cuando firmó contrato con una pequeña compañía, Hard Case Crime, cuyos libros son materialmente parecidos a los de Corín Tellado.
¿Y de qué trata La Niebla? Para empezar, los tres cuentos de La Niebla no entran, ni de lejos, en lo mejor que escribió King. Y tampoco se trata de terror, aunque la traducción le haga rechinar un poco los dientes al lector. El primer cuento, más bien una novelita con sus buenas doscientas páginas, narra la llegada de una niebla espesa y blanca a una localidad balnearia del Norte de Nueva Inglaterra. El narrador, David Drayton, es un recio y sensible padre de familia que puede hacer frente a los destrozos de una tormenta cortando los árboles caídos a golpes de motosierra y, al mismo tiempo, reflexionar sobre su ocupación como ilustrador de publicidades. Cuando queda atrapado en un supermercado junto a otras setenta personas, la prioridad será Billy, su simpático hijo de cinco años. La niebla, por supuesto, alberga en el exterior la muerte más horrible a manos de tentáculos con asquerosas ventosas y violentas arañas gigantes.
Pero hasta la página setenta, antes de los monstruos, la narración se mantiene dentro de los límites estrictos del realismo. Después, sí, con la niebla empieza algo muy parecido a Sábados de Super Acción. Se forma un grupo de incrédulos, los Racionalistas, que salen derecho a la masacre —a King se le dan bien las descripciones sangrientas– y más acá, lentamente, una bruja moderna comienza a reclamar público para sacrificios rituales. En el medio, David lidera a los hombres prácticos que nunca dejan de tener conciencia de que la situación es ridícula pero peligrosa (“concretando – dice uno–, quiero salir de aquí, pero sin que me meriende algún monstruo de película de clase B”).
Los otros dos cuentos siguen la misma línea. Si en El Mono, cada vez que un monito de juguete toca unos diminutos platillos con una sonrisa perversa alguien muere, de fondo se cuenta la historia de un programador desempleado y sus imposibilidades a la hora de comunicarse con sus hijos. Y en El Atajo de la señora Todd, un sexagenario cuenta la experiencia lisérgica de atravesar tiempo y espacio, pero en realidad el corazón del relato es la fascinación por la agresividad erótica que ejercía a principios de los sesenta una mujer manejando un Mercedes convertible.

Lo sobrenatural no es todo. Ahora bien, si La Niebla en su poca originalidad describe la maduración de una micro sociedad amenazada por estereotipados seres del espacio exterior, indagaciones sociológicas más felices no son ajenas a las novelas de King. Carrie, sin ir más lejos, repone el eterno tema de la adolescente diferente y excluida que es atacada por sus pares porque su sola existencia confirma la posibilidad del fracaso. La gran diferencia es que, esta vez, se trata de una Cenicienta afiebrada y vengativa. King describió la historia con mucha simplicidad: “El libro trata de mostrar la soledad de una joven, su desesperado esfuerzo por ser parte de la sociedad en la cual debe subsistir y, finalmente, su fracaso.”
Ojos de fuego, por su parte, utiliza esta misma “existencia de los diferentes” –en este caso un telépata y su hija piroquinética– para describir las manipulaciones inescrupulosas de las agencias de investigaciones norteamericanas. En Corazones en la Atlántida, de 1999, una novela con muy poco de sobrenatural y mucho de existencial, el William Golding de El señor de las moscas es reescrito para generar una historia alternativa al conflicto de Vietnam.
En realidad, los mejores momentos de los libros de King se escapan del equívoco género “terror” descorriéndose con elegancia al conflicto psicológico o directamente a un realismo sin medias tintas que apela a la contundente tradición de narradores norteamericanos. Algunas de sus novelas prescinden incluso totalmente del terror sobrenatural. Cujo presenta una trama donde lo que asusta es un perro grande con rabia. La sospecha del traspaso de Frank Dodd, el estrangulador de Castle Rock, personaje recurrente de King, al cuerpo del San Bernardo es completamente infundada y el verdadero terror lo encarna la destrucción de una familia tipo a partir del adulterio, la desidia y el narcisismo. En la nouvelle El cuerpo, incluido en la serie de Las cuatro estaciones, el extraño pasaje a la adolescencia incluye una descripción muy acaba de la violencia en la infancia. (Stand by me, la película de Rob Reiner, indudablemente superior al relato, con un River Phoenix inolvidable, dispara siempre la misma pregunta en el neófito: “Pero... ¿esta historia es de Stephen King?”)
Y finalmente está Misery, novela paradigmática del terror psicológico y el suspenso, perfecta re-escritura modelo siglo XX de Madame Bovary. Todo siempre sostenido a un ritmo que no cae y el ruido blanco de la violencia sintonizado como banda de sonido. Escriba lo que escriba, King siempre se hace cargo de los problemas y conflictos de esa clase media-baja de Estados Unidos que lo vio nacer. C. E. Feiling lo dijo con claridad cuando le dedicó un artículo en 1997: “King no sólo es una gran estilista, un maestro del estilo coloquial norteamericano, sino que siempre mete el dedo en la llaga”.
En Un saco de huesos, paralelo al tema de la casa embrujada, se describen los conflictos del escritor moderno, sin más sobresaltos y miedos que los producidos por la frustración y el bloqueo creativo de un escritor de best-sellers. De allí que el lema del Bartleby de Melville –Preferiría no hacerlo...– sea citado de muchas formas diferentes, y la impronta ambigua y fuertemente autoreferencial del final, donde el protagonista alter-ego del autor confiesa “He abandonado mi pluma de escribiente. Por el momento me va bien así”, haya dado mucha tela para cortar a fanáticos y lectores del todo el mundo.
Demasiadas veces se señaló que Stephen King parece sacado de una de sus novelas. El mismo lo dijo después del accidente de 1999: el tipo que lo atropelló, entre perverso y tranquilo, entre jovial y aterrador, no tenía nada que envidiarle a la Annie Wilkes de Misery. Los fans leyeron el final de Un saco de Huesos como una confesión. El estado actual de las cosas dice que más bien se trató de otra vuelta de tuerca a la obra de un escritor muy consciente de su trabajo. Todo Mientras escribo, un libro de no-ficción que mezcla el taller literario con la autobiografía, es un ejercicio exacerbado de autoevalución: “No me trago –dice King– la teoría de otros novelistas populares de que su éxito se basa exclusivamente en el mérito literario, y que el público comprende la auténtica grandeza mejor que el mundillo de las letras, poblado por mediocres y envidiosos. Es una idea ridícula, producto de la vanidad y la inseguridad.”
Finalmente, más allá de las cifras y los rumores, siempre están los libros, casi una biblioteca completa, que le permitirá a King, cuando se encuentren, pararse frente a Balzac, Henry James o Emile Zolá y preguntarles: “Ah, ¿y ustedes qué escribieron?”. La comedia humana del rey del terror sigue vigente, complejizándose, creciendo, agregando siempre un capítulo más a esa trama que nos atrapa y que no podemos dejar de leer.

