Saturday, December 31, 2005
Friday, December 30, 2005
cine en la arbitrariedad (diez)
Siete razones para volver a ver... Los Goonies (The Goonies, 1985) de Richard Donner
1. Es la película que ves con hermanos, primos y amigos cuando tenés doce años y después querés salir a descubrir un tesoro en el Parque Rivadavia.
2. Trabaja Corey Feldman, de Cuenta conmigo y Que no se entere mamá, películas que urge citar en esta columna. Feldman encarna a Clark 'Boca' Devereaux que tiene su escena cuando descubren el pozo de los desesos y una de las chicas dice que no, que eso es robar qué sé yo, y él levanta una de las monedas y dice: "¿Ves está? Ésta la tiré yo y ¿sabés qué pedía? Quedarme con todas estas que están ahí". Después, lee en español el mapa de los piratas. Y antes, le había traducido cualquier cosa a la sirvienta hispana.
3. Nadie sabe qué fue de la vida Jonathan Ke Quan, el chino de los gadgets, también acreditado como Huy Quan Ke, o Ke Huy Quan, o Jonathan Quan, o Ke Huy Quan. Sin duda, un personaje mítico.
4. Porque el protagonista, Sean Astin, hace de Sam en The Lord of the Rings.
5. Porque el mogólico encarna primero el miedo a lo monstruoso y después la fuerza positiva.
6. Por esta foto imperdible que podría titularse "Veinte años después".
7. Porque tiene sabor a infancia.
2. Trabaja Corey Feldman, de Cuenta conmigo y Que no se entere mamá, películas que urge citar en esta columna. Feldman encarna a Clark 'Boca' Devereaux que tiene su escena cuando descubren el pozo de los desesos y una de las chicas dice que no, que eso es robar qué sé yo, y él levanta una de las monedas y dice: "¿Ves está? Ésta la tiré yo y ¿sabés qué pedía? Quedarme con todas estas que están ahí". Después, lee en español el mapa de los piratas. Y antes, le había traducido cualquier cosa a la sirvienta hispana.
3. Nadie sabe qué fue de la vida Jonathan Ke Quan, el chino de los gadgets, también acreditado como Huy Quan Ke, o Ke Huy Quan, o Jonathan Quan, o Ke Huy Quan. Sin duda, un personaje mítico.
4. Porque el protagonista, Sean Astin, hace de Sam en The Lord of the Rings.
5. Porque el mogólico encarna primero el miedo a lo monstruoso y después la fuerza positiva.
6. Por esta foto imperdible que podría titularse "Veinte años después".
7. Porque tiene sabor a infancia.
Thursday, December 29, 2005
tatoo
Martín De Ambrosio, que se sienta acá al lado mío, vio esta foto y dijo: "Parece un cuadro de Escher". (Vía el Gran Casla.)
cine en la arbitrariedad (nueve)
Siete razones para volver a ver... Hoy: Infierno Rojo (Red Heat, 1988) de William Hill.
1. Porque empieza con una pelea entre rusos malos y Schwarzenegger en un sauna ruso. (¿Cuántos actores norteamericanos que interpretaron a un policía comunista llegaron a gobernadores de California?)
2. Porque el Capitán Ivan Danko, interpretador por el gran Arnold Schwarzenegger, dice en un momento que en su soviet natal tiene un periquito, y Belushi se ríe, y él le pregunta, muy serio, “¿qué? ¿Te parece que tener un periquito es gay?”
3. Porque el Capitán Ivan Danko dice comentando la sociedad de Chigado: “Very strange city. The crime is organized; the police is not.”
4. Porque al final hacen mierda una cantidad considerables de colectivos, autos, motos y otros vehículo de combustión interna.
5. Por este diálogo:
Abdul Elijah: Revolutionary political leaders like myself are incarcerated to keep us quiet. Ivan Danko: What is your political crime? Abdul Elijah: I robbed a bank.
6. Porque el malo se llama Viktor Rostavili y le dicen Rosta
7. Y por este diálogo:
6. Porque el malo se llama Viktor Rostavili y le dicen Rosta
7. Y por este diálogo:
Ivan Danko: I have car under control.
Art Ridzik (Interpretado por el magistral Jame Belushi): Yeah, I'm sure they taught you all about cars and the price of insurance at your famous Russian school in Kiev!
Ivan Danko: In socialist countries, insurance not necessary. State pays for everything.
Art Ridzik: Yeah? Well, tell me something, Captain. If you've got such a fucking paradise over there, how come you're up the same creek as we are with heroin and cocaine?
Ivan Danko: Chinese find way. Right after revolution, they round up all drug dealers, all drug addicts, take them to public square, and shoot them in back of head.
Art Ridzik: Ah, it'd never work here. Fucking politicians wouldn't go for it.
Ivan Danko: Shoot them first.
Tomá.
Wednesday, December 28, 2005
cine en la arbitrariedad (ocho)
Siete razones para volver a ver...
Hoy: Sexy beast de Jonathan Glazer.
1. Es la única película que conozco donde se cuenta el robo subacuático de un banco en una secuencia realmente memorable.
2. Como dijo Rodrigo Terranova de Ben Kingsley: “¿Cómo puede ser que un tipo que mide uno cincuenta meta tanto miedo?”.
3. Siendo un film completamente tarantinesco, desarrolla una estética y una personalidad propia.
4. Lo siento, pero Ian McShane nació para el personaje de Teddy.
5. Por la secuencia: "Where there's a will - and there is a fucking will - there's a way - and there is a fucking way". Su realización formal es perfecta. Toda la película es una serie de momentos memorables: una piedra de dos toneladas caen en una piscina, un mafioso vuelve a Londres para un robo, al malo le destrozan la cabeza con un televisor y, sobre todo, es imposible decirle no a Don Logan.
6. Por el título.
7. La película empieza con una gangster retirado que ya hizo la guita y no quiere más lola. Es feliz, vive en el sur de España con su mujer y sus amigos. O sea, Sexy Beast empieza donde las otras películas usualmente terminan.
Actualización. Fabián Casas dice de Sexy Beast: "Rápidamente -incluido yo- todos éramos amigos íntimos suyos."
Llegaron los libros de Entropía
Ayer, con un sentido exquisito de la oportunidad, la gente de Editorial Entropía me hizo llegar unos libros que yo agradezco como primer regalo de cumpleaños. Entropía es uno de los emprendimientos editoriales más interesantes de este año que termina. Lo que me mandaron son tres primeras novelas, editadas con una prolijidad y un gusto digno de mención, y el primer tomo de la correspondencia europea de Puig.
Querida Familia, cartas europeas 1956-1962 tiene todo para ser el libro del año. Por un lado es un trabajo de rescate inestimable para el fanático o el estudioso de la obra de Puig. El momento que señala la contratapa, la carta donde Coco se descubre novelista, citado hasta el hartazgo pero nunca a mano para ser verificado, es todo un aporte en sí msimo. Lo que sigue son 400 páginas de la mejor narrativa epistolar argentina. Sin duda, un libro ideal para leer en el verano. Para mí, que frecuenté a Puig para cerrar los plagios más descarados, es simplemente un material imprescindible y la puerta a nuevos afanos. (Si mi próxima novela tiene formato epistolar, la culpa es de Entropía.)
Después, estuve leyendo ¿Vos me querés a mí?, la primera novela de Romina Paula. Por partes dialogada, con un ritmo interesante y excelentes títulos de capítulos, promete. Miré apenas por arriba Hidrografía doméstica de Gonzalo Castro y Semana de Sebastián Martínez Daniell. Prometo subir algún comentario en breve.
Entropía tiene una página también diseñada con muy bueno gusto, donde pueden consultarse reseñas y fragmentos de las obras, y un blog donde se puede estar bien al día sobre el movimiento de la editorial y afines. La última vez que lo vi a Molina, Entropía estaba por sacarle Los estantes vacíos, su primer libro de cuentos. (Creo que ya salió.)
Desde aquí, los rinocerontes y el cocinero, agradecemos el envío y les deseamos a los libros y autores de Entropía, lo mejor para el 2006.
