Wednesday, January 31, 2007
postales de Oz
Una mañana nublada de agosto, cinco mil bailarines de tap se juntaron después de tres semanas de ensayo en Manhattan para festejar los cincuenta años de El Mago de Oz y entrar en el libro Guiness de los récords. Una nena rubia de diez años dice a cámara: “Tengo la película en video y la vemos, por lo menos, una vez por día con mi hermana”. Es la introducción a The wonderful wizard of Oz: the making of a movie classic, un documental de 1990 que abre con esta frase: “Como una mancha de aceite, la fabulosa historia del Mago de Oz se propagó de pueblos a ciudades y naciones hasta alcanzar el mundo entero”.
La fortaleza de los lugares comunes. El mago de Oz es una gran película y sus entretelones se abren como un laberinto interminable. En la superficie, hay cuentos clásicos y anécdotas que repetidas mil veces no se vuelven triviales. Ternura, magia, infancia y leyendas urbanas. Frank Baum fundió la cadena de teatros que heredó de su padre y se recuperó haciendo de los doce libros de Oz, una pequeña industria.
Tuesday, January 30, 2007
Un delgado libro rojo
Sunday, January 28, 2007
Saturday, January 27, 2007
Blitzkrieg Baby
Más en este excelente sitio donde se pueden ver los longs plays y los 78 que se hicieron en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
el presidente
Friday, January 26, 2007
Cartas al duque (cincuenta y nueve)
Thursday, January 25, 2007
Cartas a la duque (cincuenta y ocho)
Wednesday, January 24, 2007
cartas al duque (cincuenta y siete)
Qué placer extraño caminar por Corrientes, meterse en un lugar con aire acondicionado, mirar los libros de las mesas de saldos. Me compré un ejemplar de La aventura de la historia que tiene unos dibujitos egipcios en la tapa y un titular que dice "Conjura en le harén". (En esa misma revista, hace años, leí una reseña donde un anónimo decía de un libro que no recuerdo: "El autor es erudito pero de narrar ni hablar". Dios lo bendiga.)
Ayer a la noche, documentales sobre El Mago de Oz. Judy Garland tenía algo. Se mató con barbitúricos a los cuarenta y siete años, pero eso no puedo ponerlo en la nota que estoy escribiendo. El cinturón que nos sostiene nos ahorca con gusto.
Saludos,
Tuesday, January 23, 2007
Cartas al duque (Cincuenta y seis)
Monday, January 22, 2007
el eje del mal
El eje, con pinzas. Si la geografía existe –con mudanzas, infiltrados y desplazamientos–, en ningún caso, Boedo y Florida llegan formar una dicotomía al estilo de Guelfos y Gibelinos, capaces de cortarse narices y orejas a cuchillazos. Tanto el Boedo de la pedagogía y la denuncia como el Florida de los oropeles refinados, convivían dentro del granero del mundo cuyas mieses el radicalismo clásico había intentado repartir con cierto éxito.
Friday, January 19, 2007
Cartas al duque (cincuenta y cuatro)
Thursday, January 18, 2007
Cartas al duque (cincuenta y tres)
¿Me equivoco o usted andaba una vez con un mazo de cartas Zener? La palabra parapsicología es tan bella... Un devoto cristiano que asegura que un accidente laboral le aumentó la líbido y tuvo que recurrir a prostitutas y pornografía. Le hizo juicio a la empresa donde trabajaba y el martes pasado le dieron una indemnización de más de tres millones de libras esterlina. "Sufrió heridas graves en la cabeza" dice la noticia. El tipo estuvo en coma dos meses por caerse de un andamio pero cuando se despertó, qué cambio. El juez del Tribunal Superior de Justicia de Londres que dictó la sentencia dijo: "Su vida y la vida de su joven esposa se vieron destrozadas". Ayer jugué un partido de squash. El prolongado reposo y las fiebres pasadas dañaron mucho mi capacidad aeróbica. Tengo que volver. Pero voy a volver de a poco.
Juan.
Wednesday, January 17, 2007
Cartas al duque (cincuenta y dos)
Tuesday, January 16, 2007
Cartas al duque (cincuenta y uno)
Como una ruiseñor con dolor de muelas
“Se suplica a los que no entiendan que observen con el más respetuoso silencio y que muestren un completa actitud de sumisión, de total inferioridad. Ése es su verdadero papel”, así indicaba Erik Satie, en marzo de 1913, cómo debían escucharse su Verdaderos preludios fofos para un perro. En un mundo donde las grabaciones eran experimentales y en cada hogar burgués había un piano y un pianista, Satie –como tantos otros– publicaba sus obras en papel para dar a conocer su música. Lo que lo diferenciaba era su continua intervención de esa escritura musical con indicaciones poéticas.