Antoine

Monday, January 30, 2006

Crónicas de un mundo extraño


Sobre Error humano de Chuck Palahniuk
(Publicado en el suplemento Cultura de Perfil)
Error humano es una antología de textos periodísticos de los cuales su autor, Chuck Palahniuk, no revela procedencia. Por la posdata de Gente en conserva, una puntillosa investigación sobre la vida en un submarino, nos enteramos de que la censura de la Marina de los Estados Unidos actuó sobre la fotógrafa de la revista Nest y descartó algunas expresiones obscenas que Palahniuk había registrado de la jerga de los marineros. Aunque se cita cada tanto la figura del editor y se habla de tarjetas de crédito que sirven para cargarle gastos a la revista, no es mucho más lo que sabemos sobre dónde o cómo aparecieron estas páginas. Por lo demás, lo que se ofrece tiene mucho del viejo truco del nuevo periodismo y, por lo tanto, puede ser leído sin problemas en libro.
El título original, Stranger Than Fiction (Más extraño que la ficción) subraya lo que se explica con elegancia en la introducción, titulada “Realidad y ficción”. Desde el principio, entonces, Palahniuk avisa que va a entrar y salir de la ficción sin avisar. Las costuras, en todo caso, no se notan.El libro está dividido en tres partes: Gente unida, Retratos y Personal. En la primera, Palahniuk se explaya sobre uno de sus temas preferidos: la adrenalina, como una droga limpia e imprescindible. Aunque la idea aparece en todo el libro, Gente reunida es un catálogo de freaks que apelan a la violencia para contrarrestar el efecto aplastante de sus vidas mundanas.
El festival del testículo describe una fiesta dionisíaca con cerveza, motos y sexo explícito al sur de Missoula, Montana; De dónde viene la carne es una larga investigación sobre los preolímpicos de lucha grecorromana amateur de Waterloo, Iowa; Combate de cosechadoras narra los pormenores de una justa mecánica, en la que granjeros de todo el este llegan a Lind, Washington, para pelear con sus viejas cosechadoras; Fronteras es un texto confesional sobre la adicción a los esteroides, y así. Los artículos que no retratan violencia física describen presiones sociales o psicológicas autoinfligidas. En Está usted aquí, legiones de aspirantes a guionistas y escritores, como personajes salidos de una novela de Williams Burroughs, intentan vender sus historias comprando siete minutos de tiempo a editores y productores de cine, y que los reciben en cubículos montados en el salón de baile del Sheraton de Nashville o Kansas City.
La idea de ritual –de iniciación, de fertilidad, de guerra– está presente en todos los textos y Palahniuk coquetea con la función del antropólogo urbano que revisa los bordes de la vida moderna. En Retratos, la parte más convencional del libro, Palahniuk se transforma en entrevistador. Así Juliette Lewis hace las preguntas en vez de responderlas, mientras cuenta cómo besó a Robert de Niro en Cabo de miedo; el minimalismo norteamericano se explica a través de la prosa de Amy Hempel; Marilyn Mason se tira las cartas de tarot a sí mismo para examinar su vida y su carrera; y el autor de El Bebé de Rosemary, Ira Levin, es reivindicado en segunda persona y señalado como precursor (“Usted saca a la luz nuestros defectos de forma grandiosa, divertida y temible.”).
Error humano, tomado como título de la edición en español, remite a Brian Walker, el “hombre cohete”, un constructor de juguetes que aspira ser el primer civil en construir una nave espacial y alcanzar los ochenta kilómetros de altitud por sus propios medios. Palahniuk dice que Walker dijo: “Mi cohete viene a ser un juguete gigante. Es un juguete que tomó esteroides”. Los textos de Personal son más breves, menos documentados y aprovechan la contundencia de la primera persona. Mucho del mito que circula sobre la vida de Palahniuk –su trabajo como mecánico después de la universidad, su asistencia a grupos de ayuda, su relación con enfermos terminales– se cuenta en Acompañante.
En Casi California, se narra una visita a Hollywood con el pretexto de la filmación de El club de la pelea y el viaje se vuelve una reflexión sobre los deseos, las fantasías y las frustraciones del escritor contemporáneo. Hay referencias al trabajo del escritor en Ahora me acuerdo...(“Mi archivo es mi fetiche”), y el asesinato del padre de Palahniuk a manos de un hombre celoso aparece y reaparece como un fantasma para finalmente narrarse completo, como un expiación, en el artículo que cierra el libro. Este no es el mejor libro para empezar con Chuck Palahniuk. Es perfecto, sí, para acompañar la lectura de Nana, Monstruos invisibles o, por supuesto, El club de la pelea. Sin embargo, Error humano resulta una compilación interesante y sólida en la que late, con fuerza, la pulsión más primaria de los mejores narradores norteamericanos: contar historias desde el aquí y ahora sobre la parte del mundo en la que les tocó nacer.

cine en la arbitrariedad (catorce)

Siete razones para volver a ver...
La madre y la puta (La maman et la putain, Jean Eustache, 1973)