Tuesday, December 27, 2005
Los frutos prohibidos del autogoogleo
"POR LAS NOCHES, en el bosque de Boloña, de París, un poeta llamado Terranova busca entre las prostitutas la belleza ideal, la rosa perfecta. Piensa haberla encontrado en Tiresia, un melancólico transexual brasileño, y decide secuestrarlo y someterlo con engaño y ternura, con el fin exclusivo de contemplar su belleza."
"Sua beleza acaba atraindo a atenção de Terranova (Laurent Lucas, de O Pornógrafo) que quer ter a moça só para si."
En Página nadie labura
"Libros: Gárgola ediciones presenta tres libros: Siete y el tigre harapiento, de Leonardo Oyola, El pornógrafo, de Juan Terranova y Laura Palmer no ha muerto. A las 21, en Bartolomeo, Bartolomé Mitre y Pasaje La Piedad. Gratis."
¿Quién escribió a Laura Palmer? Es el nombre de la colección, zapatos.
la cosa es simple
"El mundo se divide en dos, Tuco. Los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes coger la pala."
Il buono, il bruto, il cattivo, 1966, Sergio Leone.
Il buono, il bruto, il cattivo, 1966, Sergio Leone.
Monday, December 26, 2005
Battilana en lo de Casla
"Sin esconder aquello que no se tiene, lo único que quedaba para la hinchada era una especie de viento y de amor atravesado de guerras y batallas: la gente, esos jugadores, y la orfandad."
Buscando a Chuck
(Publicado en la última edición del suplemento Cultura de Perfil)
En 1996, un periodista y buscavidas nacido en el estado de Washigton a principios de la década del sesenta, publicó su segunda novela. La primera, titulada Monstruos invisibles, dormía en un cajón. No había tenido suerte y había sido rechazada por varios editores. Esta vez, sin embargo, el asunto funcionó. El nombre del autor era Chuck Palahniuk y la novela en cuestión, El Club de la pelea, cuya trama describía a un grupo de oficinistas aburridos que recuperaban las ganas de vivir organizándose alrededor de un club de box callejero. Cuando en 1999, llegó la película de la mano de David Fincher, el éxito fue arrasador. Mientras Brad Pitt y Edward Norton brillaban en la pantalla como los protagonistas de la ultra violencia, consecuencia de y solución para la sociedad actual, Palahniuk, que se había ganado hasta ese momento la vida trabajando como mecánico y escribiendo manuales para reparar camiones, se transformaba en una celebridad.
Su fama literaria comenzó a producir un mito. Cuando le preguntaron si vivía como sus personajes, Palahniuk dudó pero terminó confesando que había participado en peleas producidas como anticuerpo contra la desidia y durante un tiempo había concurrido dos veces por semana a grupos de ayuda para adictos al sexo.
Meses después del estreno de la película, Monstruos invisibles, que narra las desdichas de una vengativa modelo deformada en un accidente, finalmente apareció junto a Sobreviviente, otra novela donde el protagonista pertenece a un culto ascético que enseña a temer los placeres del mundo. Desde entonces, Palahniuk no ha dejado de escribir y publicar novelas al ritmo de un libro o dos por temporada. Este año, se reeditaron en España Diario, una novela paranoica y desquiciada donde una artista plástica le escribe a su marido en coma, y Nana, un escalofriante relato donde un periodista descubre cómo una canción de cuna mata a todos aquellos que la escuchan. También salió la novedad Error humano, un compendio de crónicas autobiográficas sobre situaciones bizarras y, en inglés, esperando su traducción al español, Haunted, una novela construida en base a veintitrés relatos autónomos, como una especie de Decamerón del siglo XXI.
La prosa de Palahniuk es ágil y contundente. “Baso mi trabajo –dijo en una entrevista reciente– en la poesía o en el arte del cuento oral, donde el timming es lo único importante y los dispositivos retóricos deben recordarle al lector el contenido total de la historia, todo el tiempo. (...) Es un estilo basado en beats de tiempo, como en la música.”
Ahora bien, pese a que el número de sus fanáticos sigue creciendo después del boom de El Club de la Pelea, los libros de Chuck Palahniuk faltan de las librerías porteñas. Me gustaría escribir que sus libros son “difíciles de conseguir” pero eso sería ser demasiado optimista: las novelas de Palanhiuk son directamente inhallables en Buenos Aires. Guadalquivir, en Callao 1012, es la única que ofrece libros de Palanhiuk porque los importa directamente desde España. Pablo Paso, uno de sus libreros, está al corriente de la situación. “Hubo una edición de bolsillo del El club de la Pelea en ediciones B y se agotó. Nosotros lo pedimos siempre, pero no lo traen.”
En este contexto, el mejor canal de comunicación que tienen los lectores vernáculos con la obra de Palahniuk es Rodrigo Fresán. Entusiasta y generoso, el escritor argentino residente en Barcelona, viene construyendo desde hace un tiempo un vínculo entre el autor y la Argentina a partir de artículos y recomendaciones. Es gracias a Fresán que nos enteramos de la salida de una nueva novela, de un cruce polémico o de las ya míticas giras de lectura de Palahniuk (donde los concurrentes rebalsan las salas y la gente se desmaya cuando lo escucha leer). Incluso, después de señalarlo como el heredero de Stephen King, Fresán logró que se publicara íntegro en el suplemento dominical de un diario argentino, el excelente cuento Guts (Tripas). Lo que hay es poco más.Por supuesto, está la película y siempre tendremos Internet, donde The Cult, el sitio oficial del autor, aunque no deja de ser un lugar para vender videos y otras chucherías, provee fotos, noticias y alguna entrevista. Los libros, si uno tiene los dólares y la paciencia de esperar el envío, se pueden encargar por Amazom, o incluso es posible bajarlos pirateados de la web.
Ahora bien, que los libros de Palahniuk no se consigan por esta zona del mundo produce una situación ambigua, a la vez incómoda y seductora. La queja, de la cual Mondadori (la editorial española que administra los derechos de sus obra para el mercado hispanoparlante) debería tomar nota, es una reacción natural y hasta comprensible. Pero al mismo tiempo obtura la posibilidad de entrever una circunstancia bastante excepcional. Por un parte, resulta anacrónico que en la era de las comunicaciones instantáneas falte un escritor de best-sellers de calidad en Buenos Aires.
Hace ya tiempo que se perdió ese misticismo con el cual se recibían, se recomendaban y se pasaban de mano en mano ciertos libros o películas. Pero si es verdad que la prohibición engendra deseo, también es verdad que Chuck Palahniuk es hoy, en Buenos Aires, un verdadero escritor de culto. Recorriendo los puestos de libros y revistas del Parque Rivadavia vi hace poco como circulaban unas fotocopias anilladas. El título de la tapa decía El club de la lucha. Era la traducción española bajo acto de justicia pirata, envuelta en un halo de liviana ilegalidad que seguramente podría encontrar lugar en alguna de las novelas de Palahniuk.
Buscando a Chuck (apostilla)
En la última edición del diario Perfil, que salió el sábado 24, adelantándose un día por navidad, escribí sobre Chuck Palahniuk. Se trata de una típica nota de suplemento, con sus ventajas y desventajas. No me interesa aquí entrar a diseccionar éstas y aquellas, pero me gustaría sí abordar un concepto que utilicé en ese texto y que me resulta, ya con el diario impreso y apunto de ser olvidado, un tanto incómodo.
Sobre el final de la nota digo que Palahniuk es un "verdadero escritor de culto". El concepto de "escritor de culto" me suena, en este momento, demasiado trillado, usado mal hasta el hartazgo. Creo que finalmente perdió todo su significado y ya no queda un buen uso del término. ¿Qué quería decir cuando escribía eso, entonces?
Quizás sea más fácil recurrir a ejemplos. Franz Kafka, Juan José Saer y Kurt Vonnegut no son autores de culto, eso creo que ya queda claro. Osvaldo Lamborghini y Jorge Asís, tampoco. Ni siquiera lo es el viejo Leónidas. Pero Ricardo Zelarayán sí lo es. Y lo son Raúl Barón Biza y Juan José de Soiza Reilly. ¿Por qué?