Así, y aunque fue un ferviente defensor de la autonomía de la música frente a otras artes, Satie escribió mucho y muy fragmentariamente. Que se presentara como “fonometrógrafo” atendía a esta actividad ligeramente absurda y dislocada de escribir sonidos. Cuadernos de un mamífero es un libro armado, un compilación de textos incidentales, poéticos o teatrales. El título, sin embargo, es de Satie. Cada vez que publicaba reflexiones en alguna revista literaria, lo hacía con ese título indistintamente del contenido. La simple y elegante edición de Acantilado, propone cuatro partes: “Para no ser leído”, “Para declamar”, “Para interpretar” y “Para cantar”.
La advertencia que abre la primer parte es clara: “Prohibo –escribe Satie– leer en voz alta el texto durante el transcurso de la ejecución. Todo incumplimiento de esta observación levantará mi justa indignación contra el petulante. No se conceden privilegios.” Lo que sigue son una serie de poemas breves cuya función sería la de poner “en ambiente” al interprete. Descripciones Automáticas empieza con un “A merced de las olas/ Una ligera bruma./ Otra./ Ráfaga de aire fresco./ Melancolía marítima”.
Entre la simpleza impresionista y la irreverencia de títulos como Embriones secos, Horas seculares e instantáneas, Capítulos que pueden girarse hacia cualquier lado y la famosa Sonatina burocrática se fija el tono del libro. La compilación de las “indicaciones de carácter” que Satie agregaba en los pentagramas es llamativa y se propone como un texto en sí mismo: “Como un animal/ Como una ruiseñor con dolor de muelas/ Como una suave petición/ Con asombro”, y así.
La parte “Para declamar” es la reproducción de Uspud, un “ballet cristiano” para teatro de sombras que Satie escribió en colaboración con el poeta J. P. Contamine de Latour. Entre el sainete proto-surrealista y una tomada de pelo al tardoromanticismo, Uspud, el héroe, vive una aventura alucinada y llena de visiones paganas inspiradas en las Tentaciones de San Antonio de Flaubert, en ese momento, el libro de cabecera de Satie.
“Para interpretar” presenta La trampa de Medusa, una comedia lírica en un acto con letra y música de Satie, donde aparecen monos mecánicos “disecados con mano maestra” y la Medusa desarrolla parlamentos que terminan “las zapatillas demasiado estrechas me obstruyen fácilmente el cerebro y quedo afónico... moralmente, se entiende.”
La parte “Para cantar” contiene Tres poemas de amor y fragmentos del drama sinfónico Socrates, un agresivo centón filosófico-poético, escrito por pedido de la princesa de Edmond de Polignac que disponía de una orquesta privada de veinticinco músicos.
Maestro de la sinestesia, el compositor define la música que acompaña los versos “blanca e inmóvil con la Antigüedad”.Estos Cuadernos de un mamífero, a cargo de Ornella Volta –que, como directora de la Fundación Erik Satie, escribe como un personaje del compositor–, se completan con una deliciosa “Vida y obra de Erik Satie comentada por el mismo señor”.
Conceptual, sensible y anti-exotista, Satie nació en Honfleur, el 17 de mayo de 1866 y murió en París, 1 de julio de 1925. Fue un compositor intenso y atrevido además de un excéntrico profesional y un alegre y sorprendente pianista de Cabaret. Les brindó reconocimiento, influencias y elogios a Debussy y a Ravel, al mismo tiempo que los ridiculizó en sus obras. Frecuentó la bohemia parisina de Montmatre y trabajó como un DJ contemporáneo superponiendo complejas progresiones armónicas a melodías infantiles o populares.
En las artes musicales o escénicas, todos los a lo largo del siglo XX reventaron alguna forma heredada del siglo XIX le deben algo. Estos Cuadernos de un mamífero, que pueden ser leídos con música o en silencio, funcionan como introducción tangencial pero interesante a su obra y se revelan como un útil mapa del personaje que a veces tocaba el piano con guantes para escandalizar y, de alguna forma, construyó las bases irónicas de la música erudita contemporánea.
Monday, January 15, 2007
¿Quién dijo que el camino es la meta?
un mantra epistolar
Sunday, January 14, 2007
Friday, January 12, 2007
Cartas al duque (cincuenta)
Thursday, January 11, 2007
dos viejos amigos
Aunque los contendientes sean peso completo, las peleas, en la brillante zona literaria del mundo, siempre se dirimen antes del nocaut. Incluso si el ring side se arma entre el Nobel y el bestsellerismo, entre candidaturas presidenciales y novelas legendarias, el que besa la lona siempre tiene la posibilidad de levantarse. Y si hay épicas privadas, acusaciones y gesto ampulosos, las reconciliaciones nunca son tan difíciles ni tan excepcionales. Hasta los Sex-Pistols volvieron y tocaron en un Obras sorprendido con un Johnny Rotten excedido de peso, peinado a lo Bart Simpson.