1. Porque Jean Pierre Leaud es la cara del cine francés.
2. Porque Oliverio la describió bien cuando dijo que era "Una de las pocas películas que exaltan el consumo desenfranado de whisky, tabaco, sillas de ruedas y existencialismo de feria."
3. Porque dura como cuatro horas.
4. Porque París en blanco y negro es más París (Mentira, ahí está Subway para demostrar lo contrario).
5. Porque las relaciones que tuve en mi vida se pueden dividir en maternales y prostibularias.
6. Porque hay una escena donde Veronika (Francoise Lebrun), la puta, lo llama a Alexandre (Jean Pierre Leaud), y le dice algo así como: "Estoy en una disco, borracha, drogada y me voy a hacer coger por dos o tres tipos al mismo tiempo". Él, que está con la madre, la hermosa y temperamental Bernadette Lafont, cuelga, llama a un amigo y le dice: "Yo pensé que la gente que tenía trabajo fijo era más normal".
7. Porque la vi por primera y única vez en la Videotheque de París, enamorado de una bailarina alemana que hablaba un francés muy malo y me miraba con desconfianza.

Saturday, January 28, 2006

Veronika et Alexandre

Friday, January 27, 2006

televisión


Mientras reviso los blogs y hago tiempo hasta la reunión de sumario, en el televisor de mi sección alguien sintonizó Besos Robados, una película de la saga de Antoine Doinel. Jean-Pierre Léaud repite frente a un espejo su nombre de ficción y después se tira agua en la cara. Alguien se queja. Yo vuelvo en el tiempo.

desde el planeta Vulcano

"Ofrecí mi cálculo por 25.000 dólares y les informé que el 100% de lo obtenido iría a la organización de beneficencia 'Habitat for Humanity' (dedicada a crear vivienda para los sin techo de los países en desarrollo), y además mantendría el derecho de visitarlo", bromeó el Capitán Clirk."

El Húngaro tiene la primicia. El yeite es hacerse famoso y, después, vender partres de tu cuerpo. ¿Qué fue de las orejas del Señor Spok? ¿Cuánto falta para que empiecen a escupir en un tarrito?

Thursday, January 26, 2006

mito y público

"No se puede escribir sin público y sin mito -sin cierto público que las circunstancias históricas crean, sin cierto mito sobre la literatura, que depende, en gran medida, de las demandas de ese público..."

Qu´est-ce que la littérature?, Jean Paul Sartre.

por siempre Alf

"Benjamin Gregory sigue hablando con Alf. Al principio todos pensaron que era un chiste que él hacía para animar un poco las fiestas familiares, pero con el tiempo dejaron de reírse."

Excelente digresión saliendo de la mejor Pasta Linda del Oeste.

el director oculto (?)

Rob Reiner hizo
Cuenta conmigo,
Cuando Harry conoció a Sally
y Misery.
De paso, también se dedica a la política.
Del lado de los demócratas, por supuesto.

¿Ustedes saben quién fue Napoleón?

Hoy mi compañeros de redacción me recordaron en bloque que durante uno de nuestros primeros almuerzos yo me planté y dije: "¿ustedes saben quién era Napoleón, no?". Me acordaba del evento, por supuesto, pero no había registrado que podía sonar, ¿cómo decirlo?, una tanto despectivo de mi parte. Ellos, informaron, habían hecho la primaria. (Por otra parte, no creo que ni la verdad ni la mentira de Napoleón se enseñe en un aula a niños ojerosos, pero concedo.) La intención de mi pregunta, que no era informativa, en todo caso importa menos que el hecho de que ya me estén pasando factura a cuenta de un pasado común. Eso es bueno.
Mi imagen positiva, más allá, sube a la par de mi imagen negativa. ¿Cómo explicarían este efecto mis compañeros estadísticos de la Maestría en Sociología del Cultura? "Yo encuestas hice dos veces en mi vida y mal" me dijo uno una vez. Ahora está en París con Chartie y nosotros hablando de polo, waterpolo y anabólicos en el comedor del edificio de la Prensa.

Wednesday, January 25, 2006

la vuelta del Gran Levín

"Ajoblanco es un señor que viene a mi casa a arreglar.
El dice que está en la edad de la patada."

¿Sabés por qué lo pongo?
Porque lo desconocido es la parte de alguna mosca.

dime la verdad, no la mentira



- ¿Por qué no crezco padre?
- Porque eres de piedra, hijo.
- No, es imposible...
- Sí, ¿nunca te pusiste a pensar porque nunca terminabas de levantarte?
- Alguna vez, sí, pero pensé...
- ¿Qué pensaste?
- Hipótesis erradas sobre la teoría de la gravedad, supongo.

periodismo (1)

Nota de tapa: 10.000.
Dos columnas de 1.700.
Un recuadro de 2.000.

Y mucha concentración. El lenguaje visto con lupa es monstruoso. La palabra "producción" me resulta chistosa pero amenazante. Después, con ánimo ser todavía un poco más críptico, me acuerdo de la línea de flotación del agua verde del Club Italiano. Será que al final esto de venir a la redacción es muy parecido la dinámica de grupo que se generaba en la colonia de vacaciones.

estamos en el aire

Hoy, antes de empezar a repensar Misery, excepcional novela de un excepcional narrador, me tomé la hora del almuerzo tardío y fui caminando hasta Radio Nacional, donde conversé apenas unos minutos con Tom Lupo sobre cibercafés y contratapas. Sobriedad. Hace un rato hablé con Celia y me dijo, por primera vez, "estuviste bien" y ahora abro el mail y Ricardo Romero, el editor de mis últimos meses de vida, titula: "Michel Madsen en Radio Nacional". Hazte la fama...

I´m back



Rompan todo. Vuelvo a tener internet en casa.