Parece ser que lo que define "el culto" es, en un primer momento, la ausencia. Lo que importa en aquellos escritores parece ser el deseo que engendra la negación, la falta, más allá, atención, de la calidad o singularidad de su obra. De allí que mi definición de "escritor de culto" sea más o menos así: aquel autor por el cual hay que movilizarse físicamente para tener una recompensa literaria. Un autor de culto es, entonces, un autor que no está en Yenny-El Ateneo, del que hay poco en Internet y en otros medios, del que los libros no se consiguen ni siquiera en bibliotecas públicas y que, una vez encontrado el material, se lo lee en grupo, compartiéndolo con aquellos a los que queremos convertir.
Después de dar esta definición no sé si Palahniuk es un "autor de culto". Más bien me inclino a pensar que su situación es tan excepcional (¿cuántos otros tiene una película como El club de la pelea?) que decir que es un autor de culto es decir más bien poco ("Celebridad desconocida" decía la volanta del diario y creo que el oximoron vale.) No me dejaron poner en el diario que algunos de los libros de Palahniuk se consiguen pirateados por Internet, pero lo de las fotocopias, que lo vi también con Barón Biza y lo ejercí con Soiza Reilly, es real y significativo.
La literatura tiene un innegable lado material que va pegado al costado social. Nada más inútil que aprender de memoria esa lección barthesiana de que el autor murió, de que los textos sólo existen hacia su propio interior y así. En mi caso, no sé cuales son las implicancias de confesarlo, muchas veces la continuidad de la lectura dependió pura y exclusivamente del tamaño de la tipografía. Y de ahí en adelante.
Chuck Palahniuk es un escritor interesante que no elude la cuota sagrada del arte. Lamento que falte del circuito de librerías porteñas, pero, como digo en la nota, eso me permite leerlo de otra manera. Con otros escritores, la mayoría nacionales, pasa algo, si no igual, por el estilo. Quizás el caso más parecido sea el de Nelson Rodrigues, best-seller de un sin número de reediciones en su país y un completo desconocido fuera de él. La queja, insisto, es solamente una arista del asunto y no, por supuesto, la más interesante.
Saturday, December 24, 2005
feliz navidad
"Bueno, Terranova me pidió que les deseara una feliz navidad a todos pero yo le dije que no, que lo hiciera él, que a mí me tiene de che pibe ya para otras cosas. Pero después nos juntamos acá, con los muchachos, y la verdad es que se volvió cómodo esto de aparecer en El Cocinero, nos reconocen en la calle, nos gritan desde los colectivos, qué sé yo, es lindo sentirse querido, que lo que hacés tenga valor para alguien ¿viste? Porque acá se trabaja al día, pero con mucho amor. Así que nos pusimos de acuerdo con los muchachos y le vamos a hacer el favor, por esta vez. Aunque seguro que para fin de año, que es así, una fiesta más explosiva, volvemos a aparecer. Feliz navidad, entonces, lectores de El Cocinero Salvaje, dicho de corazón, los rinocerontes del staff y Juan Terranova. (¿Listo? ¿Quedó bien? Bueno... No, qué se va a enojar, le va a encatar, quedate tranquilo, yo lo conozco, sí, sí.)"
Friday, December 23, 2005
cine en la arbitrariedad (siete)
Siete razones para volver a ver... Hoy: La Roca (The Rock, 1996) de Micheal Bay.
1. Ed Harris haciendo de milico la rompe.
2. Los diálogos. Todos.
3. Sean Connery citando a Oscar Wilde por el tema del patriotismo, diciendo que le hubiera gustado ser agricultor o poeta en vez de agente secreto y hablando en griego antiguo cuando Nicolas Cage le ofrece el “trabajo”.
4. La fina ironía del tagline del IMDB: "Alcatraz. Only one man has ever broken out. Now five million lives depend on two men breaking in".
5. La trama. No el tema del ataque químico a San Francisco que suena más a Superman que a otra cosa, pero sí que lo hagan militares sublevados y resentidos contra el "sistema de reparto" del Pentágono. Cada vez que habla Ed Harris y explica por qué hace lo que hace se abre una puerta extraña, jamás vista en los films que vienen de Hoolywood.
6. La escena de los comandos entrando en Alcatraz y quedando en posición de inferioridad geográfica, justo en el centro del perímetro enemigo. El diálogo que se da entre el militar leal y Ed Harris es espectacular.
7. Perdón, que insista pero, ¿en qué película yanqui vieron algo muy parecido a un alzamiento carapintada? No es por el poder, es por guita, pero igual.
1. Ed Harris haciendo de milico la rompe.
2. Los diálogos. Todos.
3. Sean Connery citando a Oscar Wilde por el tema del patriotismo, diciendo que le hubiera gustado ser agricultor o poeta en vez de agente secreto y hablando en griego antiguo cuando Nicolas Cage le ofrece el “trabajo”.
4. La fina ironía del tagline del IMDB: "Alcatraz. Only one man has ever broken out. Now five million lives depend on two men breaking in".
5. La trama. No el tema del ataque químico a San Francisco que suena más a Superman que a otra cosa, pero sí que lo hagan militares sublevados y resentidos contra el "sistema de reparto" del Pentágono. Cada vez que habla Ed Harris y explica por qué hace lo que hace se abre una puerta extraña, jamás vista en los films que vienen de Hoolywood.
6. La escena de los comandos entrando en Alcatraz y quedando en posición de inferioridad geográfica, justo en el centro del perímetro enemigo. El diálogo que se da entre el militar leal y Ed Harris es espectacular.
7. Perdón, que insista pero, ¿en qué película yanqui vieron algo muy parecido a un alzamiento carapintada? No es por el poder, es por guita, pero igual.
Thursday, December 22, 2005
¿Por qué escribo?
"Aun así, ¿cuándo hacemos más daño? ¿Cuando compartimos nuestras fantasías oscuras, cuando las exploramos en cuentos, canciones o pinturas, o cuando las negamos?
Las historias son la forma en que los seres humanos digieren sus vidas: convierten los hechos en algo que podemos repetir y controlar, contándolos hasta que se agotan. Hasta que ya no consiguen una carcajada, una lágrima o una sorpresa. Hasta que podemos absorber, asimilar los peores eventos. Nuestra cultura digiere hechos al hacer cada vez versiones más pequeñas del original. Después que un barco se hunde o una bomba explota –la Tragedia Original– tenemos la versión que dan las noticias, la versióncinematográfica, la versión de la radio, la versión del blog, la del videogame, la de la Cajita Feliz de McDonald’s, la del chiste de Los Simpson. Ecos que se desvanecen.
Luego dejamos de contarla, como la historia graciosa que uno cuenta en las fiestas, la historia que siempre hace reír, la historia de cómo una vez tomaste un ácido y te comiste un abrigo de piel. No porque deje de hacer reír a la gente sino porque digerimos los hechos. Ya está resuelto, y contar la historia ya no le sirve al narrador.
Quizá por esta razón Radiohead ya no toca “Creep” en sus conciertos.
Quizá sea la razón por la que soñamos, una forma compulsiva de contar historias, de procesar la experiencia como la comida en nuestras tripas, aun dormidos.
Pero las historias que tenemos miedo de contar, de controlar, de crear... Esas nunca se agotan, y nos matan.
Al menos eso les digo a mis amigos cuando me hacen callar. Para no darle a la gente ideas nuevas. Esta es mi historia sobre contar historias. Mi manera de digerir lo que hago."
cine en la arbitrariedad (seis)
Siete razones para volver a ver... Hoy: Laberinto (Labyrinth, 1986) de Jim Henson.
2. Jennifer Connelly recibe consejos de un gusano para salir de un laberinto lineal y, sobre el final de la película, recorre una escenografía diseñada por Mauritis Cornelius Escher.