¿Cómo Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa no se van a reconciliar si una efeméride lo exige? La pista de despegue está un poco bacheada, es verdad. Pero, ¿qué suman tres décadas en la perspectiva general de la literatura universal? Cada tanto una reyerta saca las ganas, delimita pertenencias y sienta bien. Pero después se hace el concierto reunión y la vida sigue. Cuando se llega a cierta edad, las heridas o se curan o se soportan. Si Gabo viaja a Cuba y sirve de mediador inteligente entre los arrebatos comunistas y los intelectuales críticos, si Varga Llosa apoya las intervenciones militares de los Estados Unidos en el mundo, no hay nada que la Real Academia Española o una importante casa editorial multinacional no puedan reparar con una buena ceremonia y una edición de lujo y tapas duras.
Pero que nadie piense que esto es por dinero. Para nada. En este plano astral hasta el más pintado de los escritores sabe que, a la larga o a la corta, los colegas son necesarios. Como en la historia china de la grulla y el tigre que pelean en la orilla del río sagrado del tiempo. El tigre ataca con furia y la grulla se defiende con paciencia. Ninguno de los dos escapa, ninguno de los avanza. Son rivales naturales y quieren la destrucción del otro, pero en lo más íntimo de sus vidas opuestas saben que se necesitan para existir.
(Publicado en perfil.com con título del editor.)
Cartas al duque (un poco hastiado)
Wednesday, January 10, 2007
antes del Ital Park
Cartas al duque (cuarenta y ocho)
Lo de Rorschach ya no me causa tanta gracia. A Freddy le gusta pero a mí me resulta un poco forzado, demasiado ingenioso, en el peor sentido. El mito de las manchas, sin embargo, todavía me atrae por su componente narrativo. La pregunta no es "¿qué ve usted?", sino "¿qué historia me puede contar?". Siempre fui un looser, querido Duque. Un poco lento, un poco sordo, un poco tímido. Lo único que tengo son mis manos. Manos sueltas, como dijo Maiakovski. La herencia del inmigrante. Puedo aplaudir y tejer, pero no al mismo tiempo. La vida y el tango perpetuo de Satie, lo baila el diablo pero lo aprovechan sus mujeres. En la redacción acaban de apagar el aire acondicionado y allá vamos.
Escribo en breve,
Terra.
Tuesday, January 09, 2007
Cartas al duque (cuarenta y siete)
Es interesante que para fin de año una revista mande un mail de salutación que diga “que el año nuevo nos reúna en otra parte”. Humildemente, me parece un gesto de intelectual superyóico y narcisista que nunca está conforme con nada. Yo, por lo pronto, quiero estar acá. Tengo las manos llenas. Mis años de nomadismo físico terminaron. Buenos Aires es mi ciudad. Ahora no puedo imaginarme “en otra parte”. También me estoy quedando sordo y en el subte, hoy, me dieron una estampita de la Virgen María. ¿Qué escuchan lo que no escuchan? La sensación del plástico en la piel puede tener mil reacciones. Entre el verano y algunas patologías de moda como la envidia y el resentimiento, elijo el verano.
Salud,
Terra.
Monday, January 08, 2007
encerrados
Sunday, January 07, 2007
Friday, January 05, 2007
giremos juntos, mi amor
Thursday, January 04, 2007
el joven camarada Trotsky
El joven camarada Trotsky vive en Buenos Aires
refugiado de sus futuro de exilios.
Una vez entró en la madre Rusia
disfrazado de ciego con una venda en los ojos.
Pero hoy compra La Nación todos los días
y lee los titulares del Página por Internet.
Tiene amigos y una novia maoista.
Escribe poesía pero no va a las lecturas.
Trabaja como corrector de pruebas de imprenta.
Cuando encuentra un troskista por la calle
cruza a la vereda de enfrente.
cartas al duque (cuarenta y seis)
Con este calor y esta humedad, me recupero de un sábado de cuarenta grados de fiebre, y sus consecuencias para el principio de año, ya bien entrada la semana. El fondo de mi casa, que tanto le gusta, se transformó en una selva tropical, y eso fue lo mejor, porque la inactividad me mata. Los días se me hacen muy largos, me duelen las encías y ya estoy empezando a tener una relación demasiado personal con la televisión. (Esto ya es decir algo.) Todavía me cuetsa leer pero el antibiótico empezó a pegar. (Drogarse con amoxidal duo es una actividad para gente con paciencia.)
En breve vuelvo al subte.
Ansioso y muy desorientado,
Lo abraza,
Terra.
Tuesday, January 02, 2007
Monday, January 01, 2007
Cartas al duque (cuarenta y cinco)
PD: Nunca falta el pelotudo que reivindica a Duchamp como un genio de la filosofía, de la poesía, o alguna otra mierda por el estilo.