Tuesday, January 24, 2006

cartulina

"Si querés ser escritor, lo primero es hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho. No conozco ninguna manera de salterse estos pasos. No conozco ningún atajo."
"Leyendo prosa mala es como se aprende de manera más clara a evitar ciertas cosas. Una novela como Mineros de asteroides (o El Valle de las muñecas, Flores en el ático y Los puentes de Madison, por dar algunos ejemplos) equivale a un semestre en una buena academia de escritura, incluidas las conferencias de los invitados estrellas."
"Para creerte escritor, ¿alguien tiene que hacerte una cartulina de identificación donde figure la palabra "escritor"? Espero encarecidamente que no."
Stephen King, Mientras escribo, Plaza & Janés, 2001.

recomendación

De un mail: "Yo en tu lugar me dedicaría al periodismo gastronómico, a escribir libros sobre cocina y a la crítica de restaurantes. Gracias a Dios no tengo nada que ver en este momento con el circuito literario o artístico. Pero todavía tengo mal recuerdo de ese tejido de imposturas y malentendidos. ¿Por qué todo es tan inestable en ese campo? En todo caso, mi recomendación es esa: pasate a la gastronómía. Con una pluma como la tuya, alcanza y sobra. Aparte nadie, pero nadie, se come el migitorio de Duchamps cuando se trata de sentarse a la mesa."

Monday, January 23, 2006

Literatura y gastronomía

(publicado en suplemento Cultura del diario Perfil)

Hace un par de años, una revista literaria que no logró pasar de su segundo número, le preguntó a un grupo de escritores desconocidos (integrado por los cinco que hacían la revista y varios amigos) cuáles eran las dos actividades más importantes de su vida intelectual. La idea era que las respuestas fueran divertidas pero no del todo falsas. Me acuerdo algunas: “Estudiar a Derrida y masturbarme”, “Escribir sonetos pornográficos y escaparme de la clase de teoría literaria” y “Mirar televisión y fotocopiar libros ”. Yo elegí cocinar y dormir la siesta.
La cocina fue en mi vida un lugar de ejercicio constante. Aprender a condimentar es una actividad que no solamente sirve para enriquecer una salsa. Mi prosa maduró mucho cuando me di cuenta de que escribir una novela es muy parecido a preparar una cena abundante. Aunque algunos ingredientes se sirvan crudos, hay que saber de que especias no se puede prescindir y cuál es el punto justo de cocción. En mi casa los conocimientos culinarios básicos eran compartidos, pero los secretos había que merecerlos o espiarlos. Lo mismo ocurre con casi todo lo que vale la pena aprender en la vida, incluida la literatura.
La gastronomía tiene muchos escritores interesantes. Por lo general, son hedonistas inteligentes que saben elegir una buena planta de espinaca y, más allá de recetarios y consejos, curan cualquier angustia existencial con un buen estofado o papas a la crema.Es muy probable que el primero en reflexionar por escrito sobre lo que nos gusta comer haya sido Anthelme Brillant-Savarin (1755-1826), un funcionario y político francés que publicó su Fisiología del gusto, entre exilios y banquetes, a principios del siglo XIX. Su frase más célebre, “la invención de un nuevo plato hace a la humanidad más feliz que el descubrimiento de una estrella”, es toda una declaración de principios intelectuales.
En Bueno para comer, el antropólogo norteamericano Marvin Harris (1927-2001), mezcló positivismo tardío y prosa ágil para lograr un best-sellers erudito del autoconocimiento gastronómico. Y Michel Onfray revisó en El vientre de los filósofos el legado de los pensadores más importantes de la cultura universal a la luz de sus dietas. En un país con buena mesa y estricto culto a la sobremesa es raro que no tengamos un aventurero al estilo de Anthony Bourdain que con humor y precisión contó en Confesiones de un Chef sus experiencias como responsable de una cocina neoyorkina y en Viajes de un chef su contacto platos estrafalarios en lugares tan distantes como Vietnam, México y Portugal. La cocina y el comedor son los lugares de la casa donde las historias públicas se cruzan con las experiencias personales y la sensualidad. Brindemos por eso.

El primo que llegó de Europa

El lenguaje mirado con lupa se vuelve monstruoso.
Acá, en el diario oficial, recomiendo una novela del siglo XIX.
Y no se dejen llevar por la foto, la bajé de un image bank.
Yo soy muchísimo más feo.

Friday, January 20, 2006

el fin de la pornografía

El uruguayo de oro me acaba de dejar este link. Yo no la voy a leer esa novela. Pero, en fin, el tema llama, eso es seguro. (Ah, y otra cosa, no me parece mal que el hombre piense con el pene.)

y otra encuesta más

El paradigmático TP acaba de dar a conocer los resultados de su encuesta anual. Vale la pena.

Thursday, January 19, 2006

diferencias

Cuando escribís en tu casa, tenés tiempo de sacarle una buena punta a tus lápices. Esto es recomendable porque la pelea es a muerte. No hay forma de escaparse (porque postergar no es escape) y encarás el problema de frente.
Cuando escribís en una redacción, hay que usar el peso del adversario a favor del tipeo. Entrás en diagonal, buscando el mejor ángulo. Hay que crear espacios y hacer rendir los adjetivos, sin caer en estridencias. Se necesita estado físico, pero el que tiene las mejores mañas saca ventaja.
Yo siempre fui más un fondista que un velocista. Prefiero las expresiones controladas. Pero como van las cosas, voy a tener que aprender a pegarle al arco con las dos piernas. Al final, esperar cinco minutos puede ser igual de complicado que esperar diez años. Todo depende del contexto.

ill communication

Hace algunos días que no tengo teléfono ni Internet. En realidad, el teléfono anda mal. Es como un zombi. Suena y cuando uno levanta el auricular escucha el gruñido de los muertos insepultos y cada tanto alguna palabra. Es algo así: "La... La... ¿Puedo hablar... No se... Es.. La... ¿Hola?". Y entonces uno se separa el tubo de la oreja porque los gruñidos lo asustan y responde: "¿Hola?" y después agrega: "El teléfono anda mal. No lo escucho". Esto se repite así con algunas variantes. Y después hay que cortar.

El cable del teléfono por el que corren las voces y Speedy se cortó hace un par de meses cuando el jardinero podó la hiedra que hay en mi casa. Los de Telefónica vinieron, vieron cual era el problema, se fueron y no volvieron nunca más. El muy probable que el jardinero le haya metido un tijeretazo al cable y es seguro que los empleados de telefónica son sutilmente sádicos y muy inoperantes.
Ayer me subí a la medianera que tiene casi seis metros de alto y traté de parchar los cables. Lo hice pero la comunicación no mejoró. La línea se transformó en Hola Masoquismo Espiritual. Un teléfono que suena y suena y cuando uno atiende, más por inercia que por otra cosa, está seguro de que no va a poder hablar con nadie. Pensamos en desconectarlo pero no. La sensación es que alguien nos puede estar llamando.