3. Jennifer Connelly sería una Mujer Maravilla espectacular.
4. Porque el tagline de IMDB es: “Where everything seems possible and nothing is what it seems”.
5. Porque no hay referencias a Borges que caerían inevitablemente en la obviedad.
6. Porque cuando se estrenó a mediados de los ochenta yo tenía la edad ideal para verla.
7. Porque es como Alicia en el País de la Maravillas pero al final aparece David Bowie y se come la película.
5. Porque no hay referencias a Borges que caerían inevitablemente en la obviedad.
6. Porque cuando se estrenó a mediados de los ochenta yo tenía la edad ideal para verla.
7. Porque es como Alicia en el País de la Maravillas pero al final aparece David Bowie y se come la película.
Wednesday, December 21, 2005
Presentación
Ayer se hizo la presentación de la colección Laura Palmer no ha muerto del sello editorial Gárgola. Los dos primeros libros de la colección son Siete y el Tigre Harapiento de Leo Oyola y El Pornógrafo, mi tercera novela. Hubo vino, tango de la mano del Duo Estático (Marco Bellini, señores, simplemente la rompió cantando) y yo leí este texto.
Víctor me llamó y me dijo que necesitaba contarme algo. Así que cuando terminé lo que estaba haciendo pasé por su casa, le toqué timbre, bajó y fuimos al bar de siempre. Había una mesa cerca de la ventana y yo ya me estaba sentado cuando vi que él se alejaba y descorría una silla bastante más atrás.
Me contó de sus problemas de pareja, de sus problemas laborales, de sus problemas en general y después, cuando ya había terminado de descargarse, me preguntó, al pasar, en qué andaba. Era obvio que no le importaba, pero le conté igual.
— Estoy escribiendo una novela.
— ¿Tema? — preguntó Víctor.
— Quiero escribir sobre pornografía.
— Es buen tema— dijo él.
— Sí —respondí yo.
— Un tema complejo.
— Muy complejo.
El bar estaba vacío. Era casi mediodía. Le gente pasaba caminando. Se había nublado. Era viernes. Enseguida la conversación derivó en otra cosa. Hablamos de nuestros respectivos acercamientos al mundo de la pornografía. Comprar una revista en el parque Rivadavia, ver una película en la casa de un amigo. Cuando nos despedimos en la puerta del bar había empezado a llover.
— No creo que puedas escribir algo bueno— me dijo cuando nos volvimos a ver.
El seguía con sus problemas de pareja, con sus problemas laborales, con sus problemas en general, etcétera. (Sus problemas laborales se había vuelto especialmente centrales en su conversación porque se había quedado sin trabajo.) En un momento pensé que me iban a empezar a supurar las orejas. Y fue entonces cuando volvimos a mi novela sobre la pornografía y él dijo:
— No creo que puedas escribir algo bueno.
— ¿Por qué?— pregunté.
— El tema es muy difícil— respondió.
Esta vez eran las seis o siete de la tarde y habíamos pedido una cerveza.
— Contra todo pronóstico —dijo Víctor— le gente no tiene idea de qué es la pornografía.
— ¿Y entonces?
— Cuando vos le prometés pornografía las fantasías se disparan al infinito.
Me quedé en silencio. Desde donde estaba podía ver un perro viejo y sucio, de pelo largo. El dueño tenía la correa en la mano mientras esperaban para cruzar.
— ¿Y cuál es el problema si la gente tiene fantasías?
— Nunca ningún libro estuvo a la altura de las fantasías sexuales de la gente.
— ¿Nunca?—pregunté.
— Nunca— respondió él.
Era un buen punto. Había que tenerlo en cuenta.
A partir de esa segunda conversación con Víctor todo se hizo mucho más difícil. El desafío creció en mi cabeza como una esponja. Yo quería escribir una novela ágil sobre dos amigos que cambian ideas sobre pornografía y mujeres en el Buenos Aires de hoy. Después de la conversación con Víctor empecé a ver películas compulsivamente. Producciones norteamericanas, europeas, brasileñas, argentinas. Cuando salía a la calle, compraba revistas. Me di cuenta de que la pornografía tenía un secreto. Llegué a alquilar porno gay, porno travesti, porno con animales. Mi vida cambió. Me fui poniendo ojeroso.
Un sábado a la mañana prendí la televisión mientras me preparaba el desayuno. Hacía calor, el cielo estaba abarrotado de nubes. En la pantalla, terminaba una carrera de autos. El ganador agitaba el champán en el podio y después, una de las promotoras que lo acompañaba, se ponía de rodillas y le practicaba una felación. Cambié de canal justo para ver como el Coyote lograba agarrar al Correcaminos y lo sometía sexualmente. Una voz en off decía que el Correcaminos se había dejado agarrar. Vi un poco más. Un partido de tenis que no terminaba solamente con un buen apretón de manos, un talk-show donde famosos de cabotaje se desvestían en vez de responder las preguntas, un programa de cocina de bajo presupuesto donde el camarógrafo dejaba la cámara fija y entraba en cuadro.
Tardé tres años en escribir mi novela sobre la pornografía.
Cuando volví a ver a Victor, no hablamos de sus problemas. Me preguntó directamente por la novela.
— Está terminada —le dije.
— Quiero leerla— me respondió.
Se la pasé. Un jueves a las tres de la tarde sonó el teléfono.
— Escribiste una novela de amor— me dijo.
Yo había saturado la narración de historias y todavía pensaba que me habían quedado corto. La mezcla era interesante, los sex-shops de calle Lavalle y gente que viaja a Japón por negocios, Buenos Aires después de medianoche y muñecas inflables importadas de Suecia.
Me despedí de Víctor. Había vuelto a trabajar y tenía problemas con los horarios. En la televisión, el noticiero transmitía en vivo y en directo desde mi cabeza el encuentro recurrente entre la luz de neón y el asfalto.
Diciembre, 2005.-
Monday, December 19, 2005
El escritor contemporáneo y la violencia
Hace ya un par de años, un vuelo atrasado me retuvo en el aeropuerto Charles de Gaulle. Cada tanto una empleada de Air France se acercaba y decía con una sonrisa que teníamos que seguir esperando. Un francés de mi edad era el único que se quejaba. No parecía loco, sino todo lo contrario, y me cayó simpático porque insultaba en voz alta. Cuando hablaba en español, tenía acento madrileño. — Ya te habrás dado cuenta, este es el país del lenguaje, muy fraternité, solidarité, todo ese rollo.
Me contó que, en los banlieues de París, los narcos usaban armas de guerra, pero los parisinos seguía pensando en la película Amélie cuando hablaba de su vida. Michel Houellebecq es el primer francés en describir su país como es en la actualidad y lograr que sus libros de vendan como best-sellers. Su universo no parece complejo. Supermercados remplazando las simpáticas épiceries de barrio, profesionales exitosos desangrados de deseo, situaciones sórdidas y mucha soledad. A veces su cinismo pesimista resulta artificial, tanto o más irreflexivo que cualquier idealismo. Pero, ¿no sucede los mismo con Sade que llevó el reverso de la moral kanteana a su paroxismo?
Ubicado, con Chuck Palahniuk (1964) y Roberto Bolaño (1953-2003), entre aquellos que saben retratar la violencia y hacer que sus libros se vuelvan objeto de discusiones sociológicas y morales a nivel internacional, Houellebecq usa el escándalo como una herramienta útil a su literatura. Eso no es novedad. Sin embargo, en El mundo como supermercado (por primera vez la traducción de Anagrama es mejor que el título original de Interventions) se incluía el ensayo Jacques Prévert est un con que no era una provocación, sino directamente un insulto. Y eso, en la Francia contemporánea, hacía mucho que no se veía.
Publicado con el título “El escritor y el insulto” en el suplemento de Cultura del diario Perfil del domingo 18 de diciembre del 2005.
cine en la arbitrariedad (cinco)
Hoy, siete razones para volver a ver:
2. Christopher Lambert usa algo que se parece mucho a una espada láser para iluminar los oscuros rincones del metro parisino.
3. Los ochentas en Francia fueron la gloria trash del siglo y el entorno natural para el surgimiento que aquella palabra tan cursi: boîte.