Wednesday, January 18, 2006

descripción

"Finalmente Q es un agonista, que se revuelve sobre aquello que niega. Es, por ejemplo, un operador brillante, pero necesita denunciar a los servilleteros. Ataca los núcleos que cree endogámicos, pero el libro que eligió para su Gran Novela es el hilo con que se teje el perfil amistoso de los nuevos." (Vía Monolingua.)

Tuesday, January 17, 2006

Funes (el memorioso), Snif (el cineasta) y Snuf (el sommelier) escriben desde tres puntos de vista totalmente cebados.

Monday, January 16, 2006

billetes

Yo llegué temprano y Viñas estaba sentado leyendo La Nación. Lo miré de lejos, no me anuncié. Entré a Losada y compré un libro sobre la Luftwaffe que estaba de saldo. (En realidad, no es sobre la Luftwaffe, es algo así como Desempeño del Messerschmitt en el Mediterráneo Bf 109-E. Un libro sobre aviones.)
Enseguida, la curiosidad pudo más y le interrumpí la lectura. Hablamos, por supuesto de política. Primero de Groussac, después de política. ¿A dónde van las grandes movilizaciones? Por Corrientes siempre hay cortes. Sacó un billete de diez pesos.
- Mire -me dijo-, ¿ve? Los lugares aparecen vacíos.
El monumento a la bandera. Era verdad. Vacío. Sacó uno de cincuenta. La facha de la Casa Rosada y Plaza de Mayo. "Bueno -pensé-, aunque las reivindicaciones políticas y el capital nunca se juntan, por lo menos tiene sesenta pesos." Después me contó que se iba a Cuba y eso lo puse en la entrevista. Se mostró interesado en mis ideas sobre el empobrecimiento intelectual de la derecha.
- La derecha y el liberalismo no son lo mismo- le dije.
- No, claro- me dijo él.
Por momentos me daban ganas de abrazarlo.
"El último socialista ilustrado" pensé. Todavía lo pienso.

Saturday, January 14, 2006

una forma extraña de reseña

"Siento que el libro tiene mucho que ver con el desarrollo individual de la gente de este siglo: la evolución de pornomaníacos que cambian disquetes pornos por revistas, a borrachines de cumpleaños que tratan de inventar nuevos pecados."

En Fideos con manteca leen mi última novela.

Friday, January 13, 2006

advertencia

Señores editores de revistas para hombres (Playboy, Hombre, etc) y revistas en general (Para tí, Caras, Gente): Cortenlá con el photo-shop. En serio. No va. Cuando ponen una buena foto al lado de una toqueteada, el contraste es terrible. Basta de minas dibujadas, inivertan en fotógrafos. Algunas parecen sacadas de un poster pagsa de la década del 80. Cuando no directamente un hentai, o el Pato Lucas. Todo mi respeto por el placer de los paraisos artificiales, pero el photo-shop con sutileza o nada. Porque al final, el camino del erotismo es el camino del deseo y las imperfecciones. Eso lo sabe cualquiera...

Actualización: Acá arriman algo más. Y entre la verdad y la mentira, yo quiero depende el caso... (Vía Luis Andrade.)

historieta nacional

Lo mejor de la historieta nacional desembarca en Internet. Vale la pena mirar un rato.

Thursday, January 12, 2006

Viejitos piolas, el surrealismo no muere

(Publicado en Cultura de Perfil)
Acaba de aparecer un libro secreto. Su título es Anécdotas, olvidos y otros marasmos. Su contenido, cuatro entrevistas a Celia Gourinski realizadas por Juan Carlos Otaño, y su tema, el surrealismo en la Argentina. Gourinski, poeta y musicóloga, formó parte, con escritores como Enrique Molina, Franscisco Maradiaga y Olga Orozco, de los primeros pasos del movimiento a principios de la década del ´50.
Necesariamente nostálgica pero al mismo tiempo cálida y simpática, la charla entre Gourinski y Otaño avanza hasta los años sesenta y sigue, transformándose en una verdadera historia no-oficial del surrealismo en la Argentina.
Alejandra Pizernik, las conexiones con la plástica y la mítica librería Del Dragón de la calle Suipacha son algunos de los tanto temas que la edición completa con textos de Gourinski y una muy completa bibliografía por autor del grupo.
Pese a ser retrospectivo, el libro es la prueba de que el surrealismo, lejos de lo que la comunidad literaria supone, nunca murió. Muy por el contrario se ramificó, independiente de sus propias doctrinas y de la figura emblemática de Aldo Pellegrini, en obras y autores indispensables para los poetas de las nuevas generaciones. Y más allá de los primeros poemas que todos escribimos en la adolescencia, su esencia permanece oculta en una especie de cofradía ultrasecreta que se mueve lentamente y con seguridad. Por supuesto, ya no se trata de un movimiento juvenil, pero la pasión, diría Otaño, es la misma.
Anécdotas, olvidos y otros marasmos, sin distribución comercial, se consigue solamente en Caligari (http://www.caligari-libros.com.ar/), una pequeña librería de Caballito especializada en surrealismo y música, que también lo editó.

visite Nuevo Mexico

tengo un perro que es maoísta
y dos gatos proletarios,
un pez rojo, un dromedario
guerrillero estalinista.

visite el blog más feo del mundo.
En la administración pregunte por el húngaro.

Wednesday, January 11, 2006

cine en la arbitrariedad (trece)



Siete razones para volver a ver... Ed Wood (1994) de Tim Burton.

1. Porque es una película conceptual sin ser una película conceptual.
2. Porque Lisa Marie, la actriz que hace de Vampira, está genéticamente preparada para ese papel y Martín Landau encarna a un inolvidable Bela Lugosi.
3. Por el sugerente afiche en blanco y negro donde Sarah Jessica Parker le ofrece el pulovercito rosa a Johnny Deep.
4. Por la escena con Vicent D´onofrio haciendo de Orson Wells.
5. Porque cuando Ed Wood abandonó el mundo del cine, aunque nunca lo abandonó del todo, se dedicó a escribir novelitas pornográficas sobre travestis condenados a muerte y temas similares.
6. Por un guión excelente que se luce en el blanco y negro.
7. Porque al final el deseo es lo único que importa.
Y me quedó corto porque hay por lo menos setenta razones más...

la cuenta

Mi personaje público concuerda.

croquis

entre el lugar común y la verdad

"Mi tema es hablar de lo que sé. Yo me sentí agrandado, soberbio, humillado y sobre todo eso escribo. Porquie escribir bien es una tontería, cualquier dactilógrafo con redacción propia escribe bien. En realidad, aspiro a ser un cronista de mi época y creo que mi obra va a ayudar dentro de varios años a alguien que quiera explicar como era esta época. Y creo que mi literatura es política, porque todo libro está dando una definición política."

Jorge Asís, "Yo vendo más que Borges", entrevistado por Graciela Gardey para la revisat Salimos, Buenos Aires, octubre de 1982.

Tuesday, January 10, 2006

la otra encuesta

Mi voto para la encuesta de Oliverio.

Monday, January 09, 2006

biografía

Chechus cuenta la historia de su vida al aire libre.

El viaje más intelectual

El viaje intelectual de Paul Groussac.
Simurg. Dos tomos. $ 44 c/u.
François Paul Groussac nació en Toulouse a principios de 1848 y viajó a la Argentina, con apenas dieciocho años, en plan aventurero. Una página sobre Espronceda le dio fama literaria y en 1871, Nicolás Avellaneda, en ese momento ministro de Instrucción Pública del presidente Sarmiento, lo mandó al norte del país como funcionario y docente. Doce años después, con una familia formada y la astucia del autodidacta como único capital simbólico, volvió a Buenos Aires. Excéntrico a veces, operador cultural siempre, Groussac fue, de allí en más, lo que se conoce como “un intelectual”.
En 1883 viajó a Francia, pero ese mismo año, ya de vuelta en Buenos Aires, y esta vez con Eduardo Wilde como protector, se transformó en inspector nacional de enseñanza secundaria. En enero de 1885, el presidente Julio A. Roca lo nombró director de la Biblioteca Nacional, cargo que ocupó cuarenta y cuatro años hasta su muerte el 27 de junio de 1929. Aunque fue poeta, dramaturgo y narrador, si se lo recuerda, es por su actividad como ensayista y cronista de viajes, los dos pilares básicos de El viaje intelectual, libro que Ediciones Simurg acaba de reeditar a mediado del 2005.
El viaje intelectual es, antes que nada, una miscelánea de textos cuyos intereses son tan vastos como diversos. El subtítulo, Impresiones de naturaleza y arte, se afirma en el índice de géneros que incluye conferencias, artículos periodísticos, proto-ficciones (como Calandria, sobre un bandido rural), capítulos de libros inéditos, critica literaria, y, por supuesto, crónicas de viajes. En la primera serie, aparecida en 1904, el viaje es más metafórico que real. La conferencia El Gaucho, costumbres y creencias populares de la provincia argentinas –leída en el World´s Folk-Congress que se hizo en Chicago en julio de 1893– muestra un Groussac observador y atento al personaje vernáculo, de “lengua tan afilada como el cuchillo pasado al cinto”, al que describe con precisión de extranjero. En Telepatía revisa los avances científicos sobre ese tema y en Estigmas físicos del genio, las ideas de Lombroso.
Entre viajes a España, Francia y Estados Unidos, tiene tiempo para cubrir la presentación de Sarah Bernhardt en Buenos Aires y analizar las diferentes ediciones de La Tempestad (“Estas ediciones escolares de la casa Harper son excelentes”) para enseguida proponer, con poco creíble modestia y bastante precisión, El Cíclope de Eurípides como fuente oculta del drama shakespereano. “Los escultores, pues, carecen en general de educación literaria: salen directamente de la robusta y fecunda capa popular” sentencia cuando su obsesión con Sarmiento lo impulsa a criticar la escultura que Rodin le dedicó. De Mar del Plata a Mendoza, de Tucumán a Iguazú, de vistas parisienses a Terre de feu, en la Segunda Serie, que conoce edición en libro recién en 1920, Groussac mismo se señala a sí mismo tan “andariego en la vejez como en la juventud”.
Resalta del conjunto una cuasi-picaresca titulada Viaje de noche, donde un cura charlatán le relata al autor, en el vagón de un tren nocturno, su experiencia durante el terremoto de Mendoza. Finalmente, los dos tomos, como también señala el propio autor, empiezan con un texto sobre Sarmiento y terminan con ensayos de inclinación lingüística como el pionero Apropósito de Americanismos. La imposibilidad de pensar por afuera de los mandatos europeos –“civilización” es una palabra que encandila a Groussac– se refleja en la ambigüedad que no le sale para hablar de Sarmiento. Solamente se resigna a honrarlo si puede remarcar sus limitaciones y deficiencias. “Está visto que no tenemos por delante a un literato y pensador, en el sentido francés o alemán de la palabra” llega a decir sobre Sarmiento, de quien fácilmente se olvida que era argentino.
El perfil de Groussac fue el del intelectual snob y altanero, siempre dispuesto a dar cátedra y a tomarse todo en serio, empezando por sí mismo. Su estilo resulta así siempre ligeramente pedagógico. A veces se permite el humor o la ironía –y quizás sean esos los mejores momentos de su prosa–, pero lo suyo es, sin dudas, la seriedad. Claro que esto no mella el interés que pueda despertar el libro, sino todo lo contrario. Esta primera reedición completa de El viaje intelectual, es un acontecimiento literario casi secreto, pero no por ello menos importante. La correcta y humilde edición de Simurg, realizada con el apoyo del Fondo Cultural B. A. de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, cuesta 44 pesos por tomo, lo cual resulta excesivo. El mismo Groussac, que, según dice Beatriz Colombi en el prólogo, era “implacable con sus propias limitaciones así como con las ajenas”, no habría dejado pasar ese dato que, hoy en día, no es una detalle.
(Publicado con el título Viajes Metafóricos y reales en el suplemento Cultura del Diario Perfil)

Sunday, January 08, 2006

por favor, no me dejes nunca



Kromdraai (Sudáfrica).