4. Hay un tipo que patina en el metro.
5. Los inspectores de policía se llaman Batman y Robin.
6. Sobre el final, a punta de revolver, un concierto de música clásica es reemplazado por un grupo de funk-pop francés que la rompe con una tema ultra ochentoso: ¡y Jean Reno toca la batería!
7. Subway es cine francés 100%, pero no tiene nada que ver con lo que entendemos por el cine francés...
Sunday, December 18, 2005
Saturday, December 17, 2005
Cine en la Arbitrariedad (cuatro)
Hoy: Siete razones para volver a ver El Duro (Road House, 1989) con Patrick Swayze.
1. Tiene por lo menos dos frases importantes: “Pensé que eras más alto...” (repetida como ironía contra el propio Patrick Swayze, no contra el personaje de James Dalton al que encarna) y “Va a empeorar, antes de empezar a mejorar” (Frase que he usado en momentos claves de mi vida para describir momentos claves de mi vida).
2. El tagline de IMDB dice así: “Dalton's the best bouncer in the business. His nights are filled with fast action, hot music and beautiful women. It's a dirty job, but somebody's got to do it”. (Traten de escribir algo mejor, ¿a ver?)
3. El personaje del ciego que toca la guitarra apoyada sobre las rodillas y canta atrás de un alambrado made in cancha de excusionistas es una masa.
4. Patrick Swayze es el action hero más gay de las películas de acción de los ochentas. Así y todo, cuando mata al malo, le arranca la yugular a mano limpia y lo deja flotando en el río. Tomá.
5. El título original es bueno, pero la traducción al español es mejor.
6. Swayze la hizo después del éxito de Dirty Dancing, que es del 87.
7. El Duro es, con toda seguridad una película de mierda, con una trama de mierda y una realización de mierda, pero si la dan en el cable y te demorás cinco minutos, la ves hasta el final.
Desde ahora, esta columna de Cine en la Arbitrariedad va a estar dedicada a mi gran amigo y escritor de pulps porteños, Leo Oyola. Leo, gracias por tu amistad y por tu sabiduría superior en el arte de mirar y comprender películas.
1. Tiene por lo menos dos frases importantes: “Pensé que eras más alto...” (repetida como ironía contra el propio Patrick Swayze, no contra el personaje de James Dalton al que encarna) y “Va a empeorar, antes de empezar a mejorar” (Frase que he usado en momentos claves de mi vida para describir momentos claves de mi vida).
2. El tagline de IMDB dice así: “Dalton's the best bouncer in the business. His nights are filled with fast action, hot music and beautiful women. It's a dirty job, but somebody's got to do it”. (Traten de escribir algo mejor, ¿a ver?)
3. El personaje del ciego que toca la guitarra apoyada sobre las rodillas y canta atrás de un alambrado made in cancha de excusionistas es una masa.
4. Patrick Swayze es el action hero más gay de las películas de acción de los ochentas. Así y todo, cuando mata al malo, le arranca la yugular a mano limpia y lo deja flotando en el río. Tomá.
5. El título original es bueno, pero la traducción al español es mejor.
6. Swayze la hizo después del éxito de Dirty Dancing, que es del 87.
7. El Duro es, con toda seguridad una película de mierda, con una trama de mierda y una realización de mierda, pero si la dan en el cable y te demorás cinco minutos, la ves hasta el final.
Desde ahora, esta columna de Cine en la Arbitrariedad va a estar dedicada a mi gran amigo y escritor de pulps porteños, Leo Oyola. Leo, gracias por tu amistad y por tu sabiduría superior en el arte de mirar y comprender películas.
Friday, December 16, 2005
terraza literaria en barrio norte
(En la lengua del mono: enviado especial) Anoche, después de las empanadas y sin perder de vista el vino, subimos a la terraza. La cosa estaba dulce. El verano porteño y la noche al aire libre convergían para que todo fuera más simple y más relajado.
Celebridades literarias de corto y mediano alcance hacían lo que mejor les sale. Mucho roce, mucha pregunta y respuesta sobre la traducción, la economía doméstica y el paraperiodismo. También Bouvard, Pecuchet, Gatúbela y los tiburones.
Cuando se fueron los bloggers, apareció la guitarra. No se dio pura armonía y los vecinos rechistaron con razón. La amenaza desde una ventana más arriba sonó rarísima: “Más respeto, ustedes también van a querer que los respeten”. Pedimos perdón y bajamos como corderos ordenados. Entonces Inca dijo: “Qué loco este barrio, en Celina nos hubieran cagado a tiros”.
Nos despedimos en la puerta. Alguien propuso nombre para un blog: www.rescatatelevin.blogspot.com En la esquina el autor de Moscas quería seguir de joda. Pero no. ¿Y todo esto por qué? Porque mientras los bonzos eléctricos de la power politics se acuestan temprano, nosotros nos reunimos.
Actualización. Urgente. Sin foto no hay nota. Cubrió el evento Chica-M. Zafamos. Salieron excelentes.
Actualización. Urgente. Sin foto no hay nota. Cubrió el evento Chica-M. Zafamos. Salieron excelentes.
cine en la arbitrariedad (tres)
Siete razones para volver a ver La playa de Danny Boyle.
1. Es el mejor de retrato de esos neo-hippies de los 90 que aun siguen, torpes y perdidos, desparramados por todo el mundo cargando sus pesadas mochilas, diversas sustancias ilíctas y sus remeras pop del Che Guevara.
2. La escena del criquet donde el negro pregunta quién no entendió las reglas y todos levantan la mano.
3. Leo Di Caprio gritando "I will not die today!" mientras cuenta su enfrentamiento con el tiburón.
4. La trama funciona muy bien y la resolución final es interesante y sugestiva. (¿Cuánto estamos dispuestos a pagara por el paraiso en la tierra?)
5. Virginie Ledoyen es divina.
6. La escena donde el negro le dice "él la rompe en el beach-futbol y vos tenés los pulgares bien definidos de jugar al nintendo, no te ilusiones, no te va a dar bola".
7. Irse a una isla desierta con ese mar y esa arena es una fantasía que todo tuvimos alguna vez (sobre todo si vas con Virgine Ledoyen).
Thursday, December 15, 2005
cine en la arbitrariedad (dos)
Seis razones para volver a ver Carretera perdida.
1. David Lynch es un genio.
2. La trama no se entiende un carajo pero igual está buenísima.
3. Por la escena donde el "mistery man" le dice al protagonista por telepatía que en realidad no está ahí, que en realidad está en su casa revisándole los cajones.
4. Porque, en su momento, se rumoreaba que la casa donde se filmó era la casa de Lynch. (Aunque después se supo que apenas había diseñado los interiores.)
5. Porque la película le valió la invitación a una certamen de artistas plásticos donde el tema era la vaca. Los que participaban recibían una vaca de fibra de vidrio tamaño natural que debía ser "intervenida" artisticamente. Mientras los otros las pintaban de colores, David le cortó la cabeza con una cierra eléctrica y le escribió en el lomo "eat your fear". Lo hecharon de la muestra pero su vaca se volvió la más famosa de todas.
6. Porque está Patricia Arquette.
1. David Lynch es un genio.
2. La trama no se entiende un carajo pero igual está buenísima.
3. Por la escena donde el "mistery man" le dice al protagonista por telepatía que en realidad no está ahí, que en realidad está en su casa revisándole los cajones.
4. Porque, en su momento, se rumoreaba que la casa donde se filmó era la casa de Lynch. (Aunque después se supo que apenas había diseñado los interiores.)
5. Porque la película le valió la invitación a una certamen de artistas plásticos donde el tema era la vaca. Los que participaban recibían una vaca de fibra de vidrio tamaño natural que debía ser "intervenida" artisticamente. Mientras los otros las pintaban de colores, David le cortó la cabeza con una cierra eléctrica y le escribió en el lomo "eat your fear". Lo hecharon de la muestra pero su vaca se volvió la más famosa de todas.
6. Porque está Patricia Arquette.
Wednesday, December 14, 2005
cine en la arbitrariedad (uno)
Una nueva sección. Contra el rigor y la disciplina.
Seis razones para volver a ver. Hoy: Rocky I.