Un par de huérfanos han formado una extraña unión en un parque de juegos de Sudáfrica a pesar de que los cuernos y el amor por la comida para caballos son las únicas cosas que tienen en común. Clover es una cría hembra de rinoceronte de once meses que se quedó huérfana en la estepa cuando su madre fue asesinada por cazadores furtivos.

Su constante compañía estos días es Bok-Bok, una joven cabra que también estaba sola y abandonada. Extrañamente, forman una pareja perfecta y se han convertido en inseparables compañeros en la Reserva Natural de Rinocerontes y Leones a unos treinta kilómetros de Johannesburgo.

"Uno nunca se hubiera imaginado que un rinoceronte y una cabra se llevarían tan bien. Estamos todos impactados", dijo Fran Berkowitz, su cuidadora. "Es divertido que dos especies diferentes se lleven tan bien", agregó.

Aunque veces se cornean en broma las cabezas, pasan juntos la mayor parte del tiempo que están despiertos. Clover por supuesto está dejando pequeño rápidamente a Bok-Bok, cuyo nombre significa "goat-goat" en afrikaans.

Un rinoceronte blanco normal -el segundo mamífero más grande de la Tierra después de los elefantes africanos y asiáticos- puede alcanzar sin problemas los 1.800 kilos. Con cerca de 200 kilos, Clover demostró que está creciendo cuando embistió con su aun pequeño cuerno el trípode de un asustado camarógrafo de Reuters.

Saturday, January 07, 2006

únete al Imperio, lee meloncorp



Joder, Melonian, cuando sea grande me gustaría escribir como vos. (Ya podés comentar tranquilo.)

redundancia

El abuelo se levantó creativo y se mandó la performance. Habría que haberle puesto la vieja canción de Ataque 77, Hay una bomba en el colegio: "No insistas con el baño, debajo del pupitre es mucho mejor". Pero parece que el tipo se la tenía jurada desde 1993. El tema es la próstata, viejo, cuando empieza a fallar, ahí te quiero ver. Sos capaz de aliviarte hasta en la Capilla Sixtina...(vía Agencia de Noticias Piro)

Thursday, January 05, 2006

la gran estafa del rock´d roll?

Si no puedes vencerlos, úneteles.

el polaco más famosos

"Comencé a escribir este diario precisamente para salvarme, por miedo a la degradación y a la inmersión definitiva en la marea de vida trivial que me llega ya hasta la boca. Pero resulta que aquí tampoco soy capaz de un esfuerzo pleno. No se puede ser "una nada" durante la semana para lograr existir el domingo. Ustedes, los periodistas, consejeros respetables y aficionados de debéis temer nada. Ya no los amenaza ninguna presunción mía, ningún misterio. Al igual que ustedes, que el universo entero, me deslizo hacia el periodismo."

Witold Gombrowizc, Diario Argentino, AH, 2003, Buenos Aires.

los dos extremos del periodismo porteño

Si tienen tiempo, vale la pena el ejercicio, siempre recomendado por transnochados educadores que fracasaron en las letras y en el periodismo real, de leer las dos puntas. No es tan fácil encontrarlas. Hoy en día no me vengan con Página y Clarín. Pero a veces las puntas se encuentran, reúnen. Si un hombre muerde a un perro, qué noticia...

"Su vocación se orientó después hacia la poesía, el cuento, la crónica y la crítica de espectáculos, que publicó con su firma en estas páginas. En los años 1984 y 1985, envió desde Nueva York largos artículos para La Nacion, con sutiles observaciones y comentarios, como "Los teen-agers, víctimas y verdugos". Otras notas evidenciaban una singular percepción de las adolescentes que imitaban a Madonna o una apreciación de las fiestas navideñas y su comercialización, iniciada a partir de su mirada a un gigantesco árbol de Navidad instalado en el Rockefeller Center."

"La muerte, después de todo, nunca debería atenuar el rigor de una crónica que aspire a situarse, al menos, a la altura de su desmoronamiento. Porque había que aceptar que su cercanía, al fin y al cabo, producía una extraña combinación de desagrado y tristeza.
De manera que, pese a los brotes de su humor, Luis Emilio Mitre se había convertido en el personaje ideal para evitarlo.
Para saludar, acaso, al voleo.
Aunque cualquiera pudiera conocer que aquel Flaco, con tendencia gráfica a la cirrosis, de aspecto insolentemente trasgresor pero que no molestaba a nadie, aparte de una aceptable cultura general, y de su fachada casi grotesca, disponía de casi cincuenta millones de dólares."

face off



Por 300 puntos, ¿quienes son estos muñecos? (vía autobombo.)

Wednesday, January 04, 2006

miércoles a la tarde con Céline

Hoy está nublado. Me acaban de traer un café con leche que estaba necesitando. La mujer que me lo trajo contó el dinero que le di con una elegancia que me resultó conmovedora. Después, leo en la web estos fragmento de Viaje al fin de la noche de Louis Ferdinand Céline.
"Los hombres se aferran a sus cochinos recuerdos, a todas sus desgracias, y no se les puede sacar de ahí. Con eso ocupan el alma. Se vengan de la injusticia de su presente revolviendo en su interior la mierda del porvenir. Justos y cobardes que son todos, en el fondo. Es su naturaleza.
(...)
Proust, espectro a medias él mismo, se perdió con tenacidad extraordinaria en la futilidad infinita y diluyente de los ritos y las actitudes que se enmarañan en torno a la gente mundana, gente del vacío, fantasmas de deseos, orgiastas indecisos que siempre esperan a su Watteau, buscadores sin entusiasmo de Cíteras improbables. Pero la señora Herote, de origen popular y substancial, se mantenía sólidamente unida a la tierra por rudos apetitos, animales y precisos. Si la gente es tan mala, tal vez sea sólo porque sufre, pero pasa mucho tiempo entre el momento en que han dejado de sufrir y aquel en que se vuelven mejores. El gran éxito material y pasional de la señora Herote no había tenido aún tiempo de suavizar su disposición para la conquista.
(...)
Dejenme decirles, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; se los advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a quererlos es porque van a convertiros en carne de cañón.
(...)
Para el pobre existen en este mundo dos grandes formas de palmarla, por la indiferencia absoluta de sus semejantes en tiempos de paz o por la pasión homicida de los mismos, llegada la guerra. Si se acuerdan de vos, al instante piensan en la tortura, los otros, y en nada más. ¡Solamente les interesás chorreando de sangre, a esos cabrones! Princhrad había tenido más razón que un santo al respecto. Ante la inminencia del matadero ya no especulás demasiado con las cosas del porvenir, sólo pensás en amar durante los días que te quedan, ya que es el único medio de olvidar el cuerpo un poco, olvidar que pronto te van a desollar de arriba abajo. "