Seis razones para volver a ver. Hoy: Rocky I.
1. Porque fue escrita por Sylvester Stallone y ganó el premio de la Academia a la mejor película 1976. (Aparte del de mejor director, John Avildsen, y estar nominada para cuatro premio más.)
2. Porque cuando le preguntaron a Stallone a quién se parecía más, si a Rambo o a Rocky, dijo que a Rocky, porque Rambo es demócrata y Rocky, republicano.
3. Por la escena donde Rocky se entrena pegándole a la carne.
4. Por la escena donde Apollo Creed se está fumando un habano y tomándose un whisky mientras le dice que es el mejor a sus amigotes y uno de los tipos está mirando en la tele como Rocky le pega a la carne. "Che, Apollo -dice-, este pibe tiene algo, ¿eh? Deberñias venir a ver". Y Apolo lo ningunea y después cobra.
5. Porque el tagline de IMDB es: "His whole life was a million-to-one shot".
6. Porque la épica del box es quizás la única épica que nos queda, aunque sea ficción.
dos textos
Salió el nuevo número de elinterpretador.com.ar y ahí está mi columna mensual. Por esta vez también hice una reseña de un libro que se va perfilando como imprescindible:
"Santiago Arcos Editor acaba de publicar una recopilación de los cuentos de Fabián Casas con el título Los Lemmings y otros. Mucho del material que incluye el libro circulaba desde hace bastante tiempo por la web o en ediciones artesanales. La tapa del libro es excelente..."
Monday, December 12, 2005
sensacionalismo, gárgolas y evento
Presentación oficial: Martes 20 de diciembre a las 21 hs. en Bartolomeo, Bartolomé Mitre 1525. No habrá cuerpos desnudos, pero los dueños de los blogs linkeados desde el cocinero recibirán una copa de vino extra. Más info en lo de Laura.
examen
Hace una par de horas me hicieron un examen físico. Fui en ayunas y una secretaria me dio una planilla. Marque con una cruz en caso afirmativo. ¿Padeció tubeculosis? No. ¿Se indigesta habitualmente? No. ¿Sufre de extremo nerviosismo? Sí. ¿Experimenta angustias o dolores de cabeza frecuentes? Eh... ¿Tiene algún hobby? No me pude resistir y anoté "aeromodelismo".
Me pidieron que hiciera en un vasito de plástico y lo entregara en recepción. No logré evitar mearme la mano. Parecía cerveza caliente. Me sacaron sangre. La enfermera estaba de buen humor y hacía chistes. La aguja entró dos veces. Después, placa, electro y una médica que me tomó la presión y me metió la mano en la ingle. Me pidió que tosiera. "Es para saber si hay hernia" dijo. Llegué a las ocho treinta y a las nueve y cuarto estaba en la calle. No fue tan malo pero que haya sido expeditivo es algo que no puedo dejar de agradecer.
Me pidieron que hiciera en un vasito de plástico y lo entregara en recepción. No logré evitar mearme la mano. Parecía cerveza caliente. Me sacaron sangre. La enfermera estaba de buen humor y hacía chistes. La aguja entró dos veces. Después, placa, electro y una médica que me tomó la presión y me metió la mano en la ingle. Me pidió que tosiera. "Es para saber si hay hernia" dijo. Llegué a las ocho treinta y a las nueve y cuarto estaba en la calle. No fue tan malo pero que haya sido expeditivo es algo que no puedo dejar de agradecer.
Saturday, December 10, 2005
Era sentirse Cándido López en el siglo XX
El post de Charlotte y el comentario de Thufir me hicieron acordar de este "juguete". No tengo mucho más que agregar. El sistema era una irresistible unión entre las artes plásticas y las narrativas. Yo simplemente entraba en éxtasis creativo.
Friday, December 09, 2005
2005 (I had a dream)
Voy a recordar este año
por un montón de cosas
¿No es así, querido hotelero?
¿No es así, cronista suburbano?
¿No es así, poeta?
(Ya escribé ese largo post de 31 de enero).
Sin embargo, en mi historia personal más privada,
el 2005 va a pasar a ser el año en que nació Pierina
y yo salí por primera vez en Playboy.
por un montón de cosas
¿No es así, querido hotelero?
¿No es así, cronista suburbano?
¿No es así, poeta?
(Ya escribé ese largo post de 31 de enero).
Sin embargo, en mi historia personal más privada,
el 2005 va a pasar a ser el año en que nació Pierina
y yo salí por primera vez en Playboy.
From Córdoba Capital
Siesta invita a la presentación del libro Poemas sentimentales, de Silvio Mattoni.
Hablará Fogwill y el autor leerá sus poemas.
El jueves 15 de diciembre a las 19.
En el MALBA, Figueroa Alcorta 3415.
Hablará Fogwill y el autor leerá sus poemas.
El jueves 15 de diciembre a las 19.
En el MALBA, Figueroa Alcorta 3415.
Thursday, December 08, 2005
the white house
La casa blanca con una chicas muy divertidas pero en Budapest. (Vía fleshbot y este feriado en cámara lenta. ¿Sabían que los paises del este europeo tienen una producción de porno que...? Ah, sí, sabían, claro.)
Wednesday, December 07, 2005
consejo
Un escritor semi-famoso que respeto da un consejo para escribir: encontrar un lugar común, introducirse en él y destruirlo. Tomo nota.
Tuesday, December 06, 2005
no blog
Ayer, cerca de la medianoche, se cortó el servicio de blogger. Ninguna página con extensión “blogspot” funcionaba. Un amigo me mandó un mail: “Che, ¿y los blogs?”. Me preguntaba como se pregunta por alguien que está sentado ahí, en el bar, tomando algo, y de repente, miraste para otro lado y ya no está más. Las pantallas seguían en blanco.
Es verdad que cada tanto Google suspende la máquina electrónica de hacer churros por arreglos o modificaciones, pero siempre lo anuncia y el tiempo que se toma es casi imperceptible. Mientras duró el corte pensé en muchas cosas.
Navegué por otras páginas, no menos interesantes, pero sí menos atractivas, imaginé un mundo sin blogs y sentí venir, como una araña que te camina por la espalda, el síndrome de abstinencia. Pensé en la muralla y los libros. Alguien algún día desenchufa algo y se viene todo abajo. No era una sensación del todo fea. Y en ningún momento me sentí angustiado. Me quedé despierto hasta que, a eso de la una y media, las cosas volvieron a su lugar.
Antes de dormirme leí un ejemplar viejo de Punto de vista. Hoy a la mañana me levanté tarde y como hago todos los días, después de prender la computadora, pasé por los blogs de siempre. Recién después los diarios, de los que no leí casi nada, algún titular suelto y un nota sobre alguien que asesina a alguien por amor.
Es verdad que cada tanto Google suspende la máquina electrónica de hacer churros por arreglos o modificaciones, pero siempre lo anuncia y el tiempo que se toma es casi imperceptible. Mientras duró el corte pensé en muchas cosas.
Navegué por otras páginas, no menos interesantes, pero sí menos atractivas, imaginé un mundo sin blogs y sentí venir, como una araña que te camina por la espalda, el síndrome de abstinencia. Pensé en la muralla y los libros. Alguien algún día desenchufa algo y se viene todo abajo. No era una sensación del todo fea. Y en ningún momento me sentí angustiado. Me quedé despierto hasta que, a eso de la una y media, las cosas volvieron a su lugar.
Antes de dormirme leí un ejemplar viejo de Punto de vista. Hoy a la mañana me levanté tarde y como hago todos los días, después de prender la computadora, pasé por los blogs de siempre. Recién después los diarios, de los que no leí casi nada, algún titular suelto y un nota sobre alguien que asesina a alguien por amor.
Monday, December 05, 2005
Sobre Las aventuras del señor Maíz
Las aventuras del señor Maíz de Cucurto.
Interzona. 120 páginas. 2005.
Interzona. 120 páginas. 2005.
Un orgulloso y cumbianchero repositor de supermercado es “descubierto” por una dominicana con la cual comparte la vida de conventillo. Luego, un joyero gay y su asistente ninfómana le recubrirán, mediante un extraño proceso, el miembro viril con oro convirtiéndolo de la noche a la mañana en ídolo pagano del sexo.
Así empiezan Las aventuras del señor Maíz, pero la trama es apenas una excusa para que Cucurto desarrolle una suerte de crudo ensayo autobiográfico, con pinceladas de picaresca, groserías varias y mucho humor. Retomando situaciones y personajes que ya aparecen en sus otros libros, el autor describe el supermercado desde adentro, hace explícito su método de composición que es toda una ideología literaria y desmenuza con síntesis y precisión algunas partes del campo intelectual porteño.
Fragmentario pero firme, el libro se va armando, entonces, a partir de escenas claves: el beso negro en un baño donde la mierda y el oro impulsan y contaminan el sexo y el amor, la vuelta de Gelman a la Argentina, la discusión en el supermercado con ideólogos del progresismo porteño, el rescate de Alberto Girri como traductor.
La prosa de Cucurto es primitiva, pero también es ambigua, y sin duda, inteligente en su ambigüedad. Aunque se afecta cuando utiliza modismos que suenan mexicanos como “güey” y “pinche”, su trabajo con la Buenos Aires latinoamericana que nos dejó la década del ‘90 es impecable.
El final de Las Aventuras... es abrupto. Sin embargo, la correcta edición de Interzona reproduce a continuación el primer libro de poesía del autor, Zelarayán, publicado en 1998, que, reenviándonos a los mismos temas, corrobora a Cucurto como uno de los autores más originales de la escena literaria local.
Así empiezan Las aventuras del señor Maíz, pero la trama es apenas una excusa para que Cucurto desarrolle una suerte de crudo ensayo autobiográfico, con pinceladas de picaresca, groserías varias y mucho humor. Retomando situaciones y personajes que ya aparecen en sus otros libros, el autor describe el supermercado desde adentro, hace explícito su método de composición que es toda una ideología literaria y desmenuza con síntesis y precisión algunas partes del campo intelectual porteño.
Fragmentario pero firme, el libro se va armando, entonces, a partir de escenas claves: el beso negro en un baño donde la mierda y el oro impulsan y contaminan el sexo y el amor, la vuelta de Gelman a la Argentina, la discusión en el supermercado con ideólogos del progresismo porteño, el rescate de Alberto Girri como traductor.
La prosa de Cucurto es primitiva, pero también es ambigua, y sin duda, inteligente en su ambigüedad. Aunque se afecta cuando utiliza modismos que suenan mexicanos como “güey” y “pinche”, su trabajo con la Buenos Aires latinoamericana que nos dejó la década del ‘90 es impecable.
El final de Las Aventuras... es abrupto. Sin embargo, la correcta edición de Interzona reproduce a continuación el primer libro de poesía del autor, Zelarayán, publicado en 1998, que, reenviándonos a los mismos temas, corrobora a Cucurto como uno de los autores más originales de la escena literaria local.
Saturday, December 03, 2005
todo lo que necesitás es lo básico
¿Les gustaría haber continuado con sus estudios musicales?
Adam “Mca” Yauch: Bueno, nosotros simplemente tocamos lo que nos gusta como suena. La técnica está bien como herramienta para sacar afuera lo que está en tu cabeza, pero si va más allá de eso, estás atrapado. Y no necesitás un montón de equipamiento caro y actualizado. Todo lo que necesitás es lo básico.
Adam “Adroc” Horovitz: Nosotros somos la prueba viviente de que no necesitás ser un superdotado para sobresalir.
¿Esa es la clave de su éxito?
Mca: Bueno, si tu meta es volverte realmente famosos haciendo un demo y mandándolo a las grabadores... Ese es un gran salto para dar. Pero si querés entretener a tus amigos eso es totalmente diferente. Y de ahí es de donde venimos nosotros. Si vos escribís un par de canciones para tocar en algunas fiestas, vas a estar mucho más en contacto con la gente. Dejá que tu banda crezca, pero tiene que suceder por sí mismo. Un montón de pibes practican muchísimo en sus casas, consiguen una buena técnica, y después salen y pretender conseguir un contrato discográfico. ¿Pero para quién están escribiendo esas canciones?
Adroc: Vos no lo sabés ahora, pero te vas poner de la nuca si te perdés de tocar en las "party house".
Mca: Sí, claro, aparte, ¿en qué otro lugar podés mear en el balde para el hielo.”
Adam “Adroc” Horovitz: Nosotros somos la prueba viviente de que no necesitás ser un superdotado para sobresalir.
¿Esa es la clave de su éxito?
Mca: Bueno, si tu meta es volverte realmente famosos haciendo un demo y mandándolo a las grabadores... Ese es un gran salto para dar. Pero si querés entretener a tus amigos eso es totalmente diferente. Y de ahí es de donde venimos nosotros. Si vos escribís un par de canciones para tocar en algunas fiestas, vas a estar mucho más en contacto con la gente. Dejá que tu banda crezca, pero tiene que suceder por sí mismo. Un montón de pibes practican muchísimo en sus casas, consiguen una buena técnica, y después salen y pretender conseguir un contrato discográfico. ¿Pero para quién están escribiendo esas canciones?
Adroc: Vos no lo sabés ahora, pero te vas poner de la nuca si te perdés de tocar en las "party house".
Mca: Sí, claro, aparte, ¿en qué otro lugar podés mear en el balde para el hielo.”
Entrevista a los Beastie Boys.
El musiquero, número 103, marzo del 95.
Libération (ça, oui, j´en connais)
"Los "viejos" de "Libe" no le creen una palabra más a Serge pero argumentan que él es quien puede ayudar a resucitar el proyecto, porque ha logrado ser un buen manager en aguas tempestuosas. Pero July incorporó en la redacción no a los hijos sino a los nietos de Mayo del 68. Ellos no entienden ni lo que el diario representó ni el espíritu que tuvo ni qué significa el alma perdida. Son los que ven a Serge July como "un 'megalo' (megalomaníaco) perdido y sin rumbo" y son implacables para consensuar."
Si esto pasa en el primer mundo, ay, Página, querido diario, que mal te veo... Yo les diría que se vayan consiguiendo un ejemplar de El Traductor de Salvador Benesdra, uno que se nos fue demasiado lejos, demasido pronto.
Si esto pasa en el primer mundo, ay, Página, querido diario, que mal te veo... Yo les diría que se vayan consiguiendo un ejemplar de El Traductor de Salvador Benesdra, uno que se nos fue demasiado lejos, demasido pronto.
Friday, December 02, 2005
Modos actuales
(Ayer, frente a un público masivo, con Pedro Mairal, dimos la charla sobre "Modos actuales de la narrativa argentina" en el marco de Periférica. Yo llevé las dos hojitas de apuntes que pongo acá abajo. Lo de Pedro duró un poco más. Coincidimos mucho y después nos fuimos al futbol.)
Esta mesa se llama “Modos actuales de la narrativa argentina” y ese nombre encierra, desde el vamos, varias preguntas. La más visible se desprende de la palabra “actual”, ¿qué pasa hoy en la narrativa? A la que le sigue inmediatamente otra pregunta no menos difícil de responder, enganchada a la palabras “modos”, ¿cómo se escribe hoy?
Creo que hoy en día hay cosas interesantes en lo que podríamos llamar una literatura de la “primera persona”, una literatura que trabaja tanto sobre lo autobiográfico como sobre el presente. No entiendo, por supuesto, la “primera persona” como un tecnicismo lingüístico, sino como algo más amplio, un impulso, un interés.
Los cuentos de Fabián Casas editados hace muy poco por Santiago Arcos, Las aventuras del Señor Maiz de Cucurto también de edición reciente, la serie de cuentos de Villa Celina que Juan Incardona publica en elinterpretador.com, la novela Historias Higiénicas de Federico Levin, de alguna manera también lo que hacen Mariana Enriquez, Gabriela Bejerman, Federico Falco, Hernán Arias, e incluso ya en otra categoría, El Pasado de Alan Pauls, sirven de ejemplo.