Tuesday, January 03, 2006

un link

Cada tanto, pero no siempre porque es como una droga poderosa, me doy una vuelta por lo del Científico Maldito. Se pueden leer cosas como esta. No sé, me hace sentir menos solo.

pase lo que pase

Hoy recibí una tarjeta de felicitación por año nuevo del Grupo Editorial Planeta. Sobria, el interior decía "Pase lo que pase, no deje de leer". Por supuesto, para ellos es una cuestión de supervivencia. Pero me resulta un excelente consejo. Escuchame, pase lo que pase, no dejes de leer. Es inteligente y elegante. Todavía no salgo de mi pequeño asombro.

Cine en la Arbitrariedad (doce)

Siete razones para volver a ver...
Hoy: Armageddon (1998) de Michael Bay.

1. El reparto. Insuperable. ¿En qué otra película viste a Bruce Willis, Billy Bob Thornton, Ben Affleck, Liv Tyler, Steve Buscemi, William Fichtner, Owen Wilson, Michael Clarke Duncan y Peter Stormare (que hace de Lev Andropov, el cosmonauta ruso)?

2. Por la frase-cita que dice Bruce Willis cuando se da cuenta de que el ejército los Estados Unidos los está garcando: “Houston, you have a problem”.

3. Me gusta esa idea de que los civiles también pueden ser duros.

4. Porque aunque los trajes de astronauta recuerdan un poco a la serie Perdidos en el espacio, toda la escenografía delm asteroide es una especie de robo-homenaje a Viaje a la luna de Méliès.

5. Por toda la secuencia de reclutamiento, con las diferentes reacciones a los exámenes, los resultados y el “aprobado” final. Excelente.

Dr. Banks: [going through the roughnecks' medical reports] Fail. Fail. Impressively fail! One toxicology analysis revealed ketamin, that is a very powerful sedative!
Harry: Sedatives are used all the time, doctor.
Dr. Banks: Well this one's used on horses.
Harry: Some of these guys are pretty big.
Dr. Banks: [to Truman] I mean it'd normally take 18 months to train pre-screened, viable subjects for space travel!
Dan: Can they *physically* survive the trip? That's all I need to know here, okay?
Dr. Banks: Personally, I don't know how they survived the tests.

6. Porque las demandas que hace los “perforadores” para hacer el viaje, como pasar un verano en la Suite Lincoln de la Casa Blanca o nunca más en su vida pagar impuestos, las escribieron los mismos actores.

7. Y sí, che, el final es emocionante. Es barato, sensiblero, berreta, sí, pero a mí me emociona. Bruce Willis es el único que podía interpretar a Harry Stamper de esa manera. Larga vida a Bruce Willis.

Sunday, January 01, 2006

Cine en la Arbitrariedad (once)



Siete razones para volver a ver...

Hoy: El planeta de los simios (The planet of the apes, 1968) de Franklin J. Schaffner.

1. Porque Charlton Heston es un actor de raza, uno en un millón. (Todavía no entiendo como no le llenó el culo de perdigones a Michael Moore.)

2. Porque la novela en la cual está basada la escribió Pierre Boulle, un francés. (Aunque los verdaderos genios hayan sido Michael Wilson y Rod Sterling, los que hicieron el guión. Michael Wilson escribió al año siguiente de The Planets of the apes, el guión de Che! y después no escribió más.)

3. Porque, según IMDB, durante los tiempos muertos de la filmación, los extras caracterizados como monos se juntaban por grupos raciales. Los gorilas con los gorilas, los orangutanes con los orangutanes, los chimpancés con los chimpancés. No era un requerimiento del estudio, solamente ocurría. De alguna forma, no sé cómo, siento que este detalle confirma la tesis central de la película.

4. Porque todo indica que el backstage fue una fiesta. IMDB cuenta que Jerry Goldsmith usó una máscara de gorila mientras escribía y conducía la banda de sonido de la película y Roddy McDowal (Cornelius), una vez que se había acostumbrado, volvía a su casa manejando sin sacarse el maquillaje de mono y le hacía caras a la gente de los otros autos en la autopista.

5. Porque The planet of the apestenía todo para ser una película bizarra, divertida en su torpeza, risible, entretenida, y sin embargo, es una obra maestra de la narración cinematográfica. Todo lo que le siguió (infinitas secuelas, series de tv, historietas, caretas de mono para carnaval) es especial para paladares entrenados en Sábados de Super-Acción, pero la película, en solitario, simplemente es perfecta.

6. Porque esta película demuestra que el arte es un estado gobernado por lo insondable, el cruce de muchos intereses, el reino desquiciado, un gran malentendido. Tim Burton, del que es imposible decir que no tiene talento, disponiendo de varios millones de dólares, no pudo ni acercarse con su superproducción a la síntesis y emotividad de la película de Schaffner, un artesano discreto que hizo treinta películas de las cuales dos o tres son pasables. It is a tale told by an idiot, full of sound and fury, Signifying nothing...

7. Por ese final, Dios mío, por ese final: “You Maniacs. Youy blew it up. Damn you! God damn you all to hell!”.

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