En este grupo de libros y autores veo un acercamiento a la experiencia, un trabajo con la vitalidad, con la memoria política, social y personal, a corto y mediano plazo, que ya está desde hace rato en la poesía, pero que ahora empieza a aparecer con más decisión en la narrativa.
Ahora, estos autores y sus libros son como la punta de un iceberg. ¿Qué hay abajo? Creo que por abajo de la línea de flotación de ese iceberg, esta es la hipótesis de riesgo, están los blogs. Reflejando estas literaturas, dialogando con ellas, tensionándolas, cuestionándolas, apoyándolas y al mismo tiempo señalándoles un camino.
Hagamos una salvedad: Hablar de blogs en una mesa de “narrativa actual” no significa la muerte del libro, ni la muerte del autor, ni la muerte de nadie. Los que amenazan la literatura desde Internet y los que se sienten amenazados no hacen otra cosa que reeditar un viejo tire y afloje de la modernidad. Como decía hace poco Santiago Llach en una mesa sobre “Internet y literatura”: la historia de la cultura está llena de estas revoluciones. Y es verdad. No hay por qué salir a incendiar iglesias ni hacer acopio de armas de fuego y agua potable.
Lo que sí es indudable es que los blogs nos fuerzan a reflexionar sobre la narración, sobre la manera de narrar y sobre cómo contar historias. Todavía, creo, no aparecieron en masa las novelas basadas en esa reflexión. No me refiero a “novelas con forma de blog”, aunque eso también sería válido. Tampoco me refiero a agarrar un blog y meterlo en un libro. Cosa que ya estuvo pasando y que tampoco me parece mal.
Me refiero más a narraciones que van a estar escritas a partir de algunos conceptos básicos del blog (y de los otros soportes electrónicos similares, como el mail, el chat, etc). ¿A qué conceptos básico me refiero? Se me ocurren algunos: la brevedad y la contundencia en la sintaxis, el presente como capital, el comentario de la actualidad, la síntesis. Seguramente hay más.
Me gustaría traer una cita Chuck Palahniuk:
"En vez de copiar estilos literarios vigentes –dice Palahniuk– yo baso mi trabajo en la poesía o en el arte del cuento oral, donde el timming es lo único importante y los dispositivos retóricos tienen que trabajar recordándole al lector el contenido de la historia, todo el tiempo, con el fin de generar un efecto acumulativo. Con eso en la cabeza, mis párrafos de una sola oración y los coros que suenan como ecos son métodos que ralentan al lector y controlan la velocidad de la trama. Es un estilo basado en “beats”, como la música.”
Creo que mucho de esto se da en los blogs y eso, espero, va a ir pasando a la narrativa. La novela moderna siempre, incluso desde su origen con el Quijote, se alimentó de otras series. Esto no quiere decir que los blogs no sirvan o vayan ser superados por la novela, sino que los blogs van a influenciar la construcción de las narraciones que están por venir.
Por otra parte, hay muchas cosas que un blog no puede hacer y que una novela sí puede hacer. Cerrar un universo y tener una trama aceitada son dos ejemplos que no habría que subestimar. Leer un blog y leer una novela son gimnasias muy diferentes, destinadas más a convivir y a influenciarse que a rivalizar.
Para terminar, me gustaría leer lo que dijo John Cheever cuando le preguntaron por qué escribía. Cheever dijo, sobre el final de su vida, “Mi único objetivo fue contar historias que consiguieran integrar mi historia con la historia del mundo”.
Diciembre, 2005.
Esta mesa se llama “Modos actuales de la narrativa argentina” y ese nombre encierra, desde el vamos, varias preguntas. La más visible se desprende de la palabra “actual”, ¿qué pasa hoy en la narrativa? A la que le sigue inmediatamente otra pregunta no menos difícil de responder, enganchada a la palabras “modos”, ¿cómo se escribe hoy?
Creo que hoy en día hay cosas interesantes en lo que podríamos llamar una literatura de la “primera persona”, una literatura que trabaja tanto sobre lo autobiográfico como sobre el presente. No entiendo, por supuesto, la “primera persona” como un tecnicismo lingüístico, sino como algo más amplio, un impulso, un interés.
Los cuentos de Fabián Casas editados hace muy poco por Santiago Arcos, Las aventuras del Señor Maiz de Cucurto también de edición reciente, la serie de cuentos de Villa Celina que Juan Incardona publica en elinterpretador.com, la novela Historias Higiénicas de Federico Levin, de alguna manera también lo que hacen Mariana Enriquez, Gabriela Bejerman, Federico Falco, Hernán Arias, e incluso ya en otra categoría, El Pasado de Alan Pauls, sirven de ejemplo.
En este grupo de libros y autores veo un acercamiento a la experiencia, un trabajo con la vitalidad, con la memoria política, social y personal, a corto y mediano plazo, que ya está desde hace rato en la poesía, pero que ahora empieza a aparecer con más decisión en la narrativa.
Ahora, estos autores y sus libros son como la punta de un iceberg. ¿Qué hay abajo? Creo que por abajo de la línea de flotación de ese iceberg, esta es la hipótesis de riesgo, están los blogs. Reflejando estas literaturas, dialogando con ellas, tensionándolas, cuestionándolas, apoyándolas y al mismo tiempo señalándoles un camino.
Hagamos una salvedad: Hablar de blogs en una mesa de “narrativa actual” no significa la muerte del libro, ni la muerte del autor, ni la muerte de nadie. Los que amenazan la literatura desde Internet y los que se sienten amenazados no hacen otra cosa que reeditar un viejo tire y afloje de la modernidad. Como decía hace poco Santiago Llach en una mesa sobre “Internet y literatura”: la historia de la cultura está llena de estas revoluciones. Y es verdad. No hay por qué salir a incendiar iglesias ni hacer acopio de armas de fuego y agua potable.
Lo que sí es indudable es que los blogs nos fuerzan a reflexionar sobre la narración, sobre la manera de narrar y sobre cómo contar historias. Todavía, creo, no aparecieron en masa las novelas basadas en esa reflexión. No me refiero a “novelas con forma de blog”, aunque eso también sería válido. Tampoco me refiero a agarrar un blog y meterlo en un libro. Cosa que ya estuvo pasando y que tampoco me parece mal.
Me refiero más a narraciones que van a estar escritas a partir de algunos conceptos básicos del blog (y de los otros soportes electrónicos similares, como el mail, el chat, etc). ¿A qué conceptos básico me refiero? Se me ocurren algunos: la brevedad y la contundencia en la sintaxis, el presente como capital, el comentario de la actualidad, la síntesis. Seguramente hay más.
Me gustaría traer una cita Chuck Palahniuk:
"En vez de copiar estilos literarios vigentes –dice Palahniuk– yo baso mi trabajo en la poesía o en el arte del cuento oral, donde el timming es lo único importante y los dispositivos retóricos tienen que trabajar recordándole al lector el contenido de la historia, todo el tiempo, con el fin de generar un efecto acumulativo. Con eso en la cabeza, mis párrafos de una sola oración y los coros que suenan como ecos son métodos que ralentan al lector y controlan la velocidad de la trama. Es un estilo basado en “beats”, como la música.”
Creo que mucho de esto se da en los blogs y eso, espero, va a ir pasando a la narrativa. La novela moderna siempre, incluso desde su origen con el Quijote, se alimentó de otras series. Esto no quiere decir que los blogs no sirvan o vayan ser superados por la novela, sino que los blogs van a influenciar la construcción de las narraciones que están por venir.
Por otra parte, hay muchas cosas que un blog no puede hacer y que una novela sí puede hacer. Cerrar un universo y tener una trama aceitada son dos ejemplos que no habría que subestimar. Leer un blog y leer una novela son gimnasias muy diferentes, destinadas más a convivir y a influenciarse que a rivalizar.
Para terminar, me gustaría leer lo que dijo John Cheever cuando le preguntaron por qué escribía. Cheever dijo, sobre el final de su vida, “Mi único objetivo fue contar historias que consiguieran integrar mi historia con la historia del mundo”.
Diciembre, 2005.